El cuerpo en la danza. Núria Massó Ortigosa
de conceptos. Por ello creo que es importante potenciar un conocimiento y un cuidado del cuerpo que permitan disfrutar sabia y relajadamente de éste y de sus capacidades expresivas.
Núria Massó
1 | Biomecánica de la extremidad inferiorNúria Massó |
“El arte no reproduce lo visible, sino que hace visible lo que no siempre lo es” Paul Klee
Mientras estamos despiertos, nuestro contacto con el suelo es, gran parte del tiempo, a través del pie. Aunque no lo parezca, éste es un aspecto funcional sumamente importante que hace que nos deten gamos a estudiar de una forma especial esta parte de nuestro cuerpo. A partir de algunos receptores del sistema nervioso situados en el pie recibimos una información esencial sobre cómo se realiza este contacto y sobre la postura del cuerpo. Además, el pie constituye la base sobre la que el resto del cuerpo se sustenta. Por otro lado, su movilidad condiciona la del resto de la extremidad. Aunque abordamos la extremidad a través de distintos segmentos (pie-tobillo, rodilla, cadera), hay que entender que éstos están absolutamente relacionados entre sí, y que la postura y el movimiento de uno condicionan los de los otros.
BIOMECÁNICA DEL PIE Y EL TOBILLO
Nos sostenemos sobre uno o dos pies una gran parte de nuestra vida. Para nosotros es algo natural y que no implica un esfuerzo consciente. Raramente nos paramos a pensar en qué mecanismos internos ponemos en marcha cuando permanecemos de pie, ya que para nosotros es algo habitual y aparentemente sencillo. Para llegar a permanecer sobre dos pies, hemos recorrido un largo proceso evolutivo a partir de nuestros antepasados, proceso que ha implicado cambios evidentes de la estructura ósea de nuestros pies, pero también de nuestra estructura esquelética en general. También se han producido cambios lógicos de la organización y función de nuestros músculos para luchar contra la acción de la gravedad y para lograr posturas estables y acciones seguras. Nuestro sistema nervioso se ha adaptado con el fin de mantener el equilibrio en posiciones más inestables que la antigua posición cuadrúpeda. Incluso se han visto implicados otros sistemas como el digestivo y los sistemas de control de la temperatura corporal y cerebral, que cambian al situar el tronco y la cabeza en posición erguida.
En antepasados del ser humano como el Australopithecus africanus se aprecian rasgos en la forma del pie y la cadera próximos a los nuestros y que estarían directamente relacionados con nuestra forma de estar y caminar (figura 1-1). Su pie ya cuenta con unos arcos próximos a los existentes en nuestro pie. Sus dedos se posicionan de forma más adaptada al caminar que a la prensión. La forma de sus caderas y rodillas va buscando adaptaciones posturales comprometidas con la búsqueda del control del centro de gravedad. Sus glúteos se desarrollan y posteriorizan (Arsuaga L., Martínez I., 2006). Y, no obstante, aún le queda mucho para conseguir la postura y el movimiento que consideramos propiamente nuestros.
Figura 1-1. Esqueleto del pie de un primate primitivo (izquierda) y esqueleto de un pie humano actual (derecha).
EL PIE
El pie constituye una compleja estructura adaptada a las funciones que debe cumplir, que son esenciales para la vida. Podemos resumir estas funciones en:
Desde la globalidad de estas funciones, es imposible separar el papel de esta importante estructura que es el pie del resto de estructuras articulares y musculares que encontramos en toda la extremidad inferior, incluso de las del tronco. Por ello haremos una constante referencia al pie, la rodilla y la cadera como partes con una funcionalidad que interfieren la una con la otra. Así, veremos la interacción entre la forma, la estructura y la función de unas sobre las de las otras.
Lo que acabamos de mencionar es aún más relevante cuando nos centramos en la danza, al observar la influencia que tienen las variaciones morfológicas (de la forma) de la cadera, por ejemplo, sobre otros elementos. Asimismo, su forma influye en la manera de contactar el pie con el suelo, en la de caminar o en el nivel de en déhors (rotación externa de la extremidad inferior) que conseguirá cada individuo.
Desde un punto de vista anatómico (forma y estructura) dividimos el pie en tres partes, a las que llamamos tarso, metatarso y falanges. Cada parte cuenta con varias articulaciones. Desde un punto de vista funcional (papel que desempeña) el pie posee tres zonas con misiones distintas (figuras 1-2a y 1-2b). Estas zonas son el retropié y el antepié. Si concretamos mucho la función, aún podemos distinguir una tercera, que es el mediopié. Todas ellas participan en la bipedestación y en los movimientos del pie. No obstante, cada una de estas zonas posee alguna función más específica de ella misma.
Figura 1-2a. El pie en una visión plantar.
Figura 1-2b. El pie en una visión medial.
En concreto, el retropié posee una estructura (esencialmente el hueso calcáneo) preparada para la función de carga, recibiendo y soportando una parte importante del peso que le llega. De las fuerzas que debe soportar el pie cuando estamos en bipedestación, un 60% se dirigen hacia el retropié y un 40% se dirigen hacia el antepié (Viladot Voegeli, 2000).
El retropié es el primero que contacta con el suelo durante la marcha (contacto inicial, recepción o implantación del paso, adaptación al terreno).
El antepié (lo que para algunos englobaría medio y antepié) es menos rígido, pero posee un mayor número de piezas óseas y por lo tanto mayor movilidad. Cumple esencialmente las siguientes funciones: adaptación al terreno sobre el que caminamos y propulsión del paso en el ciclo de la marcha (entendiendo como ciclo de marcha el intervalo comprendido entre dos choques de talón sucesivos de un mismo pie con el suelo).
En la danza, el antepié adquiere un protagonismo especial debido a la importancia de las posiciones en media punta y punta. Es decir, en la danza, el antepié asume a menudo los dos tipos de funciones (soporte del peso y movilidad). Además, requiere un grado de movilidad importante.
Podemos resumir las funciones del pie de la siguiente manera: | |
Conjunto del pie |
Bipedestación
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