El cuerpo en la danza. Núria Massó Ortigosa

El cuerpo en la danza - Núria Massó Ortigosa


Скачать книгу
tres componentes (gemelo interno, gemelo externo y sóleo). Es un potente flexor plantar del pie que se activa de manera importante durante el relevée. No obstante, en el caso del músculo sóleo, su función principal es el control postural en bipedestación. Impide que la tibia se desequilibre en sentido anterior siguiendo la tendencia que marca la acción de la gravedad al estar de pie, puesto que la distribución de nuestra masa corporal, algo anteriorizada, así lo determinaría. En la danza, el músculo sóleo es requerido, por ejemplo, cuando hay que aguantar una sexta posición, sobre todo si desplazamos peso hacia el antepié (figura 1-14).

      Figura 1-14. Músculo tríceps sural.

       Peroneo lateral largo

      Realiza una acción de pronación del pie. Colabora en la flexión plantar. Su tendón, al aumentar su tensión, actúa como un elevador de la bóveda plantar, ya que pasa por su cara inferior. Actúa también estabilizando el pie, evitando un gesto excesivo de inversión (acción protectora). En este sentido es como un ligamento, protegiendo la inversión excesiva del tobillo y, por tanto, el riesgo de distensión de los ligamentos externos.

      En la danza existe un protagonismo especial de este músculo, que es muy activo en:

       situaciones estáticas, en posturas en déhors,

       situaciones dinámicas, como el rélevée o el temps levée, en las que colabora con el tríceps sural y otros.

      Hemos constatado mediante estudios electromiográficos el protagonismo de este músculo en las bailarinas en comparación con un grupo de control (Massó, 1993). Ello se hace especialmente patente en las posiciones en déhors, sobre todo cuando se acompañan de pronación por una mala técnica, y también en los gestos que implican una flexión plantar (relevée, temps levée). Por ello pensamos que es un músculo muy activo en las posiciones y movimientos de la danza.

      Tiende a estar hipertónico y a provocar variaciones en la posición del pie (tendencia a acentuar los arcos plantares, a valguizar el pie y, probablemente, acentúa el hallux valgus por la tracción ejercida sobre el primer metatarsiano) (figura 1-15).

      Figura 1-15. Músculos peroneo lateral corto (que se inserta en el quinto metatarsiano) y peroneo lateral largo (que cruza la superficie plantar y se inserta en el borde medial del pie).

       Tibial posterior

      Es inversor y muy importante para el control de la posición en déhors (evitando la caída en pronación del pie).

      Aparte de su función en las posturas propias de la danza, trabaja en general en la bipedestación para evitar una excesiva caída del arco interno del pie y la consecuente pronación de éste.

       Flexor largo y flexor corto del dedo gordo

      Realizan la flexión plantar de la primera articulación metatarsofalángica. El flexor largo flexiona también el conjunto del pie y del tobillo. También es inversor y actúa de forma importante durante la marcha, concretamente en la fase de propulsión del paso o despegue del antepié (al finalizar la fase de apoyo en el suelo del pie correspondiente). En estas acciones, los flexores del dedo gordo hacen que dicho dedo presione contra el suelo.

      En la posición de media punta, estos músculos hacen que el primer dedo presione contra el suelo. En esta posición colaboran, junto con el tríceps sural, para realizar la flexión plantar del tobillo. Utilizan los huesos sesamoideos como “polea” para aumentar su eficacia.

      El flexor largo posee una vaina sinovial que lo recubre con finalidad protectora, pero que se inflama y produce procesos dolorosos cuando existe una sobrecarga del tendón (figura 1-16).

      Figura 1-16. Músculos tibial posterior, flexor largo y flexor corto del dedo gordo (cara plantar interna).

       Tibial anterior

      Realiza la flexión dorsal del tobillo. Es esencial para caminar. En la danza lo es para el flex (figura 1-17).

       Extensor propio del dedo gordo

      Actúa en las situaciones comentadas para el tibial anterior, pero realiza también la flexión dorsal del dedo gordo (figura 1-17).

       Músculos interóseos y plantares

      Los músculos interóseos y los músculos plantares del pie son responsables de la movilidad entre los dedos y de mantener los arcos del pie. Su debilidad determina un pie laxo y favorece la aparición de un hallux valgus, un metatarso plano, etc. El bailarín debe contar con un buen tono de estos músculos para conseguir mantener la arquitectura del antepié en las distintas posiciones y gestos de la danza.

      Figura 1-17. Músculos tibial anterior (que se inserta en el mediopié) y extensor propio del dedo gordo (que se inserta en el dedo gordo).

       Abductor del dedo gordo

      Es separador del dedo gordo respecto a la línea media del pie. Por lo tanto, cuando no trabaja favorece la desviación del dedo gordo hacia el resto del pie, es decir, favorece la formación de hallux valgus. Cuando nos colocamos sobre la media punta, trabaja controlando el antepié (figura 1-18). Es importante para la danza mantener un buen tono de este músculo para conseguir estabilidad y seguridad en las posiciones de media punta y punta. Ya hemos comentado nuestras observaciones durante el estudio de este músculo, que suele presentar menor grado de actividad en el relevée con en déhors que en el relevée en paralel (Massó et al., 2004).

      Figura 1-18. Músculo abductor del dedo gordo (en la cara plantar medial).

      La rodilla cuenta con dos articulaciones principales: la articulación femorotibial y la femororrotuliana. Existe una tercera entre la tibia y el peroné en sus extremos proximales de la que no hablaremos aquí.

       Articulación femorotibial. La articulación entre el fémur y la tibia posee una doble función: carga y movilidad. Soporta la carga correspondiente sobre todo al peso corporal y a otras fuerzas de magnitud importante, en particular de origen muscular o por transporte de cargas cuando estamos en apoyo bi o monopodal, al caminar, bailar, etc. Por ello suele sufrir en las personas con problemas de sobrepeso o con trabajos que impliquen carga y transporte de pesos importantes. Los meniscos colaboran a la congruencia entre las superficies y amortiguan las fuerzas de compresión de esta articulación. Así pues, si falta un menisco o éstos no cumplen bien su función debido a una lesión, el cartílago articular soporta más presión y se generan artrosis prematuras. Como veremos, esta articulación posee capacidad para realizar distintos movimientos, a veces de forma combinada, lo cual es esencial para la marcha. Su movimiento más importante en amplitud es el de la flexoextensión. También realiza movimientos de abducción-aducción, rotación y deslizamiento.

       Articulación femororrotuliana. Cumple una


Скачать книгу