Diseño arquitectónico. Daniel Rodríguez Medina
línea de acción se va descendiendo conceptualmente en la búsqueda de la definición de las diferentes formas de intervención procesual del dibujo dentro del diseño, para terminar en la relación de estos planteamientos con la acción abstracta dentro de la plástica contemporánea y del siglo xx, realizando un recorrido por los diferentes movimientos estilísticos, con el fin de extraer criterios esenciales para tales relaciones, expuesto en modo conclusivo dentro de este apartado.
De esta manera se realiza un trayecto que nace en el desencadenante de la acción del diseño a través del diseñador, que mediante tanteos sucesivos va configurando la forma arquitectónica, hasta que se precisa en la toma de decisiones finales, produciendo un proyecto arquitectónico específico y formalizado de manera geométrica y precisa. Todo ello viene a modo de resumen en el cuadro sobre el esquema de un proceso de pensamiento gráfico. Éste contrasta con el que se refiere al proceso mental activado en los procesos del dibujar.
Finaliza esta parte con un corolario terminológico que intenta precisar conceptualmente el significado de cada denominación; esto constituye un valor en cualquier trabajo, pues permite concentrar lo comprensivo en aquello a lo que específicamente está referido, al tiempo que puede abrir una discusión conceptual respecto a la adecuación terminológica utilizada en este contexto.
Para quienes realizan alguna investigación acerca de los procesos gráficos de ideación arquitectónica, este trabajo constituye una nueva aportación que deja registro de la reflexión realizada durante todo el estudio, tratando ambiciosamente de abarcar un espectro que, como ya se indicó, es complejo e interdisciplinar, lo que hace necesaria la existencia de múltiples aproximaciones que permitan desvelar actuaciones que desde la caja negra no permitía su comprensión; pero con incipientes luces puede hacer comprensibles determinados procesos en la creatividad de los arquitectos cuando diseñan para la construcción del proyecto arquitectónico.
capítulo 1
Creatividad
El mejor camino para tener una buena ideabr
consiste en tener un montón de ideas.
Linus Pauling
En esta obra se considera al arquitecto como una persona que ha llegado a conseguir altos niveles de creatividad; a la par, se dilucidarán los conceptos y argumentos que nos permitan entender y aplicar algunos de sus procesos metodológicos.
Como parte importante de este proceso, se mencionan las siguientes preguntas: ¿existen genios de la arquitectura?, ¿cómo se da esta relación de desarrollo de la idea hacia el proyecto?, ¿cómo son sus procesos mentales?
A continuación se comentará una serie de conceptos que ayuden a entender parte del proceso creativo, documentado sobre quienes han sido catalogados genios de la arquitectura. Primero se intentará explicar una posición personal respecto a la palabra genio; luego se abordará el concepto de control de la forma como el medio de las diferentes modalidades de pensamiento o estados mentales que caracterizan a algunos de estos arquitectos.
El genio ¿nace o se hace?
Muchas veces la genialidad y el genio se han estereotipado como un atributo de aquel que es capaz de realizar una idea sin planteamientos previos, es decir, el resultado cumple con los componentes necesarios desde el momento de su concepción: “Todo desde la primera intención”.
Un caso específico y particular representa el proyecto de la Casa de la Cascada, obra del arquitecto Frank Lloyd Wright. La anécdota cuenta que dicho proyecto se realizó en cuestión de horas, debido a que su cliente ya iba en camino.
Federico Zuccaro planteó el mito de genio como una habilidad dotada por Dios, conocida como la scintilla divinitatis o chispa divina, donde se concibe el diseño como una gracia sobrenatural que nos inspira a realizar las cosas, sin la cual no pudiera ser posible la genialidad (La Puerta, 1997).
Mihaly Csikszentmihalyi (1998: 20) considera el término genio como la capacidad de vincular la creatividad con el talento al mismo tiempo; describe el talento como la destreza innata para hacer algo bien; por lo que se pudiera entender que la genialidad es el resultado de una actividad hecha por una persona talentosa.
Csikszentmihalyi establece que el proceso creativo es, por naturaleza, polémico, ya que lo establece como una relación entre tres elementos: individuo (personas), ámbito (expertos) y el campo (teoría).
La creatividad se entiende como la capacidad de dar respuestas diferentes o innovadoras a problemas o planteamientos comunes. Mihaly propone que la creatividad y la genialidad resultan de una relación entre tres factores: campo, ámbito e individuo. Además, plantea el tema de la genialidad como el producto de un valor social, con lo que ser genio representaría un simple estatus social. Un resultado de lo anterior sería el componente de la manipulación, ya que depende directamente de factores comerciales que pueden cumplir o responder a intereses particulares.
Varios autores comentan que la creatividad es el resultado de un trabajo arduo y constante, por lo que esta condición es necesaria como requisito para conceptos nuevos que ayuden a generar opciones o alternativas de la aplicación del conocimiento. Se ha planteado que una persona debe trabajar cerca de 100 mil horas para poder generar un conocimiento propio, el cual le permitirá aportar referentes innovadores. Es decir, un cocinero, para considerarse un verdadero chef, necesita más de 10 años para proponer nuevos sabores, entendiendo que éstos son productos de una inédita forma de combinación de los mismos.
A Frank Lloyd Wright le fueron suficientes algunas horas para generar quizás el proyecto que ahora es considerado por los críticos como el más importante de su producción arquitectónica, la ya referida “Casa Kaufmann o la Casa de la Cascada”. ¿Cómo fue posible eso? La respuesta ha sido planteada por la arquitecta Alma Rosa Radillo (2001) en su investigación Frank Lloyd Wright. El proyecto de la casa Kaufmann ¿scintilla divinitatis?, donde concluye que el gran éxito del proyecto no es debido a la inspiración divina, como lo plantea Zuccari, ya que se origina porque durante el proceso él tiene como respaldo la creación de una infinidad de proyectos de casas habitación, lo que le permite tener un gran legajo de experiencia previa sobre el tema para realizar esta obra a partir de la selección y resumen de proyectos previos (ibíd.: 98). Un punto importante acerca de la genialidad, lo plantea Paúl Flory, Premio Nobel de Química, en una entrevista donde toca el tema de la suerte como punto o elemento importante para la promoción del conocimiento y el que se le catalogue a posteriori como genialidad.
La casualidad normalmente juega una parte importante, no es seguro, pero hay mucho más en la invención que la motivación popular de venir caído del cielo; el conocimiento en profundidad y extensión son prerrequisitos indispensables. A menos que la mente esté concienzudamente cargada de antemano, la proverbial chispa del genio si se llegara a manifestar, probablemente no encontraría nada que aprender (Romo, 1997: 44-45).
Estas palabras favorecen la postura del azar, como en el descubrimiento de la penicilina. Romo enfatiza que es fundamental, para el hallazgo de algo, una mente preparada; la curiosidad y el conocimiento previo son una condición previa, los cuales se forman con un contacto prolongado y profundo con una temática durante unos cuantos años. Es decir, “azar con juicio es igual a creación; azar con nada es igual a nada”. Asimismo, comenta que la mayoría de las personas que han tenido éxito en la vida es porque estuvieron en el lugar y momento con los conceptos adecuados.
Desde este planteamiento es posible concluir que los productos creativos se basan en cuatro grandes tópicos en el estudio de la psicología de la creatividad “persona-proceso-producto-situación”. Este planteamiento es con el fin de desmitificar la palabra genio