Con tinta sangre del corazón. Gustavo Sainz

Con tinta sangre del corazón - Gustavo Sainz


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de Tepozotlán, por haberle hallado unas cartas adivinatorias, deshonestas y eróticas. (Miquel i Vergés, Diccionario de insurgentes, p. 196).

      43. Colocación de la estatua ecuestre de Carlos IV en la ciudad de México.

      44. Humboldt llega a Acapulco.

      45. El segundo día festivo es el Segundo día de la Pascua del Espíritu Santo, que coincide con el día 28 de mayo, lunes, como se dice explícitamente, al indicar que la preparación de los artífices duró “desde el 19 del florido mayo […] hasta el día 27”, es decir, justamente la Octava de Pentecostés.

      46. El subdiácono Juan Manuel Zambrano ganó el grado de teniente coronel por su aprehensión del licenciado Ignacio Aldama y de fray Juan Salazar.

      47. “El que daba más quehacer a Calleja era Albino García: guerrillero infatigable, se presentaba de improviso donde menos se le esperaba; derrotado en un punto y cuando se le creía destruido, aparecía en otro que había señalado para reunir a sus compañeros dispersos; atacaba los convoyes, cortaba las comunicaciones y espiaba por sus confidentes la oportunidad de caer sobre alguna población indefensa o desprevenida”. (Lucas Alamán, Historia de México, pp. 2, 294).

      48. El famoso guerrillero, despreciando las órdenes y reconvenciones de la Junta de Zitácuaro, decía que para él no había más junta que la de dos ríos, ni otra alteza que la de un cerro. (Arrangoiz, México desde 1810 hasta 1867, t. I, p. 143).

      49. Entre los que han comentado el pensamiento estoico, Víctor Goldshmidt ha analizado particularmente la coexistencia de dos concepciones del tiempo: una, la de los presentes variables; otra, la de la subdivisión ilimitada en pasado-futuro (Le Système stoïcien et l’idée de temps, p. 40).

      50. ¿Un seguidor de Dionisios que introduce lo inenseñable en la enseñanza?

      51. En esta carta se denunciaba el hecho de que en la casa de las referidas coheteras verificaban continuas reuniones los legos insurgentes juaninos de San Luis Potosí, los que al fin acabaron por consumar allí, en 1810, el movimiento revolucionario, encabezado por fray Luis Herrera y fray Juan Villerías.

      52. “Chico Flaco”, conocido también como “el Indio Degollador”, se había hecho temer por el sur de Zacatecas y lugares limítrofes de Jalisco por los muchos desórdenes que cometía y principalmente por las numerosas muertes de extranjeros que ejecutaba por el solo hecho de aparecer como realistas. Fue hecho prisionero en un combate que una de las avanzadas del cura realista Francisco Álvarez sostuvo en la barranca de Jaltihuiloca contra el “Indio Dolores”, que fue derrotado allí también y cayó prisionero. Ambos cabecillas fueron ahorcados por orden del cura y suspendidos sus cadáveres en unos árboles, el 24 de octubre de 1811.

      53.Bárbara Rosas, la Griega, era una mujer que servía como empleada doméstica en Oaxaca, en casa del capitán José Ximeno Varela, y como probablemente simpatizaba con la causa de la Independencia, tuvo cierta vez una conversación con su vecina Francisca Enríquez, a quien aseguró que el cura Hidalgo no causaba mal a nadie, sino solamente a los gachupines. Por sólo decir esto, la Enríquez se presentó ante el deán de la catedral, doctor Antonio Ibáñez de Corvera, denunciando a la Griega como insurgente. El deán Ibáñez hizo a su vez la denuncia respectiva al intendente corregidor de Oaxaca, quien impuso que se instruyera la correspondiente, poniéndose a la acusada en la cárcel de las Recogidas. (Gabriel Armijo, Historia de Oaxaca, pp. 13, 61).

      54. “Hay que acabar con el fantasma de un lugar neutro, fuera del tiempo y del espacio, y sobre todo (lo cual no ha sido dicho pero programa el conjunto), fuera de la política. No hay fuera-del-libro, fuera-del-espacio, fuera-de-la-clase. Cualquier lugar, y la hoja de un periódico más que otros, está recorrido por la lucha de clases. Dos líneas, dos vías, dos clases. Se está de un lado o del otro”. (Jacques Henric, Artaud trabajado por la China, p. 186).

      55. Cuando fray Servando Teresa de Mier estuvo preso en la cárcel de la Inquisición, el año de 1817, aseguraba a su compañero de cautiverio, el padre fray José Lugo y Luna, que la referida Güera Rodríguez había tenido relaciones sospechosas con el doctor don Ramón Cardeña, canónigo que fue de la Catedral de Guadalajara, y procesado como infidente por el mismo tribunal de la Inquisición.

      56. Confrontar el libro de Armand Farrachi sobre la IV Cruzada, La dislocación, en el que las frases se separan y se dispersan, o bien se atropellan y coexisten, y las letras, la tipografía, se ponen a bailar, a medida que la cruzada delira.

      57. Se trata de Juan Baquerín y fray Martín Septién, quienes perecieron asesinados a pedradas por el populacho en Granaditas, al entrar el cura don Miguel Hidalgo y Costilla a Guanajuato, sin que les valiera haber llevado en las manos un crucifijo.

      58. Alusión a un aforismo de Norge, que completo dice así: “Fue un momento supremo. Seguido de otro momento supremo. Los momentos supremos se sucedían sin dejar un instante de respiro. Al final, surgió un momento ordinario. Se lo acogió con tanto alivio que constituyó un momento supremo”. (En La Jornada Semanal, julio 1998).

      59. Un rizoma no empieza ni acaba, siempre está en el medio, entre las cosas, inter-ser, intermezzo. El árbol es filiación, pero el rizoma tiene como tejido la conjunción “y… y… y…” En esta conjunción hay fuerza suficiente para sacudir y desenraizar el verbo ser. ¿Adónde vas? ¿De dónde has partido? ¿Adónde quieres llegar? Todas estas preguntas son inútiles. Hacer tabla rasa, partir o repartir de cero, buscar un principio o un fundamento, implican una falsa concepción del viaje y del movimiento (metódico, pedagógico, iniciático, simbólico…), Kleist, Lenz o Büchner tienen otra manera de viajar y de moverse, partir en medio de, por el medio, entrar y salir, no empezar ni acabar. (Deleuze y Guattari, Mil mesetas. Capitalismo y esquizofrenia, p. 29).

      60. Las imágenes parecen describir el mural de José Clemente Orozco en el Palacio de Gobierno de Guadalajara. De allí la extraña amalgama de clericales y militares, que resulta en un monstruo terrible que vomita bayonetas; el circo político de payasos haciendo toda clase de malabarismos tratando de aplastarse unos a los otros o de superar posiciones; multitudes grises lanzándose a la matanza, y por aquí y por allá banderas rojas ondeando como símbolos de nuevos ideales. Pero todo este caos es dominado en primer plano por una gigantesca y vigorosa imagen de Hidalgo, quien levanta la mano izquierda con el puño cerrado, mientras en la derecha lleva con agresividad una antorcha encendida, cuyo fuego parece enardecer a las multitudes. En el rostro de Hidalgo el desafío, la energía, el valor, la grandeza, la furia. “No es ciertamente el Hidalgo así concebido por Orozco el apacible párroco, ni el intelectual que en sus felices días en San Felipe leía literatura francesa y hacía representar en su casa a Racine, ni tampoco el industrioso técnico del Bajío, por el contrario, es el hombre de acción, al que llegó la hora de ponerse al frente de una tropa y no retrocedió, sino que siguió su destino hasta el sacrificio”. (Justino Fernández, Los dos Hidalgos de Orozco, p. 220).

      61. En el proceso que se le abrió a Hidalgo en 1800 se le acusó de leer obras prohibidas por la Inquisición, entre las que se encontraban las de los filósofos franceses, que difundían sus ideas y que eran las más avanzadas de su época; esto nos revela el pleno dominio que tenía de esas doctrinas y la influencia que en él produjeron, así como la inspiración que se formó para el desarrollo de sus ideas políticas en favor de la Independencia. El comisario de la Inquisición en Valladolid, en su informe del 19 de julio de 1800, califica a Hidalgo de Hombre doctísimo y de mucha extensión.

      62. Vid. Aristóteles, Primeros analíticos, II, p. 27: el entendimiento es un silogismo cuyas premisas están sobreentendidas, ocultadas, suprimidas, eludidas.

      63. La lista de libros corresponde a las lecturas de Hidalgo (Roberto Ramos, Libros que leyó el señor don Miguel Hidalgo, p. 240).

      64. Alusión al bando del virrey don Francisco Xavier Venegas, expedido el 19 de enero de 1811, por medio del cual se consideraban como reos del “Delito de Alta Traición a todas las personas que conservaron impresos o manuscritos revolucionarios”. A más de esto y para impresionar mejor al pueblo, se ordenaba también que todas las autoridades deberían de quemar los papeles antes mencionados “en las plazas públicas por manos de verdugo”. Los jefes


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