Hacia el sentir común. Raimon Caor

Hacia el sentir común - Raimon Caor


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de las personas.

      Los políticos también emplean estas tácticas, mostrándose a veces como figuras paternales.

      6. Acudir a las emociones. Los mensajes que se diseñan desde el poder no tienen como objetivo la mente reflexiva de las personas sino lo contrario. Buscan principalmente generar emociones y alcanzar el inconsciente de los individuos con mensajes dirigidos a la emotividad. El propósito es crear una especie de cortocircuito con el área más racional de la gente y a través de las emociones introducir el contenido global del mensaje, no sus elementos específicos. De este modo, se neutraliza la capacidad crítica y se fomenta un determinado concepto o creencia.

      7. Crear públicos ignorantes. Mantener a las personas en la ignorancia es uno de los grandes propósitos del poder. Ignorancia significa no otorgar a la gente las herramientas para que puedan discernir la realidad por sí mismas. Se muestran datos anecdóticos, pero no se dan a conocer las estructuras internas de los hechos. Mantener en la ignorancia también es no poner énfasis en la educación y el enseñar a pensar y contrastar. El objetivo: anestesiar la curiosidad por el conocimiento y darle poco valor a los productos de la inteligencia.

      8. Promover públicos complacientes. La mayoría de las modas y tendencias no se crean espontáneamente. Casi siempre son inducidas y promovidas desde algún centro de poder que ejerce su influencia para crear olas masivas de gustos, intereses u opiniones. Los medios promueven habitualmente tendencias sujetas a determinados intereses, la mayoría de ellas alrededor de estilos de vida superfluos o hasta ridículos convenciendo a la gente de lo que esta en boga o de “lo que se lleva”.

      9. El refuerzo de la autoculpabilidad es una de las estrategias de manipulación masiva para hacer creer a las personas que ellas son las culpables de sus problemas. Cualquier cosa negativa que les suceda solo depende de sí mismas. De este modo se les hace creer que el entorno es perfecto y que si se presenta un fallo es responsabilidad del individuo. Así las personas acaban tratando de encajar en su entorno, sintiéndose también presionadas y culpables por no lograrlo del todo y desplazando la indignación que podría provocarles el sistema hacia una permanente culpabilización de sí mismas.

      10. El conocimiento minucioso del ser humano. Durante las últimas décadas, la ciencia ha logrado recopilar una impresionante cantidad de conocimientos acerca de la biología y la psicología de los seres humanos. Sin embargo, todo ese caudal no está al alcance de la mayoría de las personas. Al público solo llega una mínima cantidad de información al respecto. Las élites y sus técnicos disponen de todo ese saber y lo usan a conveniencia.

      La ignorancia y la incultura facilita la acción del

      poder sobre la sociedad.

      Las estrategias de manipulación masiva tienen por objetivo bloquear la capacidad crítica y la autonomía de la mayoría de las personas, para mantener el mundo tal y cómo le conviene a las élites i los poderes fácticos. Sin embargo, también depende de nosotras dejarnos manejar pasivamente, o bien empoderarnos y ofrecer resistencia hasta donde sea posible.

      ¡Qué revelador sería investigar el origen de las actuales fortunas en activo! —incluida la del Vaticano—, relacionadas con todas las deudas históricas mundiales de los países del Norte, invasores o usufructuarios de los países del Sur. Considerando las riquezas que puedan haber resultado de una habilidad comercial no perniciosa, muchas de estas grandes y medianas propiedades han sido amasadas mediante guerras de conquista, colonizaciones, y procesos de expolio, sumisión y esclavitud del pueblo. La codicia y el afán de poder quedan registrados en los monopolios de bienes y riquezas que marcan la diferencia entre las pequeñas élites que viven sin preocupación alguna del tráfico de sus rentas, y la gran mayoría de gente en el mundo con serias dificultades para cubrir sus necesidades básicas. A pesar de su confortable estatus y libertad adquisitiva, las aristocracias y oligarquías, “flor y nata” de la humanidad, también sufren depresiones y crisis existenciales. Hastiados de tanta superabundancia, placeres y viajes terrenales, acuden a la tecnología aeronáutica para proyectarse hacia el espacio exterior y así vivenciar estados de liviandad, plenitud y trascendencia.

      Aunque ya están muy arriba en la escala social y casi viven en un mundo aparte, ya desde el año 2007, unas 100.000 personas de unos 125 países son usuarias de la empresa Virgin Galactic y realizan excursiones aeroespaciales de dos horas de duración. Esta empresa conjuntamente con otras como Space Adventures invierten en la construcción de más naves y aeropuertos espaciales, animando la participación en el que consideran un próspero negocio en vías de expansión. Esta forma de transporte y de “elevación”, es posible a costa de una enorme inversión de riqueza/energía.

      Mientras una gran mayoría tiene grandes dificultades o permanece endeudada para sobrevivir en un asentamiento terrenal, una minoritaria élite derrocha alegremente recursos para salir del planeta.

      En los años 70 al autor de la reconocida Teoría Gaia el científico James Lovelock, se le rescindió su contrato de colaboración con la NASA porque se atrevió a demostrar que los experimentos de búsqueda de vida en Marte podían realizarse desde la Tierra con un telescopio y un espectrógrafo, considerando que el impacto económico y ecológico de la aeronáutica espacial era, ya entonces, demasiado elevado. Actualmente, políticos, científicos y tecnócratas destinan desorbitados presupuestos para la conquista del espacio sideral y la promoción de la vida artificial. Celebran exaltados los indicios de agua en Marte, obviando las necesidades de agua en la Tierra, sin plantearse salir de sus laboratorios y darse un paseo por las zonas áridas o desérticas de nuestro planeta donde seguro que encontrarían vida inteligente y quizás podrían aportar alguna utilidad. Resulta absurdo crear vida artificial dirigida al espacio exterior ante la urgencia de aplicar talentos y recursos para la supervivencia en la Tierra. Han olvidado que el planeta Tierra es el hábitat que se nos ha concedido para nuestra realización y armonía.

      Los transportes de mercaderías por carretera y los trayectos en transporte público y privado generan más de una cuarta parte del CO2 producido en la actividad humana, a los que se suman las emisiones del sector aéreo. La aviación generó en 2018 sobre un 2,4% y es un sector que va en alza.

      La mayoría de la contaminación proviene de los vuelos internacionales lo que significa que un sector pequeño de personas genera desproporcionadamente las emisiones mundiales.

      La organización Stay Grounded, que agrupa numerosas asociaciones internacionales pro decrecimiento de la aviación afirma que: “No se trata de dejar de volar pero si acabar con el modelo de consumo que hace que coger un avión sea la opción más fácil y habitual.

      La actual situación es una muestra de injusticia”… “El Norte quiere seguir manteniendo su estilo de vida a costa de los pueblos que menos han contribuido a la emergencia climática y a los que más sufren las consecuencias”

      En este sentido hay que reconsiderar el fenómeno del turismo de masas. Actualmente el fácil acceso a viajar y la densidad de los flujos de turistas es causa de un nefasto impacto en los sistemas naturales y en los hábitats humanos.

      Se trata de viajar con conciencia, evitando la masificación y buscando rutas y formas ecológicas que realmente ayuden a la economía local sin degradar el medio natural ni el social. En muchos lugares del mundo las inmobiliarias y las grandes agencias han expropiado tierras y destruido importantes ecosistemas y zonas litorales para el lucrativo establecimiento de infraestructuras turísticas.

      Los macrocruceros, la navegación deportiva, los rallys y motocross en espacios naturales también son causantes de importantes impactos ambientales.

      El ocio es el espacio-tiempo de diversión y descanso que compensa las obligaciones y las cargas del trabajo y la supervivencia; es una pulsión natural y un derecho humano. En estas pausas de “re-creación” se expresan los anhelos y aspiraciones relacionados con la identidad y la propia autorealización, aquello que más te gusta hacer. Sin embargo esta es una época de vorágine y exaltación del “ocio constante”,


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