Retrato hablado. Javier Darío Restrepo

Retrato hablado - Javier Darío Restrepo


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idéntico para los dos. El polen está puestísimo para hacer el amor y la hembra también está esperando la ocasión de practicarlo pues es un mandato de la naturaleza. No hay machismo ni feminismo.

      A usted, ¿el machismo de los humanos le dificultó su vida?

      Nunca.

      ¿Por qué eligió estudiar plantas y no otros seres vivos?

      Lo más valioso que tienen las plantas es que son las únicas que pueden capturar la energía del sol y guardarla en su cuerpo. Si un toro se alimenta de pasto, está comiendo la energía del sol. Si uno come carne de ese toro está comiendo también energía solar. El calor que tenemos en el cuerpo es el calor del sol procesado por las plantas que son las únicas que pueden hacer ese milagro.

      Una docena de plantas han sido bautizadas científicamente con su nombre, ¿qué se siente tener nombre de planta?

      Me da mucho gusto, pero lo que me da más gusto es tener el regalo de que a mis alumnos les haya gustado la botánica, que tengan doctorados y que ahora sean mis jefes. Mis alumnos están encontrando nuevas plantas y a algunas les pusieron mi nombre, pero para mí el mayor orgullo es el haber formado recursos humanos para la ciencia.

      ¿Por qué sus alumnos la quieren tanto?

      Porque yo los quiero y ellos me corresponden.

      ¿Es cierto que les regala dulces?

      Sí, esa ha sido mi técnica; regalar dulces a mis niños si aciertan.

      Sus niños están bigotones.

      Pero siguen siendo mis niños.

      Le gusta la política

      No, pero la practicamos hasta en nuestro propio hogar. Hay política siempre, hasta en las amistades.

      ¿Cuál es su planta preferida?

      Los encinos. Tienen unas hojotas muy grandes y dan una madera muy fina. Los hay en todo el mundo y no todos son iguales.

      Si Jalisco fuera una planta ¿cuál sería?

      Un pino. De los 40 pinos que hay en el país, 18 están en Jalisco.

      Y si usted fuera planta, ¿cuál escogería?

      Hay una florecita que crece hasta en las banquetas y que da un trébol. Se llama Oxalis corniculata. Es una platita chiquita que da florecitas rosas. Los niños del campo se comen la raicita y las muchachas creen que es el trébol de la buena suerte.

      ¿Por qué esa planta?

      Se me hace muy sencilla, muy modesta y muy sabrosa.

      Arnulfo Castorena

      Campeón paralímpico de natación

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      © Rafael del Río

      Pronto irá a Atenas a competir en los Juegos Paralímpicos. Ya lo hizo en Sidney 2000 donde ganó medalla de oro en los 50 metros pecho. Con un tiempo de 1:00.56 instauró marca mundial y olímpica. En los Juegos Parapanamericanos ganó ocho medallas. Nació en Guadalajara el 27 de mayo de 1978. Antes de ser atleta, vendía chicles en la calle.

      Viví entre fuego y no me quemé

      ¿El agua transformó su vida?

      Yo soy una persona que siempre ha luchado. Antes de estar en el deporte me dedicaba a vender chicles, a cuidar carros o a lavarlos. Desde pequeño he luchado, a veces me negaban la comida y yo tenía que sacar dinero para comer. Dios me ha dado el valor para salir adelante. En la natación poco a poco comencé a dar frutos y gracias a Dios tengo una posición mundial.

      ¿Cómo llegó a la natación?

      Antes me dedicaba a los clavados. Me gustaba muchísimo aventarme y no quería salir del agua, pero en los clavados no hubo oportunidad para una persona discapacitada y entonces me dediqué a la natación.

      ¿Qué lo ha hecho fuerte?

      Mi coraje. Siempre que quiero hacer una cosa y no la puedo hacer, estoy insistiendo, insistiendo, hasta lograrlo. Eso ha sido mi coraje y estoy orgulloso de mí mismo.

      ¿Cuál es la situación más difícil que ha enfrentado?

      Mi papá no me aceptó cuando nací. No quiso hacerse cargo de mí. Yo siento un rencor hacia él. Lo siento como una persona que no es mi padre, aunque, si lo veo, le digo padre por respeto. Es lo que más me ha agüitado. Soy de bajos recursos y tengo familia que es viciosa. No me avergüenzo de ellos porque tuve valor: vivía entre fuego y no me quemé. Veía cómo se enviciaban, se peleaban y hacían todo por conseguir droga. Tengo hermanos que andan dejando los zapatos por el vicio. Ahora que siento que soy alguien hablo con ellos para que agarren el consejo. Si yo quería comerme un taco tenía que conseguir dinero para mi alimento. Siempre les he dicho que se fijen en ese detalle, que tuve el valor para salir adelante.

      ¿Cómo le fue en la escuela?

      Una tía que se hacía cargo de mí como si fuera mi mamá me llevó a una escuela, pero no me quisieron. Tenían el temor de que me pasara algo porque había escaleras. Yo le preguntaba: ¿por qué no me reciben si soy como cualquier niño? puedo correr, jugar, patear un balón, aventarme chilenas, puedo subirme a los árboles. Qué pueden hacer ellos que no pueda hacer yo. En otra escuela me recibieron. Terminé hasta segundo de secundaria y nomás pasando esto quiero seguir estudiando porque nunca es tarde para aprender. Espero en Dios lograrlo.

      ¿Cuál es el mejor halago que ha recibido?

      Los de los amigos, mi entrenadora, mi familia. A veces he querido tirar la toalla, pero ellos me dicen que estoy joven, que puedo llegar a otra olimpiada además de Atenas.

      ¿Por qué le gusta tanto la música?

      Porque me hace olvidar todas las penas y hace que me vengan cosas buenas. Como en Sidney, iba muy nervioso, pero oí música y se me quitaron los nervios. Salí contento y me imaginé llegar a la meta para romper el récord. Y se logró.

      ¿Compró un equipo de luz y sonido?

      El dinero que he ganado lo he invertido en un equipo de sonido, para trabajar. No es gran cosa, pero se oye bien y gracias a Dios he tenido tocadas. El deporte se va a terminar y yo voy a dedicarme al estudio y al trabajo para sacar a mi familia adelante.

      Usted es un campeón, ¿por qué no sale en la tele como Ana Guevara?

      Siempre he buscado patrocinio y no se me ha dado la oportunidad. Pero si fuera ese Arnulfo con el brazo que le hace falta, si fuera ese Arnulfo que tuviera las piernas grandes y si fuera ese Arnulfo que estuviera bien, obtendría todo.

      Si pudiera pedirle tres deseos a un genio, ¿qué pediría?

      Yo no creo en eso. Si fuera mi mamá, que falleció cuando nací, un hermano, un ángel o Dios, pediría que los seres humanos nos quisiéramos, que no hubiera tanta discriminación y tanta pobreza.

      ¿Cuándo fue la última vez que soltó una carcajada?

      La última carcajada no se me ha acabado. La risa es algo medicinal para mí porque sacas lo malo y te entra lo positivo. Me río de muchas cosas. Cuando la gente nos discrimina, me sale una sonrisa y digo: ¡chale! Al burlarse de nosotros, ellos tienen un defecto más grande.

      ¿Qué le gusta comer?

      Soy fanático de los mariscos. Siempre me pido mi copota de camarones, con pulpo y cebiche y mis patas de mula con ostión y de todo, para cruzarme de una vez. Soy de buen comer.

      ¿Está listo para las olimpiadas?

      Me estoy preparando. Va a ser una competencia muy difícil. Mi rival principal es Arnulfo, el de Sidney. Y espero que el Arnulfo de Atenas supere al Arnulfo de Sidney porque es mi rival más fuerte.

      ¿Qué es lo mejor de la vida?

      Lo que me ha


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