Retrato hablado. Javier Darío Restrepo
me interesaba mucho la comida y si uno tiene iniciativa, busca asociarse para tener buen resultado.
¿Por qué vendió Bing?
Porque mi esposa en aquel tiempo se había enfermado mucho y yo quería estar lo más cerca posible de ella.
¿Qué hace en Dolphy?
Estoy como padre confesor de la empresa. En 1983 le vendí helados Bing a José Luis González. Después él se separó y quiso apoyar a todos los que a su vez lo habían apoyado a él en Bing por lo que decidió establecer Dolphy. Y yo soy como un padre confesor.
¿Cuál es su helado favorito?
Los pruebo todos, pero se puede decir que la vainilla, el chocolate y la fresa. Siempre los estoy probando para ver cómo están.
¿Es más heladero que diplomático?
La experiencia diplomática me ayuda muchísimo en todo lo que tiene que ver con relaciones. Una de las cosas que veo es que el mundo se ha vuelto muy materialista. Estamos descuidando mucho la ética y el diálogo.
¿En algún momento se siente extranjero?
Francamente no. Soy ciudadano americano y lógicamente conservo mis raíces y lo que me inculcaron mis padres. Pero me siento muy afortunado de haberme podido quedar en México y ayudar en lo que puedo.
¿Cuál es su rasgo más tapatío?
Una de las cosas que admiro mucho de México son los lazos familiares y sociales. En Estados Unidos la gente no tiene todo el tiempo para disfrutar las relaciones personales.
¿Hay algo a lo que no se ha podido acostumbrar?
Cuando llegamos Guadalajara era una ciudad totalmente tranquila. Aquí no se robaban coches ni había asaltos y mira ahora.
¿Es cierto que hace los ejercicios de Charles Atlas?
Sí, esos son los que hago. Hay que cuidar el cuerpo. Cuando yo era chico, todos los días al levantarme mi padre me llevaba a hacer calistenia. Desde entonces en donde quiera que esté hago media hora de calistenia.
¿Dónde consigue sus corbatas de moñito?
En los Estados Unidos. Mi padre fue el que me enseñó a usar la corbata. Yo también usaba la corbata larga, pero a veces se derramaba la comida.
¿Cuántas tiene?
¡Caramba, yo que sé! Muchas, una acumulación. Hasta tengo corbatas que me compró mi madre y que yo usaba en Cuba hace más de 60 años. Imagínese.
Usted vivió muchos años en Cuba, ¿conserva alguna costumbre cubana?
Claro. En mi casa siempre comemos los plátanos machos fritos. Eso viene de Cuba. Y hay otros platos de allá que también son deliciosos, aunque no siempre lo hacemos.
¿Ha vuelto a Cuba?
Fui hace tres años porque quería ver cómo estaban atendiendo los restos de mi padre, dos hermanas y un tío. Eso sí, los están cuidando muy bien. Yo anhelo que desaparezca Fidel Castro y que los cubanos vuelvan a abrirse.
¿Qué opina de México?
Está empezando a desarrollarse una forma de pensar y de actuar democrática en un país, como todos los de América Latina, que heredaron de los españoles el derecho divino de los reyes o el de arriba manda. El autoritarismo se ha asentado en todo Latinoamérica y cambiarlo a un sistema democrático no es fácil. México va a tardar bastante tiempo para lograrlo, pero en ese sentido está progresando más que América Latina.
Las oficinas de los empresarios suelen ser muy ostentosas. ¿Por qué la suya es tan sencilla?
Cada uno lo hace a su manera, pero yo pienso que no necesito contar con más de lo necesario para trabajar.
¿Cuál ha sido la etapa más difícil de su vida?
Francamente no pienso que haya habido ninguna etapa difícil. A mí me enseñaron a pensar siempre en el futuro, en lo que se puede hacer y en participar en todo aquello que mejore lo que se está haciendo.
Edmundo Estrada
“Hacedor” de tesis
© Humberto Muñiz
HT Edmundo Estrada. Eso dicen sus tarjetas de presentación y su publicidad. “HT” significa Hace Tesis. Un oficio, que afirma, es único en el mundo. Nació en el df, en 1959. Llegó a Guadalajara como contador de una empresa. Cuatro años después, en 1989, dejó la compañía “porque iba a nacer mi hijo y no me iban a dar vacaciones. Yo quería tener hijos para estar cerca de ellos”. Esto sumado a la “estupidez de la novia de un amigo” que no tenía idea de cómo hacer una tesis lo llevó a pensar: “como ésta ha de haber muchas que no entienden qué es lo que tienen que hacer y a lo mejor yo las podría ayudar”. Desde hace quince años ese es su trabajo.
La tesis no sirve para nada
¿Para qué sirve una tesis?
Para nada. Realmente sirve para que hagas tu examen profesional. Lo veo como un trámite. La verdad, es una estupidez.
¿No se supone que aportan conocimiento?
Muchas son un bodrio que nadie entiende y que no sirven para un demonio. Podrían servir para atender un problema si se les permitiera a los alumnos una mayor intervención. Pero haces tu tesis, haces tu examen y adiós: la tesis se va a la biblioteca. Se le da al traste a la poca utilidad que pudiera tener. Son millones de horas hombre que se van a la basura.
¿Cuántos licenciados tienen su título gracias a usted?
A esas alturas no te podría hablar de títulos, porque no voy hasta ese punto, pero creo que he hecho como 3,500 tesis.
¿Cómo las asesora?
La persona me dice el tema, yo hago toda mi investigación, elaboro el protocolo y el proyecto. Una vez que se aprueba el tema, lo desarrollo y entrego la información haciendo todas las correcciones que surjan.
¿Usted las hace?
Sí. No es ilegal, a lo mejor alguien lo pudiera calificar de inmoral, pero ilegal absolutamente que no es.
¿Es inmoral?
Es una alternativa para cumplir con un requisito.
¿Sus clientes son los alumnos “burros”?
No necesariamente. Los recién egresados no son mi mayor mercado sino los rezagados. Tengo clientes de todas las edades, incluso de 70 años y de maestría.
¿También de maestría?
Sí, claro y también de doctorado.
Se supone que quien hace un posgrado le gusta investigar.
Pues se supone. Tantas opciones de titulación que hay ahora han minado mi trabajo a nivel licenciatura, pero gracias a Dios viene gran cantidad de posgrados. Yo espero que entre maestrías y doctorados me caigan algunos.
Con tantas tesis que ha hecho, será ya un sabio.
Te queda mucha cultura y mucha información que a final de cuentas te sirve para resolver de manera muy ágil los problemas de tu trabajo, pero sabio no soy. Soy, como decía un amigo mío, pendejo pero tesonudo.
Después de las tesis de Derecho ¿ya puede litigar?
No podría respaldar un juicio, pero sí te puedo hacer una tesis al respecto porque lo que hay que hacer es investigar y en eso soy bueno. Hace quince años que desarrollo este trabajo. Cuauhtémoc Blanco es bueno por el tiempo que ha pasado jugando futbol, no porque sea tan bueno.
¿En medicina es más difícil?
No. En términos de grado de dificultad es lo mismo una tesis de medicina que una de educación básica, tienes que