¿Qué guardas en tu cartera?. Sandra Mancinelli
pues volverán de la tierra del enemigo” Jer 31:16
Nuestro Dios escucha cada oración que hacemos.
“No pasa por alto el clamor de los afligidos” Salmo 9:12
Un alma angustiada, trabajada y cargada, quebrantará su corazón, se inclinará ante Dios a expresar su desconsuelo y seguro será a través de lágrimas, sollozos y suspiros y eso hará detener el tiempo en el espacio porque alguien está interesado por las lágrimas que son derramadas para ser recogidas y atesoradas en su libro, cada lágrima que cae será recogida por tu Padre.
Nunca pienses que tu oración por más vacilante o débil que fuere no es tomada en cuenta.
“Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; Al corazón contrito y humillado no despreciarás tú oh Dios “Salmo 51:17
“Donde quiera que haya un corazón cargado de tristeza o unos labios temblando en agonía, profundos gemidos o suspiros de arrepentimiento, ahí mismo está abierto el corazón del Señor. Él registra cada uno en su memoria, colocando nuestras oraciones como si fueran pétalos de rosas entre las páginas de su libro de los recuerdos. Y cuando finalmente se abra ese libro, brotará de él una preciosa fragancia” Charles Spurgeon.
A medida que lees, mujer, ¿puedes experimentar la paz de Dios en tu vida? ¿Puedes sentir en tu corazón la confianza del Señor?
Puede tener el mejor deseo, o lo mejor para darle a Cristo, pero nada se comparará al valor de tus lágrimas derramadas a sus pies.
Te invito a que hagas tuya esta historia escrita en la Biblia en el libro de Marcos, capítulo 14.
Mientras los principales sacerdotes y los escribas buscaban estrategias para apresar a Jesús El pueblo espera la pascua y la fiesta de los panes sin levadura.
¿Acaso saben lo que planean estos hombres?
Jesús está en Betania, seguramente está triste, sabe que su hora está llegando, Simón, el leproso, lo hospeda en su casa, los discípulos estarían con él, seguramente.
Alguien pregunta ¿Dónde está? ¿En qué morada está? Pareciera que ella entiende lo que está pasando, ella escuchó atentamente a Jesús, con una mano toma su largo vestido, con la otra protege algo muy caro, quizás lo único que ella creía tener de tanto valor.
Sin embargo necesita darle a alguien ese valor que también traía en una redoma
Entra en la casa de Simón, el leproso.
¡Sí, ahí está! Está sentado a la mesa ¡Es Él! ¡Es ahora o nunca! No espera más, no le importa quiénes se encuentran en ese lugar, ella quiere dar lo único que cree tener de valor y era un caro perfume de nardos, el más caro de la época quizás.
Él la mira, ella cae rendida ante su presencia y quiebra el alabastro derramando todo el ungüento sobre la cabeza de Jesús.
¡Qué hizo! Cómo va a derrochar algo de tanto valor, más o menos así fue lo que dijeron los hombres que estaban allí. Podríamos haberlo vendido para los pobres ¡Qué desperdicio! Murmuraban contra ella.
Pero ¿sabes? Se abrió la boca del Maestro y tapó la boca de los presentes que solo veían lo pasajero del momento, no podían ver el acto de amor, valor y entrega de esta mujer.
Déjenla, ¿por qué se molestan? A los pobres los tendrán con ustedes por lo tanto háganle bien.
Pero a mí no siempre me tendréis.
Por favor, mujer, lee dos veces esta bendita expresión de Jesús.
Y prosiguió “Esta ha hecho lo que podía porque se ha anticipado a ungir mi cuerpo para la sepultura” Marcos14:8 Palabras de
Jesús.
Y lo que es más, quiso que sea recordada en el mensaje de este bendito Evangelio en todo el mundo, para memoria de ella.
Mujer querida, derrámate ante la presencia de Jesús y tus lágrimas serán enjugadas.
“Bienaventurados los que lloran porque ellos serán consolados” Mateo 5:4
Tus lágrimas en las manos de Dios tienen propósitos para que su nombre sea glorificado. Para que tu vida sea santificada, purificada y perfeccionada en Dios.
Cuando pases por pruebas, aflicciones y angustias llora a sus pies y su gracia sublime y salvadora te sostendrá.
Seguro terminando este capítulo, cada lágrima derramada corrió tu maquillaje. Entonces introdúcete en el próximo, por si todavía tienes que quitar del todo la máscara o maquillaje de tu vida.
CAPÍTULO 2
MÁSCARA (maquillaje)
El maquillaje es uno de esos objetos que llevamos en nuestra cartera para vernos bien bonitas durante el día ¿verdad?
Bueno quiero hablarte del mismo por si no sabías su origen y procedencia.
Proviene del Germánico antiguo, concretamente de la palabra “Makar “que no significa otra cosa que modelar o amasar.
En tiempos antiguos el maquillaje tuvo su aparición en Egipto, luego en Grecia y año tras año, las bases de maquillaje fueron evolucionando, y a principios de 1800, en Francia, surge y se populariza el “esmaltado de rostro”, una pasta que se colocaba sobre la piel para dejarla tersa y uniforme...
El maquillaje parece haber estado presente en las relaciones humanas desde la prehistoria.
La primera visión que nos despierta el maquillaje es, pensar en colores, texturas de cremas para aplicar sobre la piel y así modificar su aspecto realzando las facciones.
Todo maquillaje subraya la originalidad de quien lo usa, el mismo, oculta defectos físicos y hace que el espejo nos devuelva una imagen diferente despertando admiración en los demás.
Muchas personas se maquillan para ocultar los estragos del envejecimiento sobre su piel.
El maquillaje también deja un mensaje en el otro y varía según las culturas.
Siempre hay un estuche con algunos colores cremosos en la cartera ¿verdad? a menudo lo usamos algunas más, otras menos, pero usado con delicadeza, habla de nuestra femineidad.
También es muy bueno saber que el maquillaje usado puede quitarse con alguna crema demaquillante, de manera que nuestro rostro vuelve a su estado natural.
Pero quiero hablarte de ese maquillaje, o máscara que no se puede quitar y está grabada en un lugar que ocultamos y no lo dejamos ver.
¡Por años hemos maquillado nuestro corazón!
Con profundos secretos, pecado sin confesar, perdones que no podemos otorgar, enojos no resueltos que nos estancan y no nos dejan avanzar, inquietudes que no nos animamos a preguntar, dudas que dejamos en el olvido, temores que nos paralizan, recuerdos que nos entristecen y así podríamos seguir realizando una larga lista de cosas que para que no se noten, vamos maquillando con la máscara de las propias fuerzas, creyendo que solas podremos, o que en algún momento todo cambiará.
Cada capa de máscara que ponemos sin antes hacer una limpieza profunda permite en nuestro corazón una coraza, entonces nos resignamos a vivir de esa manera.
Como el dicho que a menudo escuchamos y creemos que así es. “A mal tiempo buena cara”.
Se va forjando en nosotras un carácter débil y nos defendemos todo el tiempo porque nos sentimos afectadas ante las situaciones que nos toca enfrentar. Luchamos por ser auténticas, entonces actuamos diferente a como somos en realidad. Con el tiempo ideamos máscaras para tapar, ocultar o dar a otros una percepción distinta de lo que realmente somos.
Pareciera que despojarnos de esta máscara y revelar nuestro propio yo, es como un pensamiento insoportable, por la necesidad que tenemos de agradar a otros y ser aceptadas. Es tan fuerte este deseo que hacemos cualquier cosa para satisfacerlo.
CONVIVEN