¿Qué guardas en tu cartera?. Sandra Mancinelli
vez recuerdes tu infancia y la verdad es que hacías tantas cosas para ser aceptada.
Se escucharon, se escucha y se escucharán siempre las malditas frases; “la gordita” “la pecosa”
“la flaca escopeta” “la tímida” “la loca”, etc.
Todos estos temores, nos convirtieron en expertas moldeadoras de máscaras que van ocultando la tristeza que carga el corazón, entonces...
Una máscara, otra máscara y otra y otra
Ya no sentimos nada y hacemos las cosas resignadas mostrando una sonrisa forzada, y hasta nos sentimos cómodas con ella puesta.
Todos los buenos consejos que nos dan, rebotan en esta máscara que tomó la dura resistencia de una piedra; hacemos que escuchamos pero todo se desliza por la misma y volvemos a la rutina de creer que todo pasará o que el tiempo lo llevará
Considera esta Palabra, mujer.
“Tened cuidado, hermanos, no sea que en algunos de vosotros haya un corazón malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo. Antes exhortaos los unos al otro cada día en tanto se dice hoy para que ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del pecado. Porque hemos llegado a ser partícipes de Jesús con tal de que retengamos firmes hasta el fin, nuestra confianza del principio, entre tanto que se dice; si oyereis hoy Su voz, no endurezcáis vuestros corazones como en la rebelión.(Hebreos cap. 3:12al 15).
Esta palabra refiere al pueblo que salió de Egipto, por la incredulidad de sus corazones, por las quejas, no pudieron entrar. Estuvieron airados cuarenta años, no podían ver ni disfrutar lo que Dios hacia por ellos.
Entonces...
¿Cuál es nuestra verdadera belleza?
“El corazón alegre hermosea el rostro” (Prov 15:13).
Es necesario quitar la máscara que endureció, envejeció y amargo tu corazón con recuerdos que te llevan siempre al pasado y no te dejan vivir el presente y el futuro te da miedo.
Es necesario que esa máscara que tu corazón porta se vaya desintegrando con aquellas lágrimas que corrieron el maquillaje de tu rostro.
Es tan necesario como vital que tu corazón sea libre a través de esta lectura, de lo contrario no habrá entrada para las cosas nuevas y... una vez más dejaras pasar la oportunidad de sanar tu corazón. Recuerda que de el mana la vida y la verdadera belleza.
“Que la belleza no sea externa, joyas, adornos costosos, vestidos lujosos, que su belleza sea más bien la incorruptible, la que procede de lo intimo del corazón y consiste en un espíritu suave y apacible”. (1de Pedro 3:34).
¡Si mujer! No dejes pasar más el tiempo, necesitas un nuevo corazón, tu rostro se verá más radiante y luminoso. La única luz que alumbra el camino es la Palabra de Dios que estoy segura que ya está haciendo efecto y sientes una paz que antes no sentías.
¿Sabes? Ahora te pido si puedes sigue buscando en tu cartera que seguro encontraras un espejo porque necesitas mirarte. ¡Vamos anímate! el devuelve la imagen. Es lo que retrata, refleja y da la imagen de algo.
CAPÍTULO 3
ESPEJO
“Porque si alguno es oidor de la Palabra, pero no hacedor de ella, éste es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural. Porque él se considera asimismo y se va y luego olvida como era. (Santiago 1:23-24).
¿Eres de las mujeres que vives olvidada de ti misma?
¿Eres de las mujeres que no puede mirarse al espejo?
¿Eres de las mujeres que pasas horas mirándote al espejo?
El espejo sirve para reflejarnos nuestra imagen en el. Frente al mismo tomamos diferentes actitudes. Si te paras frente a un espejo ¿Qué ves? ¿Que dirías de esa mujer que se refleja en el mismo?
¿Aceptas tus cualidades, limitaciones?
¿Aceptas a tus padres? ¿Tus hermanos? ¿Tu soltería?
¿Aceptas a tu esposo? ¿Tus hijos?
¿Aceptas tu edad? ¿Tu cuerpo?
¿Te aceptas mujer?
Es un trabajo difícil y lleno de dificultades, va más allá de mirarse en un espejo y pensar en la devolución del mismo.
Si tú no te aceptas es muy difícil que aceptes al prójimo.
Si no te aceptas, no te amas y si no te amas, no puedes amar a tu prójimo.
“La imagen que tienes de ti misma es tu auto imagen, y la valoración que te haces se llama autoestima, la autoestima es la idea que tienes acerca de tu valor.
Te invito a recorrer juntas este precioso pensamiento sobre la mujer, las mujeres, yo, tú, ellas... Las que están por todas partes y también busquemos la respuesta de esta pregunta.
¿Qué es ser mujer?
Cuando pienso en la mujer pienso en una gran obra de arte que deja extasiado a quien se anime a usar la paleta para seguir dando pinceladas, que seguro nunca acabará.
Es una obra que quien la empezó la terminara, y no se trata de una mano humana; se trata de Dios Él es quien empezó esta obra y es Él quien debe terminarla, a menos que quieras seguir de mano en mano.
La mujer es un ser maravilloso, tu lo eres, por lo tanto cada pincelada sobre ella debe ser con mucho cuidado y delicadeza.
Porque ella es fuerte, pero es frágil.
Hay un mandato de parte de Dios para los hombres y dice.”Vosotros maridos, igualmente, vivid con ella sabiamente, dando honor a la mujer, como a vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo.(1dePedro 3:7).
Mientras lees seguro tu corazón late y dices, si claro, me gustaría ser tratada con tanta delicadeza y cuidado como se trata un vaso frágil Pero esto a mi no me ocurre, tú no sabes lo que yo paso, lo que vivo.
Nadie a mi me ha tratado con fragilidad.
¡Cómo crees que puedo aceptarme!
¡Cómo crees que puedo amarme!
Lo único que se refleja en este espejo es tristeza, soledad, lagrimas...
¡Si claro! Créeme que entiendo lo que dices, púes son las cosas que escucho a menudo del corazón de las mujeres, pero déjame recordarte a través de estas páginas ¡Quien tu eres! Atrévete a saber más del valor y el precio que tienes.
Eres fuerte y sensible, hermosa y única, nadie más hay como tú. No te compares con nadie, ello te desenfoca de la importancia que te dio Dios cuando te creo con tanto cuidado y amor.
Entonces... sigamos recorriendo y buceando más profundo aun...
Ser mujer es un reto constante y una aventura incomparable...
Es saber guardar muy dentro del ser las motivaciones y deseos y esperarlos que se hagan realidad a su tiempo...
Es correr una carrera a fondo en el que cada día superamos nuevos obstáculos.
Nos caemos y nos levantamos todo el tiempo.
Aprendemos de los errores que cometemos... En ocasiones nos superamos y en otras nos entregamos al desgano, siempre sabiendo que encontraremos la salida...
Muchas veces dejamos lugar a la apatía, una emoción que nos paraliza y desliza una pincelada negra sobre la agradable y magnifica pintura del arte de ser mujer.
¿Todavía no puedes descubrir cómo y de donde vienen esas fuerzas sobrenaturales que como hado del destino aparecen y vuelves a sonreír?
El dueño de este maravilloso arte sin terminar, es Aquel incomparable Maestro, el que te creo, Dios mismo cuando dijo: “Y creo Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creo; varón y hembra