Historia crítica de la literatura chilena. Grínor Rojo

Historia crítica de la literatura chilena - Grínor Rojo


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al modelo republicano de Egaña como «aristocracia cívica» (129-179), para dar cuenta de su característica esencial. Proyecta el gobierno de la ciudad en manos de un conjunto de personas seleccionadas por sus cualidades políticas republicanas (virtudes) y no por calificaciones originadas en privilegios de familia, nacimiento, riquezas u otros. Desea formar una élite cívica que conduzca la República, permanentemente calificada en su mérito cívico, según un exhaustivo sistema establecido por la Constitución. La República debe permitir una selección verdaderamente eficaz de los mejores, con independencia de su lugar de nacimiento y riquezas. De allí el control férreo que dispone sobre todas las instancias de la vida colectiva de las personas, para impedir que agencias que puedan mantenerse al margen del control político influyan en la formación del ciudadano. Dirigido a este fin, Egaña censura, con celo inquisidor, cualquier actividad colectiva que pudiera mantenerse al margen de la inspección pública. Pero la calificación de aristocracia cívica para este modelo de República presenta también otro ángulo. Se trata de un modelo parapetado frente a la democracia. El error funesto de la democracia, a su juicio, consiste en sortear la necesaria calificación del mérito cívico de las personas para incorporarlas en la vida pública. La democracia pretende incluir a todos en la vida pública, sin prevenir el peligro que tal decisión encierra. Una igualación extrema puede conducir al enloquecimiento del pueblo, carente de las cualidades requeridas para controlar sus pasiones y enfrentar la acción de los demagogos y facciosos. Gobernar requiere, así, un principio moderador de las pasiones, capaz de enfrentar los peligros que sobre el régimen de la libertad levantan los que quieren establecer su dominación. Y este es el papel que cabe al Senado en su diseño.

      Juan Egaña fue un hombre que pensó la República con esmero. Con la intención de dejar poco o nada a la fortuna, diseñó una República basada en modelos de la Antigüedad, en la que la ley acabaría siendo costumbre y la costumbre virtud cívica. Pensó la República –quizás diríamos la soñó– profundamente para hacer de la ley de la república algo más que un elemento externo en la vida de los ciudadanos, un freno coercitivo que se impusiera como un mero poder físico, sino algo que formara parte inseparable de su identidad y voluntad, su ethos; en sus palabras, que fuera «moral», es decir, que activara los resortes morales más poderosos del ser humano, tales como el interés, la gloria y las costumbres, al premiar y honrar las «bellas acciones», como dice su Código Moral.

      Estimo que volver la memoria hacia escritores públicos como Juan Egaña nos permite disfrutar de un necesario encuentro con nuestro pasado y, desde allí, volver los ojos a un presente en el que persiste la herencia de ese pasado y del que hemos adquirido la responsabilidad por este mundo al que pertenecemos.

       Obras citadas

      Barros Arana, Diego. Historia Jeneral de Chile. Tomo VIII. Santiago: Rafael Jover Editor, 1887.

      Castillo, Vasco. La creación de la república. Santiago: LOM, 2009.

      Dougnac Rodríguez, Antonio. «El pensamiento confuciano y el jurista Juan Egaña». Revista de Estudios Histórico-Jurídicos. Sección Historia del Derecho. N° 20. 1998, 143-193.

      Edwards, Alberto. La Organización Política de Chile: 1810-1830. Santiago: Difusión Chilena, 1943.

      Egaña, Juan. El chileno consolado en los presidios o filosofía de la religión. Memorias de mis trabajos y reflexiones escritas en el acto de padecer y pensar. Londres: Imprenta Española de M. Calero, 1826.

      --------------------------. Colección de algunos escritos políticos, morales, poéticos y filosóficos. Tomos V y VI. Burdeos: Imprenta de la Sa. Va. Laplace y Beaume, 1836.

      --------------------------. Cartas a su hijo Mariano: 1824-1828. Santiago: Sociedad de Bibliófilos de Chile, 1946.

      --------------------------. Escritos inéditos y dispersos. Edición de Raúl Silva Castro. Santiago: Universitaria, 1949.

      --------------------------. Cartas de don Juan Egaña 1832-1833. Edición de Raúl Silva Castro. Santiago: Universitaria, 1951.

      --------------------------. Antología. Edición de Raúl Silva Castro. Santiago: Andrés Bello, 1969.

      Encina, Francisco Antonio. Historia de Chile. Tomo VI. Santiago: Nascimento, 1947.

      Galdames, Luis. La evolución constitucional de Chile. Santiago: Balcells, 1926.

      Góngora, Mario. Estudios de Historia de las Ideas y de Historia Social. Valparaíso: Universitaria, 1980.

      Hanisch, Walter. «La filosofía de don Juan Egaña». Historia. N°3. 1964, 164-310.

      Infante Martin, Javier. «Mercantilismo, proteccionismo y orden público económico en el pensamiento constitucional de Juan Egaña». Revista de Estudios Histórico-Jurídicos. Sección Historia del Derecho Chileno. N° 35. 2013, 547-566.

      Lastarria, José Victorino. Bosquejo histórico de la constitución del gobierno de Chile durante el primer período de la revolución, desde 1810 hasta 1814. Santiago: Imprenta Chilena, 1847.

      Lefort, Claude. La invención democrática. Buenos Aires: Nueva Visión, 1990.

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      Rojas Sánchez, Gonzalo. «Edmund Burke y Juan Egaña: una confrontación necesaria». Estudios Públicos. N° 19. 1985, 209-223.

      Romero, José Luis y Luis Alberto Romero (editores). Pensamiento Conservador 1815-1898. Caracas: Ayacucho, 1978.

      Serrano, Sol, Macarena Ponce de León y Francisca Rengifo. Historia de la Educación en Chile (1810-2010). Tomo I. Santiago: Taurus, 2012.

      Silva Castro, Raúl. Egaña en la Patria Vieja 1810-1814. Santiago: Andrés Bello, 1959.

      2 Más adelante Egaña reflexionará sobre esta experiencia en El Chileno consolado en los presidios. Londres: Imprenta Española de M. Calero, 1826.

      3 En carta a Joaquín Campino, del 2 de junio de 1833, le informa que no le detallará noticias políticas del día porque, advierte, «no salgo de mi tinaja y rara vez pregunto por cosas públicas» (Cartas de don Juan Egaña 1832-1833: 19).

      4 Antonio Dougnac Rodríguez entrega una completa referencia de la edición de las obras de Juan Egaña en Londres (tomos I al IV, 1826-1830) y Burdeos (tomos V y VI, 1836). Asimismo, se refiere a las publicaciones a cargo de Raúl Silva Castro. Ver: Dougnac, Antonio. «El pensamiento confuciano y el jurista Juan Egaña». Revista de Estudios Histórico-Jurídicos. Sección Historia del Derecho. N° 20. 1998, 144.

      5 Ver: Egaña, Juan. Cartas a su hijo Mariano: 1824-1828. Santiago: Sociedad de Bibliófilos de Chile, 1946.

      6 Dadas las dimensiones de este escrito, no puedo extenderme sobre las polémicas que Egaña mantuvo en vida defendiendo sus ideas religiosas. Las principales las entabló con el célebre liberal español, avecindado en Londres, José María Blanco White y con el diplomático norteamericano Samuel Larned. Ambos desestimaron los supuestos del argumento del chileno, quien defendió su postura en sucesivas publicaciones. Para un estudio atento de estas polémicas, sugiero la lectura de Stuven, Ana María y Gabriel Cid. Debates republicanos en Chile. Siglo XIX. Volumen II. Santiago: Universidad Diego Portales, 2013, 254-258 y 294-339.

      Juan Egaña: Cartas Pehuenches (1819)

      Claudia Zapata

      El libro Cartas Pehuenches, publicado en 1819, ha sido ubicado en los orígenes de la literatura del Chile republicano porque su autor, Juan Egaña, transmite a través de la ficción su pensamiento sobre la sociedad y la cultura de un país que acababa de nacer tras la Guerra de Independencia. Una guerra en la que el propio Egaña participó de manera activa, llegando a padecer el relegamiento y la prisión durante la Reconquista. Definir como un texto literario


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