Gabriela de Laperrière de Coni. Graciela Tejero Coni

Gabriela de Laperrière de Coni - Graciela Tejero Coni


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Garona.

      A partir de 1875, para el embellecimiento de la ciudad y afirmar el símbolo de la República, la municipalidad encarga las fuentes alegó­ricas y las esculturas monumentales a artistas de renombre (por ejem­plo, los caballos de bronce alrededor de la Columna de los Girondeses en la plaza de Quinconces).

      Después de la gran prosperidad el siglo XVIII con el comercio trian­gular y el comercio del vino, los grandes pudientes se inquietaron por las consecuencias financieras de la abolición de la esclavitud. Un pe­ríodo de depresión durante el imperio ha arrastrado un desempleo masivo, “aliviado” por la apertura de talleres de beneficencia, con­ducidos por los obreros para organizar sociedades de socorro mutuo.

      Los negocios reemprenden hacia 1870 alrededor de nuevas ac­tividades pero sin gran apertura hacia la gran industria. Los hom­bres ricos se reúnen en los clubs, se muestran en las carreras, en el teatro, se pasean con sus mujeres en los autos tirados por magnífi­cos caballos.

      Contexto político. La comuna

      Los burgueses de Burdeos habían tomado partido en la Revolución de 1789 (los Girondinos). Fue una de las raras ciudades fuera de París que conoció una revolución en 1830, pero la de 1848 transcurrió con más calma.

      Burdeos será la capital de Francia en 1870, después de la derro­ta francesa en Sedán contra los Prusianos. A fines de los años 60, los Bordeleses eligen, con amplia mayoría, a los adversarios moderados del Imperio de Napoleón III. El gobierno provisional de Francia deci­de entonces desplazarse a Burdeos.

      No ha habido Comuna de Burdeos como en otras ciudades (Tolosa, Lyon…).

      El movimiento obrero bordelés se desarrolla en un medio poco industrializado. Está muy marcado por el espíritu republicano. Es además el caso de los adherentes a la Internacional, pero también de notables moderados. Los oradores republicanos en 1868 (Jules Simón, Jules Favre, Pelletan, François Arago, Lavertujon, Larrieu) llenan las salas de 350 a 2500 asistentes.

      Los acontecimientos de la Comuna de París llegaron a la población bordelesa, entre otros a través de los conductores de tren.

      Ellos son escuchados en un contexto histórico donde la agita­ción social es habitual. En 1831, una manifestación de trabajado­res indigentes (talladores de piedra) fue violentamente reprimida. Entre 1853 y 1870, las luchas, con huelga, para aumentar los sala­rios y disminuir el tiempo de trabajo son numerosas en el sector de la construcción de edificios y la construcción naval, fabricación de vidrio, tonelería, sombrerería. Las movilizaciones por las guerras provocan manifestaciones como la de 1868. Una manifestación po­pular violenta se produce el 8 de junio de 1869 al grito de “¡viva la república!”. En mayo de 1870, los obreros carpinteros, ebanistas, panaderos se encuentran en lucha con reivindicaciones acerca de los salarios y el trabajo de noche.

      El movimiento obrero está disperso, los proletarios no tienen or­ganización. Los burgueses bordeleses esquivan el riesgo de explosión social concentrando la atención de los obreros en el plebiscito del go­bierno en mayo de 1870.

      Los debates políticos de París, la actualidad nacional, influencian a la población de Burdeos: guerras coloniales y movimientos de re­chazo al servicio militar; radicalismo, socialismo, anarquismo, bo­napartismo, monarquismo, república; enseñanza laica y enseñanza religiosa, educación escolar de las niñas.

      Los periódicos se hacen eco de esos debates. Los diarios “Le Nouvelliste” (monárquico), “La Gironde” (radical) y “La Petite Gironde” (republicano moderado), “Le Républicain de la Gironde”, después “La Tribune” (republicano con tendencia social), “Le Journal de Burdeos” (bonapartista) reemplazado por “La Province” en 1870. “Le Courrier”, “La Guienne”. ¿Cuántos obreros leen los diarios?

      El 12 de agosto de 1870 estalla una manifestación contra la armada y el emperador, a favor de la república. Dos motivos de protesta reapa­recen: el antimilitarismo y el anticlericalismo. Pero nada de cuestio­nar la propiedad y el orden. Eso es lo que, para algunos autores, ligado a la particularidad del movimiento obrero, explica la especificidad de los hechos de Burdeos.

      El 4 de septiembre, en los pasillos de Tourny, la estatua de Napoleón es derribada y la República se proclama. Paul Lafargue, miembro de la Internacional, sobrino de Karl Marx, está presente. Él escribe una carta el 7 de septiembre de 1870 en el diario “Le Républicain de la Gironde” (conservado en la biblioteca nacional).

      En 1870, los oradores de la Asociación Internacional de los Trabajadores reciben un público de 600 a 1500 personas. En octubre, la sección bordelesa de la Asociación Internacional de los Trabajadores (creada en 1866) es reactivada.

      A finales de diciembre el gobierno reside en Burdeos. Gambetta es aclamado, las ideas republicanas fortalecidas. En febrero, la Asamblea nacional se instala en Burdeos por proposición del Consejo munici­pal. Dejará la ciudad el 12 de marzo de 1871.

      A partir de febrero, los reagrupamientos tienen lugar para denun­ciar el armisticio con Alemania. Las reuniones de debate se multipli­can en la ciudad: clubs, comités, círculos, etc…Paul Lafargue, junto a amigos, anima los debates y el trabajo político de la Asociación Internacional de los Trabajadores que transmite la información so­bre los acontecimientos de París.

      “Los días de abril”, momento de la revuelta de Burdeos durante la Comuna

      El 8 de abril de 1871, se fijan en la ciudad los carteles de la Comuna, vigilados por los obreros. El 9 y 10 de abril, “La Tribune” publica el lla­mamiento de París. El 12 de abril comienzan las manifestaciones de­lante de los cuarteles. El 18 de abril el reagrupamiento ha crecido al grito de “¡Viva la Comuna federal!”. Las barricadas son levantadas en la calle durante toda la noche, se toca la alarma. Las provocaciones contra la tropa conllevan la réplica de los oficiales que hieren a los ma­nifestantes con sus sables. La guardia nacional procede a los arrestos.

      El 16 de abril un nuevo diario se publica, “La Federación, liber­tad, igualdad, fraternidad”, órgano de la Internacional con cinco nú­meros, después es apropiada (conservada en la biblioteca nacional).

      La calma llega el 19 de abril.

      El trabajo en terreno de la Internacional contribuirá a hacer el vín­culo entre los acontecimientos políticos y las aspiraciones sociales. En los años que siguen el movimiento obrero se organiza. El Partido obrero se implanta en Burdeos.

      Los obreros bordeleses van a escuchar las conferencias políticas

      En 1884 Sébastien Faure, propagandista anarquista, vive en Burdeos. El diario anarquista “La révolte” es difundido allí, lo mis­mo que “L’en Dehors”, un diario libertario. Hablan de injusticias so­ciales, del frío, del hambre y de la mediocridad impuesta a los pobres; de la parcialidad de los magistrados; de las condiciones de trabajo; de las revueltas de los obreros y las obreras en Inglaterra. Hablan del rechazo a la guerra. Discuten el matrimonio o la unión libre y acerca de las mujeres abandonadas con hijos. Siempre están presentes en las reuniones el comisario y los soplones.

      Jules Ferry, jefe de gobierno, llegado el 30 de agosto de 1885, habla de leyes sobre la escuela: extensión a las niñas del beneficio de la edu­cación secundaria pública (21 de diciembre de1880); gratuidad de la educación primaria (16 de junio de 1881) ; ley relativa a la obligación y la laicidad de la educación (28 de marzo de 1882). Habla también de la ley sobre la libertad sindical y la libertad de asociación, traída en 1884 por Pierre Waldeck-Rousseau, ministro del Interior de la III República. Pero además habla de la necesidad de extensión colonial.

      Economía: el trabajo de mujeres y hombres

      A finales del siglo XIX, el puerto de Burdeos busca nuevas activida­des hacia las colonias de Asia y África. La viña, introducida en la época romana, se perpetúa. Pero la enfermedad Filoxera destroza las cose­chas desde 1872. El comercio del vino se estanca con los países al otro lado del Atlántico como Argentina… Se recuperará hacia 1889 cuando el viñedo será reconstituido.

      Los viejos oficios van junto a los nuevos.

      Artesanos


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