ARGENTUM. Martiniano Pujol

ARGENTUM - Martiniano Pujol


Скачать книгу
lo hablamos, tema viejo.

      —Tema viejo y recurrente... me tomo un café y leo el diario mientras me despabilo, arrancamos cuando se vayan.

      —No creo que se queden mucho, voy a buscar a los cobayos, no te duermas, se van a pensar que nos rascamos.

      —Y… a veces nos rascamos —le dice Iván, encogiendo los hombros y haciendo una sonrisa forzada mostrando los dientes.

      —No, señor, eso se llama brainstorming.

      Enrique vuelve a los 5 minutos con el carro-jaula del bioterio y ve que Iván lo llama a través del vidrio que separa la oficina del laboratorio.

      —Saliste en el diario, boludo, se quejó un taxista de que le abollaste el auto.

      —Naaa, es un tarado, no le calienta nada a ese tipo.

      —¿Y para qué le abollaste el auto?

      —Fue sin querer, aparte no aprende por las buenas, se piensa que es el dueño de la calle.

      —Es empleado, Quique, no podés hacer eso, lo vas a dejar sin laburo. Aparte estas cosas no suman, ¿qué querés?, ¿que te odien?

      —No, tenés razón, me ensañé con el loco y se me fue la mano, después veo cómo lo arreglo, no se lo quise abollar. ¿Qué dice?… ¡Hey, chicos, no! —grita Enrique desde la oficina a los alumnos que se acercaban a la jaula de cobayos—. Esos cobayos están en ambiente controlado, no abran la jaula ni los toquen, les pueden afectar algunos parámetros clínicos.

      —¿Qué les hacen? —pregunta una alumna con cara de “No me gustan los experimentos con animales”, era una bonita jovencita de veintiún años, bajita, rellenita y rubiona de ojos verdes, bastante pálida.

      —Nosotros somos investigadores que trabajamos sobre bioinorgánica de sales plata y cáncer.

      —¿Eh? —pregunta la misma alumna con cara de haber escuchado algo en otro idioma.

      —Estudiamos los efectos de un tratamiento oncológico en distintos tejidos y para el monitoreo de tumores usamos unas sales radioactivas de plata.

      —La plata no es liviana como para excretarse por la orina, ¿se acumula, no? —pregunta la misma alumna.

      —Claro, muy bien.

      —¿Y por qué no usan sales de metales más livianos? Aluminio, titanio…

      —Porque se excretan y no las veo. —Enrique sabe por dónde viene el asunto—. Aparte el aluminio es muy polarizante, es muy tóxico, ¿no cursaron inorgánica?

      —Sí, sí, ahora me acuerdo, está bien... ¿Se mueren los cobayos?

      —Usamos un isótopo de plata radioactivo, que se adhiere a tumores generados previamente, todos los animales se terminan muriendo.

      —¿Qué isótopo? —pregunta curiosa

      —Uno raro, plata 115.

      —¿Tiene el tiempo medio suficiente para ver los efectos?, ¿no se degrada?

      El profesor mira a su alumna con orgullo, Enrique le explica lo que es su especialidad:

      —La vida media de la plata 115 es de alrededor de 20 minutos, pero eso es en estado elemental, si se combina para formar las sales antes de la desintegración, se queda con todos los neutrones de forma estable por varias semanas, eso nos da tiempo para trabajar, muy buena tu pregunta, te felicito.

      —¿Y tienen que preparar ese menjunje continuamente? —pregunta la jovencita y Enrique escucha la risa a medio contener de Iván desde la oficina.

      —Sí, nos mandan periódicamente del Instituto del Menjunje en Bariloche. —La carcajada de Iván hizo reír a Enrique y a todos los presentes.

      —Vamos, chicos, que arrancamos el seminario en el aula, si todos tienen la curiosidad de su compañera Pistore y prestaron atención, no van a tener ningún problema con las preguntas —dijo el profesor arreando el grupo hacia afuera.

      —Pero le quería preguntar acerca del tratamiento —dice la alumna Pistore mirando al profesor con ruego. El profesor lo mira a Enrique, que estaba pensativo con la vista perdida, entonces interviene Iván, que también lo nota.

      —¿Cómo es tu nombre? —pregunta Iván saliendo de la oficina.

      —Vanina Pistore.

      —Cuando cursaron biología, vieron reproducción celular, ¿no? ¿Cuándo se reproduce una célula?

      —Todo el tiempo —contesta un alumno alto y moreno del fondo.

      —Mmm… bueno, sí, pero ¿qué es lo que activa que una célula se divida? —Se hace un silencio, todos se miran y se ríen incómodos—. ¿Nadie?

      —¿La muerte de la vecina? —dice Vanina, todos la miran con cara de que está delirando y se ríen.

      —Correcto —dice Iván señalando a Vanina con el dedo—. ¿Se acuerdan del glucocálix por fuera de la membrana celular?, bueno, el glucocálix participa en el reconocimiento de una célula con la que tiene al lado, entonces cuando se muere la vecina, una célula se divide para rellenar ese espacio, pero en un tumor…

      —El crecimiento es descontrolado, ¿entonces el glucocálix de una célula tumoral es distinto? —interviene Vanina entusiasmada, hablaba muy rápido.

      Enrique mira al profesor y le dice:

      —Che, anda bien esta piba, ¿eh? Hubiesen venido hace 6 años y nos ahorrábamos dos.

      Todos se ríen y Vanina sonríe y se sonroja, se pone colorada con mucha facilidad, por vergüenza o por ira.

      —¿A cuánto el kilo de tomates? —grita el alumno alto y moreno del fondo, todos se ríen de nuevo.

      —¡Basta, idiota! —le dice Vanina que sabe que se pone aún más colorada.

      —Chicooos, tranquilos, Gutiérrez, comportate —interviene el profesor molesto, pero displicente.

      —Bueno, bueno, no pasa nada —dice Iván interrumpiendo el murmullo—. Ese cambio en el exterior de la célula del tumor es lo que nos permite la selectividad del tratamiento, usamos un anticuerpo que se une a un receptor de membrana por donde en las células normales entraría una molécula que se llama colchicina. —Iván ve que Vanina abre la boca como para interrumpir, pero se arrepiente, mira al grupo y pregunta—: ¿Qué hace la colchicina?

      —Cura la gota —contesta otra alumna.

      —Bueno, sí, muy bien, es un remedio para la gota, ¿pero a nivel celular?

      —Inhibe la formación de microtúbulos —responde Vanina con el ceño fruncido, mirando concentrada hacia el suelo—. Ya sé —dice mirando a Iván con el dedo índice en el aire y con cara de Eureka—, el tumor se queda en metafase, la célula no se reproduce y se frena el crecimiento descontrolado, ¿no hace falta cirugía?

      —Muy bien diez, para usted, Pistore —dice Iván sorprendido.

      —¡Aflojá, Hermión!, ¡salí un sábado! —dice Gutiérrez riéndose, mientras el portaútiles de Vanina le pega en la frente.

      —¡Pistore!, ¡va a romper algo! —grita el profesor

      —La cabeza de Gutiérrez voy a romper —contesta Vanina bien colorada como siempre que se enoja—. ¿Entonces encontraron una cura para el cáncer?... Y salgo los sábados, tarado.

      —Ojalá fuese una cura —responde Iván riéndose de cómo Vanina se ocupa de las dos situaciones—. Nos vendría bien un premio Nobel, pero falta todavía, estamos trabajando en el rango de dosis justo a partir de hoy.

      —¿Por la plata radioactiva?

      —No, la plata es para el monitoreo del tumor, fluorece en las placas donde vemos la evolución in vivo, con una sensibilidad en la que podemos ver


Скачать книгу