La herencia. Matthew Lopez

La herencia - Matthew Lopez


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pero seductor. Básicamente soy yo.

      MORGAN.— O,

      Elan es todo lo que Toby siempre quiso ser. Es quien Toby se ha convencido a él mismo – y al mundo – que es.

      TOBY.— ¿Estás diciendo que la vida de Toby es una mentira?

      MORGAN.— Estoy diciendo que la verdad es algo de lo que lleva toda la vida huyendo.

      TOBY.— Eso no suena muy divertido.

      MORGAN.— No lo es. Primavera. Ballet de Nueva York. Tormenta.

      Final de la Escena Tres.

      ESCENA CUATRO

       Primavera y verano de 2016

       1. Lincoln Center

      Una fuerte tormenta. TOBY, de pie bajo los enormes aleros del edificio, vestido con un traje elegante. Un paraguas grande y caro en su mano.

      JOVEN 1 sale del vestíbulo.

      JOVEN 1.— ¿Toby? Eres Toby, ¿verdad? ¿Toby Darling?

      TOBY.— Sí, gracias por leerme. Lo siento, pero no llevo boli.

      JOVEN 1.— No, nos conocimos hace como seis meses. ¿En tu apartamento? Nos intercambiamos las bolsas.

      TOBY.— Ah, sí. El pequeño cleptómano.

      JOVEN 1.— Ey, tú cogiste mi bolsa.

      Soy Adam Lucas McDowell.

      TOBY.— Ah, nombre completo y todo. En ese caso, soy Toby Michael Darling.

      ADAM.— Estás… wow.

      TOBY.— Ah, gracias. «Wow» es el efecto que buscaba. ¿Sueles ir vestido así cuando vienes al ballet?

      ADAM.— No, es que he pillado una entrada de última hora. ¿Has venido con tu novio?

      TOBY.— Al final Eric ha tenido que trabajar hasta tarde. Lástima de entrada de anfiteatro.

      ADAM.— Yo estaba en el gallinero.

      TOBY.— Alguien tiene que estar allí. ¿Qué te ha parecido?

      ADAM.— ¿El programa? Muy bueno. La pieza nueva especialmente. Me ha encantado.

      TOBY.— Sí. De los espectáculos que te cambian la vida.

      ADAM.— Hablando de cosas que te cambian la vida, leí tu libro.

      TOBY.— Anda ya.

      ADAM.— Me gustó mucho, de verdad. Tan potente, tan redondo. Casi como Salinger.

      TOBY.— ¿«Casi»? ¿Cómo que «casi»?

      ADAM.— Ah, quiero decir… a ver, ya sabes. Salinger es uno de los escritores americanos más grandes / de todos los tiempos y –

      TOBY.— Me estoy quedando contigo.

      ADAM.— Tu personaje, Elan, es tan vibrante… Es expansivo. Conozco a ese chaval. Crecí con ese chaval.

      TOBY.— ¿El niño rico, esnob y gay?

      ADAM.— No es esnob, simplemente es muy suyo.

      TOBY.— ¡Eso es lo que digo siempre!

      ADAM.— Bueno, que me encantó. Y me alegro de haber tenido la oportunidad de decírtelo.

      La lluvia cae con más fuerza.

      TOBY.— ¿Llevas paraguas?

      ADAM.— Pensaba que sí.

      TOBY.— Puedo acompañarte al metro.

      ADAM.— La verdad es que no vivo lejos de aquí.

      TOBY.— Ah, ¿sí? ¿Dónde?

      ADAM.— Por la calle 74.

      TOBY.— ¿Con?

      ADAM.— ¿Riverside?

      TOBY.— ¿Qué? ¿Compartes piso con doce compañeros más?

      ADAM.— No, vivo con mis padres.

      TOBY.— Ah…

      ADAM.— Sí, bueno. No me importa / andar bajo la lluvia.

      TOBY.— No digas tonterías. Llueve a mares. Cogerás una pulmonía.

      MORGAN.— Se acurrucaron bajo el paraguas de Toby y se adentraron en el monzón. Al final llegaron al apartamento de Adam, que era…

      JOVEN 1.— Ah. Un apartamento de cinco dormitorios y cinco baños completos más excusado con vistas al parque y al río que ocupaba la mitad de la undécima planta de un majestuoso edificio neogeorgiano. Como veis, Adam Lucas McDowell era asquerosamente rico.

       2. Apartamento de ADAM

      TOBY.— Vaya.

      ADAM.— Pasa si quieres.

      TOBY.— No quiero molestar a tus padres.

      ADAM.— Están en Japón. Mi padre tiene whisky, si te apetece. Whisky añejo.

      TOBY.— ¿Cómo de añejo? ¿Como del gobierno de Clinton?

      ADAM.— Como del Tratado de Versalles.

      TOBY.— Ah, sí, ponme un vaso.

      ADAM le sirve una bebida a TOBY.

      Este sitio es impresionante.

      ADAM.— Bueno, mi casa, sin más. Aquí tienes.

      TOBY da un sorbo.

      TOBY.— Dios mío.

      ADAM.— ¿Está bueno?

      TOBY.— Cariño, acabas de ofrecerme el último siglo de historia universal destilado en forma de bebida espirituosa. Está un quintillón de veces mejor que «bueno».

      MORGAN.— Toby se acercó a la gigantesca librería. Allí, en un estante – frente a lo que parecía una primera edición de El gran Gatsby de valor incalculable – había una foto de Adam con el presidente y su mujer, tomada en aquella misma habitación.

      TOBY.— Toby daba sorbos al whisky sabiendo que cada trago valía más de lo que él tenía en el banco en ese momento. (A ADAM.) ¿De qué conoces a los Obama?

      ADAM.— Mi madre fue a la facultad de Derecho con él. Se quedó destrozada cuando decidí ir a Yale.

      TOBY.— Sí, la pesadilla de cualquier madre.

      ADAM.— ¿Hiciste un posgrado de escritura?

      TOBY.— No, un posgrado no.

      MORGAN.— Un regate rápido, prestidigitación lingüística: Toby no tenía ni el bachillerato.

      TOBY.— ¿Aún estudias?

      ADAM.— No, me gradué en primavera.

      TOBY.— ¿A qué te dedicas?

      ADAM.— Soy actor.

      TOBY.— Ya decía yo.

      ADAM.— ¿A qué universidad / fuiste?

      TOBY.— ¿Cómo te está yendo? Lo de actuar.

      ADAM.— Tengo muchos call-backs. Aún no he conseguido un papel de verdad, pero he estado hablando con unas cuantas agencias y representantes.

      TOBY.— No está mal para ser tu primer año.

      ADAM.— Tengo amigos que ya están en Broadway.

      TOBY.—


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