Sello de Sangre. Nathan Burkhard

Sello de Sangre - Nathan Burkhard


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para ver a Sagira, quién lentamente se ponía de pie, extendió la mano y ordenó —Tráeme la daga.

      Joe por un momento él no la reconoció, pero sabía que ese rostro le era familiar, la vio caminar hacia la mesa de piedra que resguardaba esa daga, al tenerla entre sus manos retrocedió viéndole fijamente, mientras que Piora no daba crédito a lo que sus ojos veían, jamás pensó que las cosas dieran un giro tan conveniente e inesperado.

      —He aquí a un conquistador, un demoledor de almas perturbadas y un ser despreciable para nosotros, aunque su corazón es solo de una persona, marcado hasta el cuello de amor. Un joven enamorado que desea salvar a su gente y ser el vencedor, un joven que daría su vida a cambio de aquel amor que creció en cautiverio, creció ocultándose, creció sin saber que es un arma mortal, un arma destructiva que desde su inicio fue construida para ello —cuestionó al visitante, acercándose a él rodeándole como una presa, escrutándole con la mirada.

      Los masculinos pómulos de Joe se tiñeron de rojo al verse bajo ese enervante escrutinio, tomó tanto aire como sus pulmones se lo permitieron para tratar de controlar sus emociones en ese momento.

      Sarah al sentir los pasos en su dirección quiso adentrarse a la oscuridad de la habitación, pero Olid no se lo permitió —¡No, Sarah! Vámonos de aquí, es peligrosos y aun ahora que sabemos tantas cosas —antes de que ella pudiera objetar, él la tomó de la muñeca y desaparecieron del lugar, ellos ahora eran un peligro inminente, algo que ni Piora mismo podía ya controlar.

      Sagira se acercó a él y le entregó el frío metal a las manos, él no se amilanó ante la presencia de la mujer, pero sí se percató de su marca y lo familiar que le resultó ser, él no era el único que había traicionado a su raza, no era el único en estar bajo el servicio de Piora. Por un instante sintió el poder que esa daga emanaba y pudo sentir que era la misma fuerza que sintió en Roma cuando Natle se descontroló —Yo quiero evitar que muera —respondió observando la daga con desprecio y desdén —No quiero adelantar su muerte con esta daga ¿Para qué me le entregas si no quieres que muera por mis manos?

      —Tan solo te muestro qué y quién le quitara la vida, no es una espada, no es accidente, o una enfermedad, es esa daga y quien la posee es quien le arrebatará la vida. Es algo que no se podrá evitar en su momento, pero —hizo una pausa significativa —Se puede evitar ese final si tú haces algo por mí.

      —¿Cómo sé que no es un truco? —preguntó él sin apartar la vista del demonio.

      —Por la misma razón que esa tarea te lleva a salvar su vida, su alma y cuerpo.

      —Sabes que yo llegaré hasta el fin de los mundos con la única tarea de salvarle de la muerte, por eso soy su guardián, para ello me crearon, me entrenaron, para protegerle, para guiarle —elevó la barbilla, mostrando su valentía, pero aun así su cuerpo temblaba precipitadamente ante el miedo.

      —Veo que recordaste tu pasado —no se limitó en decir la verdad —Tus enseñanzas. Eso, eso es querido Ïlarian. Te crearon para matarla, para poder obtener su vida, para darle a Dios el poder de destruir este mundo corrupto, pero veo que las cartas se han invertido al sentirte enamorado de la joven arma de poder, al sentirte enamorado de tu protegida ¿Dime? No es curioso el amor. Es una ciencia difícil de entender —negó con la cabeza, como podía burlarse cuando él mismo había sufrido de la misma enfermedad —No hay nada que hacer ¡El amor! ¡El dulce amor! —sus palabras eran tan frenéticas, como disparatadas, había cierta burla en ellas, pero su odio reprimía todo, en cada palabra dicha apretaba los dientes con fuerza.

      —Solo ve al grano y dime ¿Qué debo hacer? —le interrumpió, lanzándole nuevamente la daga en sus manos.

      —¿Estás dispuesto a hacer todo con tal que ella viva?

      —Estoy dispuesto a morir si es necesario y creo que ya quedó claro.

      —Ante lo que te pediré a cambio debes pensarlo bien, no es una decisión que se pueda tomar a la ligera ante el precio que pagaras. Para todo hay un precio y un sacrificio.

      —No era de suponerse. Contigo hay un precio para todo Piora —espetó Joe, mordaz —No importa si pago con sangre este pecado, esta traición que cometeré. Tan solo la vida de ella es la que me interesa. Tan solo su vida y no la de los demás —su expresión no cambio en nada pero sus ojos se endurecieron aún más de que costumbre

      —¡Niño! El precio es mucho más alto que tu vida misma. Tu vida es un grano de arena comparada con la de ella. El precio que deberás pagar será tu amor por ella al igual que su olvido... Su olvido ETERNO.

      A tales palabras su rostro se volvió lívido como la cera y sus ojos azules carentes de vida, titubeó, trató de decir algo, de negarse, obligarse a retroceder, pero sus pies estaban clavados al suelo, pero tan solo una palabra salió de sus labios sin control alguno —¡Esta bien! —hizo una pausa significativa, intentó tragar el duro nudo que se formó en su garganta, pero sintió la boca más seca de lo que él mismo creía —Lo haré, es una tarea. Puedo hacerlo, lograré hacerlo.

      —¿¡Fácil!? No lo creas así muchacho —disfrutaba, le causaba placer ver como los demás sufrían, era un dulce juego de niños para él —Creo que no me has entendido, Ïlarian.

      —Me dices que me aleje de ella, que trate de olvidarla.

      —No es tan simple. Si quieres que ella conserve su vida y luche por ella, romperle el corazón es la clave, su corazón es la clave de todo este juego sin reglas. Con tu olvido, ella podrá iniciar, podrá vivir, elegirá seguir —hizo a un lado su camiseta para poder ver su hombro sin mancha, pero con un leve rasguño en su piel, la marca se hizo presente, sin dolor, sin tener idea que apareció —Ambos no eligieron esa vida, no tuvieron opción. Aunque sus padres los concibieron sabiendo que ustedes serían tan solo cenizas después de la guerra que estaba predestinada para este mundo.

      —Dime que es ese símbolo que acabas de conjuran en mí —replicó Joe, no era tonto, sabía que Piora tenía cosas muy ocultas, sabía que tenía muchas maneras de jugar sucio.

      —Solo trató de darte un pequeño empujoncito, acabo de cerrar mi mejor trato y sé que con el tiempo comenzarías a recordar tu vida pasada y con ello la misión para la que fuiste entrenado tomaría el control de tu vida, pero después de esta noche no podrás recordar.

      —Me obligaras a olvidarla.

      —Olvidar un amor de esa magnitud no es fácil, llevará tiempo pero me aseguraré de que tú cumplas tu parte del trato.

      —Cómo saber que tú cumplirás tu parte.

      —Porque ella estará con vida —su fría mirada perforó el rostro de Joe —Haz tomado la mejor decisión, ya que ella sin mi intervención moriría, morir y salvar a la gente que le rodea, morir por tus propias manos, tus manos y su sangre son el arma para la salvación del mundo, sacrificarla en su nombre y darles libertad a pueblos oprimidos, pero también destruyendo al mal, toda una misión sin sentido y todo porque eres el último varón de la generación, lamentablemente hubiese sido distinto si ella no hubiese sido una adorable mujercita —rodeaba al muchacho con la mirada, además de con sus pasos, tocando su espalda —¿Por qué dar la vida por seres miserables? Por seres que ni siquiera lo merecen, acaso no ves la crueldad de este mundo, y créeme cuando te digo que yo no estoy involucrado... —gesticuló con ambas manos —Como padres matan a sus hijos, hijos matan a sus padres, como niños matan a sus mascotas, como el hombre ultraja a las mujeres, como el hombre mata al hombre ¡Reacciona! Ve a tu alrededor, acaso no ves televisión. Tengo la certeza que sí viste todo en el hospital cuando llevaban a Max a que le quiten la bala de su hombro —levantó su mentón observándole con firmeza —El caso más reciente de crueldad es Michel, como su propia madre le rechaza después de años. Su padre te pidió que te la llevaras. Muchacho no seas ingenuo, ve la crueldad del mundo, estamos hoy en una era muy cruel y nefasta donde los principios y la moral quedaron atrás, tan solo queda el pecado y el libertinaje, es la única manera de divertir hoy a los nuevos jóvenes, con drogas y... —hizo una pausa dejando de hablar por solo unos segundos —Sabes bien a que me refiero... Creo


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