Corrientes de psicología contemporánea. Martín Echavarría
ensueño, y elaboraba historias fantásticas. Descubriéndolo casi por casualidad, Breuer constató que la exteriorización y verbalización de estas historias aliviaban a la paciente, luego de lo cual descubrió que, poniéndola en estado hipnótico, y dándole como estímulo alguna de las palabras que ella decía durante sus estados de ausencia, no sólo reproducía los relatos, sino que llegaba en muchas ocasiones a recuperar los recuerdos perdidos de los traumas que estarían en el origen de los síntomas. La paciente misma llamó a este método (usando el idioma inglés que en ese momento usaba en lugar de su lengua materna olvidada) “talking cure” y “chimney sweeping”, porque a través de la palabra, los afectos reprimidos lograrían expresarse, de allí el uso del término catarsis30 (técnicamente, esta descarga es llamada por Breuer y Freud “abreacción”). Breuer dejó inconcluso el tratamiento de esta paciente (aparentemente por unas insinuaciones sexuales de la misma que lo asustaron), que terminó recuperándose en una clínica31.
Años más tarde, hacia 1886 cuando Freud comienza su práctica terapéutica, retoma esta método, basado en la verbalización en estado de hipnosis, y es por una modificación de este método, cambiando la hipnosis por la asociación libre de ideas, que Freud funda el psicoanálisis, entre 1896 y 1900 (aunque según Onfray, ni la “cosa” psicoanalítica, ni su nombre tendrían por creador verdadero a Freud32).
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Básicamente, a partir de estos antecedentes, combinados de un modo original, surge la explicación de Freud. En todo caso, si Freud no es el creador de la noción de inconsciente, sí es su máximo divulgador. Sin embargo, es necesario señalar que, antes de la modernidad, antes de Descartes, que identifica el espíritu con la conciencia, era evidente que el alma incluía aspectos inconscientes. Esto se ve ya desde Platón y Aristóteles. El combate de aquellos autores para establecer la noción de inconsciente, es una lucha más contra Descartes que contra Aristóteles directamente, a pesar de que consideren, como muchos autores de esta época, como tradicional algo que no es tradicional en absoluto33.
La centralidad acordada por Freud al tema de lo inconsciente creará no sólo una escuela, sino una corriente. Hay varios autores que pertenecen a escuelas distintas (como Freud y Jung) y que ponen el centro de la explicación del ser humano, y después la base de una psicoterapia, de una educación, etc., en el inconsciente. Por eso hemos intitulado esta Sección “Psicologías del inconsciente”. El más importante de ellos es Sigmund Freud y, por eso, para el común de la gente es el creador de la psicología; aunque en verdad no sólo no creo la psicología (que existía desde hacía 2.500 años) sino que no creó tampoco la psicoterapia. Y no sólo no creó la psicoterapia, sino que ni siquiera descubrió la idea de inconsciente; es más, su mismo sistema teórico no es totalmente original, pues, como hemos dicho, si uno va a estudiar las fuentes encuentra a Schopenhauer, a Nietzsche, a Herbart, al darwinismo, etc., aunque su “sistema” sea presentado como una doctrina totalmente original y surgida sólo de la experiencia clínica34. Freud no cita casi nunca a nadie, aunque sí se cita frecuentemente a sí mismo. El autor más citado por Freud es Goethe, que es su favorito35; generalmente cita las palabras de Mefistófeles en el Fausto, porque para él el inconsciente es de naturaleza demoníaca. Lo inconsciente ocupa el lugar de lo trascendente tradicional. Todo lo que la mentalidad “primitiva”, “medieval”, metafísica (como sería la cristiana), según el parecer de estos autores (Freud, Jung), proyectaba como seres trascendentes, como dioses y demonios, sería un producto del inconsciente, y por lo tanto tendría una raíz psicológica o incluso biológica36.
3. El período prepsicoanalítico de Freud
El período prepsicoanalítico es uno de los menos estudiados, pero más reveladores de la personalidad de Freud, lo cual va muy en la línea de su propio pensamiento, que destaca la importancia de los primeros años de vida para la comprensión de la personalidad. En todo caso, no es éste el lugar adecuado para exponer en modo completo la vida, ni mucho menos la infancia, de Freud37. Desde su adolescencia mostró intereses por la literatura (especialmente por Goethe) y por la filosofía. Por su correspondencia juvenil sabemos que hacia los 17 años había leído a Ludwig Feuerbach, a David Strauss y a Friedrich Nietzsche38. No abandona estos intereses durante sus estudios de medicina, pues se apunta a asignaturas de Filosofía con Franz Brentano (1838-1917)39, funda con unos amigos (Sigfried Lipiner y Joseph Paneth40) un periódico filosófico y concibe la idea (nunca realizada) de hacer una tesis doctoral en Filosofía bajo la dirección de Brentano41. Además, tradujo un tomo de las obras de Stuart Mill al alemán, en la edición dirigida por el filósofo Theodor Gomperz (1832-1912), trabajo para el que fue recomendado por el mismo Brentano. Según testimonia Freud en sus cartas, las argumentaciones de Brentano le hicieron superar durante un breve tiempo el materialismo, del que estaba previamente convencido, y el ateísmo, poniéndolo incluso al borde de la conversión42. Sin embargo, en vez de convertirse, la posibilidad de la existencia de un mundo espiritual parece haber inclinado al espíritu naturalista y curioso de Freud hacia las ciencias ocultas, como veremos43.
Al terminar los estudios, se dedica a la investigación (son conocidos sus estudios sobre la cocaína, de la que se transformó en consumidor y propulsor entre sus amigos44), trabajó un tiempo (entre 1883 y 1885) en el Hospital General de Viena con Theodor Meynert (1833-1892)45. En 1880 conoció a Josef Breuer (1842-1925), y tuvo oportunidad de enterarse de su novedoso tratamiento de la histeria, el método catártico, que aplicó por primera vez al tratamiento de Anna O., en 1881. Freud mismo aplicaría más tarde este método, y el resultado de este intercambio intelectual con Breuer fue el libro escrito por ambos Estudios sobre la histeria (1895)46. En 1885-1886, hace su estancia en París para aprender de Charcot la hipnosis. Completaría sus conocimientos sobre el tema en su estancia de 1889 con Benheim en Nancy.
En 1886 comienza el trabajo en su despacho privado, utilizando como medio terapéutico la hipnosis y el método catártico de Breuer. Hacia 1895 escribe una obra que se publicó póstumamente (en 1950), que los editores llamaron “Proyecto de psicología para neurólogos”, en el que Freud hace un intento de desarrollar una teoría psicológica y psicopatológica de base neurológica, que abandonaría inmediatamente. Sin embargo, este ensayo atípico si lo comparamos con las obras posteriores de Freud, por su impronta neurologista, precontiene muchos de los desarrollos posteriores de nuestro autor, empezando por su concepción energética de lo psíquico, así como algunos conceptos que serían importantes en el desarrollo posterior del psicoanálisis (proceso primario y secundario, concepto de “yo”, etc.).
Por este tiempo, sus intereses psicológicos van ligados a la curiosidad por las ciencias ocultas, de las que hace experiencia, además de nutrirse de literatura demonológica y espiritista47. Todos estos intereses por lo oculto (experimentación con drogas, hipnosis, ocultismo), asociados al parecer a una mezcla de curiosidad con una búsqueda de un medio “mágico” para superar la depresión, culminarán en el que puede considerarse el acto fundacional del psicoanálisis: la publicación del libro La interpretación de los sueños (1900), en el que éstos son presentados como “vía regia” para el acceso a lo inconsciente.
4. El mecanicismo psíquico
Nuestra exposición sistemática comienza por el segundo período del desarrollo intelectual de Freud. Expondremos aquí en primer lugar su concepción de la psique como compuesta de parte consciente (o consciente-preconsciente) y otra parte inconsciente (primera tópica), y la dinámica que ella contiene. Lo preconsciente es lo no es consciente actualmente, porque no se la evoca a la memoria, pero que puede ser hecha consciente con facilidad. Lo propiamente inconsciente no se puede hacer fácilmente consciente, y cuando se hace consciente, no es sino después de mucho trabajo y con una cierta transformación.
Para Freud el “aparato anímico” (seelicher Apparat) es un conjunto de complejos. La noción de complejo (Komplex), que Freud dice tomar de la Escuela de Zurich (Bleuler, Jung), no se refiere necesariamente en el psicoanálisis a lo patológico. Un complejo significa un conjunto, y un complejo psíquico es un conjunto de representaciones (Vorstellungen) cargadas de afecto (Affekt)48. El aparato anímico es para Freud un complejo de representaciones, como lo era para Herbart. No hay potencias y no hay substancia del alma. El afecto es la dimensión cuantitativa del psiquismo. Se trata de la energía