Éramos iglesia… en medio del pueblo. El legado de los Cristianos por el Socialismo en Chile 1971-1973. Michael Ramminger
a los CPS como una mezcla entre organización y movimiento57. La organización no debe entenderse como la de un partido con militantes formales, sino como el conjunto de quienes asistían a las asambleas y encuentros o se habían inscrito en listas de informaciones y cartas circulares. Destacan sobre todo los roles de Diego Irarrázaval, Pablo Richard, Sergio Torres y Gonzalo Arroyo como las cabezas teológicas e ideológicas58. De hecho cobran especial importancia el secretariado de los CPS y los miembros de Santiago59 –que entretanto no eran sólo sacerdotes– por estar presentes de alguna manera en el centro de las discusiones políticas:
Pero el que tomó como cierta preponderancia con los medios de comunicación, porque nos entrevistaban y buscaban la prensa y algunos de los grupos políticos del MAPU o la Izquierda Cristiana, etc. era el Secretariado Cristianos por el Socialismo... (Entrevista Irarrázaval 2016).
Así lo ve también Mauricio Laborde quien era en ese tiempo seminarista y colaborador activo de los CPS y participó en el viaje a Cuba:
Pregunta: ¿Entonces se puede decir quién era miembro o Cristiano por el Socialismo? Laborde: No. Era muy fluido, se invitaba a todos, no había una militancia y (…) a las reuniones que hacíamos nosotros se invitaba a la gente que quisiera y siempre estaban las puertas abiertas y se estaba permanentemente haciendo público lo que hacíamos. Me acuerdo que por estas actividades de Guillermo Redington, la cartas circulares llegaban al seminario nuestro y estaban en la mesa y eran leídas por los seminaristas; no era una carta a los miembros: miembros eran todos los que podían irradiar a otros. Todo era muy fluido.
y:
Pregunta: Aquí encontré una cifra en un libro del ‘82’. Dice que de 2.500 sacerdotes chilenos más o menos, 300 estaban cerca de los CPS.
Laborde: Yo creo que más, muchos más. A las reuniones venían cerca de 300, pero yo creo que directamente militantes pueden haber habido 250-300. Los que íbamos a las reuniones, podíamos ser 3 ó 4, pero los que participaban por el ideario de Cristianos por el Socialismo y que estaban de acuerdo más o menos con lo que hacíamos, creo que eran bastante más de la mitad dentro de la congregación nuestra y de los Sagrados Corazones y habían varios y dentro de los Jesuitas también. Ahora sí que algunos –sobre todo los que eran superiores o que tenían cargos de párrocos– en general trataban de tener un perfil bajo. Los que tenían cierta visibilidad y el mismo Rafael Maroto, que era vicario de la zona centro de Santiago, lógicamente ellos y él no tenían visibilidad como Cristianos por el Socialismo. (…) Yo no sé si se puede cuantificar, (…) estoy convencido de que el impacto de Cristianos por el Socialismo fue bastante más allá…60
Se puede enunciar tal vez la hipótesis de que en el comité y la oficina de los CPS y en su entorno, primero se organizaron sobre todo sacerdotes jóvenes que trabajaban en los barrios pobres61, como también teólogos, estudiantes y laicos que tenían dos intereses: primero, articular públicamente entre sí a aquellos cristianos y cristianas que veían que el proyecto de una sociedad socialista estaba muy cerca de los valores cristianos, y segundo, impulsar que los pobres y una iglesia de los pobres se volvieran sujetos –en el sentido de la teología de la liberación–. En este sentido se expresa Antonio Lagos quien entonces era estudiante en la Universidad Católica62 y más tarde sacerdote católico en una población en la comuna de Pudahuel:
(…) era estudiante de la Universidad Católica, de la Escuela de Teología. El año 71-72, formábamos parte de este Movimiento de los Cristianos por el Socialismo. Y por eso que junto con profesores directamente de la Escuela de Teología y la mayoría, efectivamente estaban por esta opción y adhiriendo al movimiento popular y social del proyecto socialista planteado por Salvador Allende. De tal manera que a nivel de formación teológica en ese tiempo, estaba todo el contenido y los elementos para fundamentar que un cristiano y un sacerdote debe formar parte de este movimiento (…) Por lo tanto, ahí creo que esas fueron las bases para que después nosotros como sacerdotes pudiéramos ejercer una pastoral desde y con los pobres. Canalizando lo que era el movimiento que se iba dando Chile para la organización. De tal manera que ellos mismos sean los promotores, los líderes y ejecutores de esta nueva forma de vida, en la cual ellos eran los sujetos de su propio proyecto... (Entrevista Lagos 2016)
Los párrocos o catequistas de las poblaciones que se sentían parte del movimiento y apoyaban de diversas maneras el proyecto CPS en la eufórica dinámica de las relaciones sociales de entonces, no seguían siempre en su trabajo un programa pastoral organizado, sino que tenían que responder a las necesidades y desafíos de cada día. Hernán Leemrijse, en cuya parroquia estuvo el Secretariado durante los seis primeros meses y que trabajó junto con el entonces secretario ejecutivo Guillermo Redington, describe en resumen su vida como sacerdote CPS :
Como te dije, vivía en una población en San Bernardo con otros curas y salíamos en la mañana y volvíamos en la noche para juntarnos, conversar un poquito y después dormir. (…) No era un grupo académico, sino que surgió de la necesidad de la gente y mientras se discutían las diferentes posiciones, trabajamos también en la JAP, los centros de distribución. En la mañana íbamos con un camión a buscar petróleo en Maipú, para repartir en la tarde entre la gente. Y en la noche reuniones, entonces era un trabajo constante desde la base… (Entrevista a Leemrijse 2015)
Naturalmente que en la organización y articulación de los CPS jugaron también un papel grupos y representantes de grupos de otras regiones cuya dinámica local era totalmente distinta a la de Santiago. Pablo Richard da una lista de participantes de una jornada en noviembre 1971 sobre «La escuela católica en la construcción del socialismo»63 con delegados y delegadas de grupos de Antofagasta, Valparaíso, Santiago, Concepción, Temuco y Talca (donde Sergio Torres, uno de los fundadores del movimiento, era Vicario General. Richard agrega que en Talca había habido un notable trabajo en diversos sectores sociales como sindicatos, escuelas, barrios pobres y Universidad64. En la carta circular de la oficina de enero 197265 se enumeran los siguientes grupos: Antofagasta, Copiapó, Valparaíso, Zona Sur, Poniente y Oriente, Talca y Concepción. Todos estos grupos o movimientos tenían naturalmente su propia historia y dinámica:
En Santiago yo creo que es completamente distinto. Pero a propósito de eso tiene que ver con estos desarrollos heterogéneos y diversos, y a mí todo me indica, por lo que he escuchado, que mientras en Santiago Cristianos por el Socialismo fue una organización bastante clerical, en algunas regiones no fue así, y de hecho, por ejemplo en Concepción, nosotros reuníamos en encuentros anuales de Cristianos por el Socialismo a 500, 600 personas que se sentían parte de esta búsqueda y teníamos 6, 7 sacerdotes, 2 o 3 pastores. O sea, personal eclesiástico y algunas religiosas; más de 15, 20, el resto eran todos laicos. Ahora es verdad que cuando (…) esos curas y monjas son detenidos y expulsados, también el movimiento decae. Lo que pasa es que el movimiento tampoco alcanza a tener una organización muy sólida, es un movimiento muy espontáneo, muy de encuentros, de eventos. Bueno, entonces hay un tema con el carácter del movimiento en Santiago y en regiones. (Entrevista a Garcés 2015).
Mira, había varias ramas y mi perspectiva es que el grupo de Concepción y el grupo de Viña y de Valparaíso éramos los más activos como grupo y los que teníamos más visión, más entrega, más compromiso y el grupo de Santiago éramos el grupo más grande, pero muy disperso. (Entrevista a Irarrázaval 2016).
Así lo entiende también Martín Gárate, quien fuera el secretario ejecutivo y también el impulsor del movimiento en Santiago:
No, no. No es que tuviera delegados, pero sí sabemos que está tal cura en Quillota, tal cura en Concepción, en Valparaíso, y venían de Valparaíso pero no era que tuviéramos delegados. Pero sí había esa estructura de que había sacerdotes en diferentes partes del país y religiosas que alimentaban y que eran parte de Cristianos por el Socialismo y con los cuales nosotros manteníamos una relación muy estrecha para el trabajo mismo en esos lugares. Y yo te diría que los lugares más importantes eran Concepción, Valparaíso, zona central, Talca, y más hacia el norte fue menos. (Entrevista a Gárate 2016).
49 Reunión de los «80 Sacerdotes» con el Comandante Fidel Castro, Santiago, 29 de noviembre 1971, 243, en: Los Cristianos y la Revolución.