EL TEATRO DE SÓFOCLES EN VERSO CASTELLANO. Группа авторов
1960 Espinosa Pólit, dentro de la Biblioteca Ecuatoriana Mínima, dedicó un prólogo al volumen titulado Poesía-Prosa, que recoge una selección de distintos trabajos de José Joaquín de Olmedo, incluyendo sus dos más importantes poemas, «La victoria de Junín. Canto a Bolívar» y «Al general Flores. Vencedor de Miñarica»; en prosa constan su «Epitafio a José Mejía Lequerica», sus «Reflexiones sobre la libertad de imprenta» y su «Discurso en las Cortes de Cádiz sobre la abolición de las mitas», de 1812, más una serie de escritos que el guayaquileño redactó dentro de su ejercicio político. El otro volumen, también prologado por Espinosa Pólit, es el Epistolario, una selección de misivas de Olmedo, que ofrece documentación muy importante, con cartas remitidas a Antonio José de Sucre, Andrés Bello, Juan José Flores y José de San Martín más la importante sección de epístolas que envió a Simón Bolívar sobre el proceso de creación y crítica al poema «La victoria de Junín», con lo que parte de la colección de cartas entre el venezolano y el guayaquileño constituye un modelo en el oficio de la crítica literaria.
Espinosa Pólit se ocupó también de preparar una extraordinaria versión de los escritos de Los jesuitas quiteños del Extrañamiento, del padre Juan de Velasco, acompañada de introducción, selección y traducciones del latín y del italiano (1960), con la intención —según propia confesión— de enmendar las traducciones hechas por Matilde Elena López y Lea Cavalini para la edición y estudio que preparó, en dos tomos, Alejandro Carrión en Los poetas quiteños de «El ocioso en Faenza» (CCE, 1957-1958), obra con la que el escritor lojano se hizo merecedor del Premio Tobar que concedía el Municipio de Quito, cuyo jurado estuvo conformado por el mismo P. Aurelio, Gonzalo Zaldumbide y Julio Endara.
Dentro de esta colección estableció también el texto definitivo de la Historia del reino de Quito en la América meridional del mismo Juan de Velasco. El P. Aurelio registró que, de los dos manuscritos conocidos, uno reposaba en la Biblioteca de la Real Academia de la Historia de Madrid y el otro, el que le sirvió para la edición, se conservaba en el Archivo de la Compañía de Jesús en Quito. Esta obra apareció póstumamente en 1961 en dos volúmenes; Espinosa Pólit no pudo terminar la revisión de las pruebas y por su indicación expresa la concluyó Oswaldo Romero Arteta.
Sus distintos acercamientos durante varias décadas a Virgilio, su traducción de algunos de sus versos, sus varios estudios y las versiones al español de poemas en homenaje al creador mantuano se vieron coronados con la publicación de Virgilio en verso castellano, en edición bilingüe (México, Jus, 1961), cuyo prólogo por separado también apareció en Quito con el título de Síntesis virgiliana ese mismo año. En mayo de 1960, en un acto académico, el P. Aurelio había ofrecido una conferencia en inglés en la Academia de Virgilianistas de la Universidad de Georgetown (Washington, EE. UU.). Tomada de la traducción de Espinosa Pólit, la Eneida tuvo una edición, profusamente anotada, en la editorial Cátedra, al cuidado de José Carlos Fernández Corte (Madrid, 1993), en su colección Letras Universales; y en 2003 la misma casa editora se encargó de publicar la totalidad de la traducción aureliana —esta vez sin notas, pero con valiosos apéndices, entre ellos la reproducción de 136 xilografías que ilustraron la extraordinaria edición preparada por el humanista Sebastian Brand con el editor Johann Grüninger en 1502— en las Obras completas de Virgilio de su Bibliotheca Aurea, en edición bilingüe latino-castellana preparada por Pollux Hernúñez.
Son, pues, dos las obras hermenéuticas amplias que Espinosa Pólit publicó sobre la obra virgiliana: la primera en 1932 con el ya mencionado Virgilio. El poeta y su misión providencial, y la segunda con esta Síntesis virgiliana, publicada, como acabamos de indicar, en Quito en 1961 (aunque lleva 1960 en el pie de imprenta) 20.
Evidencia de la inquebrantable fe de Espinosa Pólit en el poder transformador de la cultura fue su trabajo constante y sistemático 21, que no abandonó ni con el deterioro de su salud en el último año de vida. Luego de ser operado en el hospital de la Universidad de Georgetown, durante su estancia entre mayo y junio de 1960, y después en el Instituto Superior de Humanidades Clásicas (septiembre-noviembre de 1960), iba revisando las artes finales de la edición bilingüe mexicana de Virgilio en verso castellano 22, hasta que le sobrevino la muerte en Quito antes de cumplir los 67 años, el 21 de enero de 1961.
Dejó algunas obras listas para su impresión. La editorial Jus de México publicó cinco volúmenes: El teatro de Sófocles en verso castellano. Las siete tragedias y los 1129 fragmentos (1960); las ediciones bilingües Lírica horaciana en verso castellano —Odas, Epodos, Canto secular— (1960) y Virgilio en verso castellano: Bucólicas, Geórgicas, Eneida (1961); La misa, mi vida: treinta y seis años de sacerdocio (1961); y, por último, La obediencia perfecta. Comentario a la «Carta de la obediencia» de san Ignacio de Loyola (1961).
A los dos últimos libros de tema religioso hay que añadir, dentro de la misma temática, los siguientes: La dicha que vivimos. Nuestra vocación a la luz de los evangelios y epístolas (1944); Coloquios con Jesús en el Santísimo Sacramento (1947); Alzando el velo al silencio. Vida meditada de san José (1957); De camino hacia Dios (1960); La religión revelada (1962).
A su muerte, el escritor Gonzalo Zaldumbide escribió:
En la cátedra el latinista, el helenista, el humanista, eran el superviviente, el habitante de la Antigüedad clásica, dentro de la cual se movía como en un mundo actuante y parlante, resucitado por su prodigiosa erudición23.
1. Aurelio Espinosa Pólit, S.J. Madre y apóstol. Cornelia Pólit de Espinosa. Cotocollao, Editorial Clásica, 1953. p. 18. (El Folleto Católico; n. 3).
2. Manuel María Pólit Laso. «Un nuevo poeta ecuatoriano, R. P. Aurelio Espinosa Pólit, S.J.» Boletín Eclesiástico. Revista Oficial de la Arquidiócesis. Tomo XXIX. n. 1-2. Quito. enero - febrero de 1922. p. 156. [Artículo sin firma].
3. «La Biblioteca Ecuatoriana se constituyó por la fusión del escaso fondo que había de antes en casa con la colección de libros, folletos y revistas del Dr. Rafael Aurelio Espinosa C., que había tenido en depósito por espacio de treinta años el señor arzobispo Manuel M. Pólit L. y que devolvió en los primeros meses de 1929. Esta colección comprendía unos 250 volúmenes, casi todos encuadernados, entre los que hay bastantes tomos de documentos oficiales y muy valiosos volúmenes de misceláneas, como lo reconoció el Dr. Carlos A. Rolando, el mayor bibliófilo ecuatoriano actual, al revisarlos. Hay también buen número de libros y folletos literarios avalorados por autógrafos de hombres que van pasando a nuestra historia nacional». Citado del Cuaderno manuscrito del elenco de libros ingresados en la Biblioteca Ecuatoriana desde 1932-1951, en el artículo de Julián Bravo, S.J., «La Biblioteca Ecuatoriana “Aurelio Espinosa Pólit”. Historia y espíritu». Biblioteca Ecuatoriana «Aurelio Espinosa Pólit» 1929-1979. Biblioteca, archivo de escritores y asuntos ecuatorianos y museo de arte e historia. Quito, Talleres Gráficos Minerva, 1979. p. 95.
4. A la muerte de Espinosa Pólit en 1961, a la Biblioteca, con justicia, se le dio su nombre, a la vez que el Congreso Nacional ecuatoriano ese año decretó un apoyo económico para su sostenimiento. Veinticinco años después, en 1995, mediante Decreto Legislativo, el Congreso Nacional declaró a la Biblioteca Institución de Interés Nacional y le asignó un presupuesto permanente. Uno de los mecanismos de difusión del servicio que ofrece esta formidable colección bibliográfica es la publicación, entre 1989 y 2017, de los hasta ahora 14 tomos del Diccionario bibliográfico ecuatoriano, en donde se recogen, en orden alfabético, alrededor de 82.000 entradas organizadas por autor, a nivel monográfico y analítico, de las publicaciones que forman parte de la Biblioteca. Con el desarrollo tecnológico, en el siglo XXI este centro de documentación ha puesto cientos de DVD —con imágenes escaneadas— a disposición de investigadores y público en general con buena parte de la documentación que reposa en este importante repositorio, a más de proporcionar una página digital en línea para la consulta de su catálogo. Recientemente, en mayo de 2019, al cumplirse los 90 años de la fundación