Historia de la industria papelera valenciana. Federico Verdet Gómez

Historia de la industria papelera valenciana - Federico Verdet Gómez


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anuales de papel. A principios de los 70, el grupo empresarial propietario de la «Papelera de El Mijares» compró también la otra papelera burrianense, la de «El Cid». Las dos papeleras, conjuntamente, empleaban a unos 300 trabajadores.

      A comienzos de la década de los 80, la empresa, afectada por la crisis del sector papelero, se vio abocada a la suspensión de pagos. Los trabajadores, que adquirieron en pública subasta la factoría, constituyeron una Sociedad Anónima Laboral, con acciones nominativas. La empresa cooperativa pasó a denominarse «Papelera Río Anna, S.A.». Posteriormente, un grupo catalán se interesó por la empresa, pero en lugar de invertir 500 millones de pesetas, como habían prometido, dejaron descapitalizada la empresa, pues, en realidad, sólo les interesaba especular con su solar. En estas condiciones, la viabilidad de la empresa se reveló como imposible, de forma que la papelera cerró definitivamente en 1988. A partir de entonces, se inició con-flicto entre la propietaria de la «Papelera de El Mijares», Promotora de Desarrollos Urbanísticos, y el ayuntamiento por el solar de la misma, que finalizó en mayo de 2010, cuando, por consenso de las partes, se decidió ejecutar la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana. En la actualidad, el sector está exclusivamente representado exclusivamente por «Kartogroup España SL», que fabrica cartón.

       Betxí

      La principal corriente fluvial de la localidad de Betxí es el río Sec o Sonella, que recorre todo su término de noroeste a este y desemboca en el Grau de Burriana; no obstante el aprovechamiento de los recursos hídricos para usos industriales fue tardío. Betxí puede considerarse la más reciente incorporación de una localidad de la Plana al mapa papelero, con la fundación de «Cartonajes de la Plana S.L.», que fabrica cajas y embalajes de cartón. En la actualidad, constituye la empresa de Betxí más importante del sector y una de las principales de la localidad, dando empleo a más de 200 trabajadores117.

      El río Palancia nace en la provincia de Castellón (en El Toro), a la que recorre por el sur, a través de un ancho valle delimitado por las sierras Espadán y Calderona, para desembocar en el mar, entre Canet d´En Berenguer y El Port de Sagunt (Valencia). En tiempos modernos, prácticamente, todo su cauce ha estado jalonado de molinos papeleros: en el curso alto, Bejís, Teresa, Caudiel y Jérica; en el curso medio, Navajas, Altura, Segorbe, Castellnovo y Soneja, y, en el curso bajo, Sagunt y Alfara de Algimia (ambas localidades pertenecientes a la provincia de Valencia).

       4.3.1. Los molinos papeleros en los siglos XVI-XVII

      La demanda de papel para escribir e imprimir por parte de sus principales consumidores, monjes y libreros, impulsó la creación de nuevas manufacturas valencianas, en la cuenca del Palancia, concretamente, en Altura. En efecto, ya en el año 1593, está documentado un molino propiedad de la Cartuja de Vall de Cristo, origen probable de este núcleo papelero118. Con fecha 28 de agosto de 1593, el librero Gabriel Ribes119 reconoce deber 99 libras al prior de la Cartuja, Fray Gerónimo Amigó, por el pago de varias “raimes de paper vos ut priorem dicti conventus michi tradit et per me a vobis hubiti et recepti ad opus imprimendi libros, de cujus bonitate et valore fui et sum contentus et satisfectus120.

      Durante el siglo XVII, el núcleo papelero del Palancia se consolidó, al erigirse un molino en la ciudad de Segorbe y otro en la Cartuja. En un cabreve correspondiente a esta ciudad, fechado en el año 1661, se reseña un molino que fabricaba papel, a la vez que molturaba cereal121. Este molino estaba sujeto a la enfiteusis, por lo que la viuda de Joseph Valero, su propietaria, estaba obligada a satisfacer un canon anual de 60 sueldos122. En el año 1683, está documentado un nuevo molino papelero, propiedad de la Cartuja de Vall de Cristo. En este año, parte de las instalaciones pertenecientes a un batán de paños (activo ya en el año 1470), situado en la partida de Abrotón, en el camino de Altura a Segorbe se destinaron a la fabricación de papel de estraza123. En el Manual de Consejos de Segorbe consta un acuerdo tomado el día 22 de agosto de 1685, para exigir a la Cartuja de Vall de Cristo que pagase el derecho de papel de estraza124. Naturalmente, la Cartuja no aceptó la decisión del ayuntamiento de Segorbe y recurrió ante las autoridades reales. La Cartuja reclamaba el derecho de vender papel, libremente, en Segorbe y en todo el reino de Valencia, aferrándose a las exenciones que beneficiaban al estamento eclesiástico. El documento, conservado en el archivo de la Real Cancillería, lo reproducimos a continuación: “Señor. El real Convent de ValdeCrist del orde de la Cartuja a fabricat en lo terme de la vila de Altura un moli ab lo fa paper de estraza, y havent portat a esta ciutat carregues de dit paper per a vendreles los Administradors eo Arrendadors dels drets Reals del Peatge el han obligat a pagarlos ab motiu de que este genero de tracte seria mercaderia, y que per dita rahó no seria exempt per ecclesiastich dit conbent. Y havent considerat que en este in exemplar perjudicial a la inmunitat ecclesiastica perque esta no es mercaderia sino artifici permés y decent al estat ecclesiastich per mudar de especie y mes largament se funda en lo memorial adjunt que remetem a vra Magestat. Y també attenent a que dit Real convent de Valldechrist es una de les vens que componen el estament ecclesiastich deste regne, y que esta a concurregut en tots los servicis que se han fet a vra Magestat ab fidelitat corresponent a les obligacion y estat dels que han servit dita veu, ens a paregut molt propi de nostra obligació esposar en la gran consideracio de V Mag.t el fet referit y suplicarli com ho fem ab tot rendiment es servixca de donar el orde combenient pera que el dit combent de Valldechrist puixa librement introduir en la present ciutat y en qualsevol part del Regne y vendre el paper fabricat en lo dit molí del dit Combent manat que aixi per part dels Arrendadors o administradors com de la Junta Patrimonial no se li posse impediment algu ni se li obligue a pagar cantitat alguna com a exempt y liure y aixi ho esperam de cel catholich de vra Mag.t sent com es protector de la inmunitat ecclesiastica y de totes les comunitats y veus que formen lo present estament. Nostre Señor g.de La Catholica y real persona de vra Mag.t com la christiandat a menester. Valencia y dehembre a 22 de 1685.

       Los elets dels estaments ecclesiastich del regne de Valencia. En la parte de atrás: Pásese a la junta patrimonial el miércoles”125.

      Por lo tanto, el Alto Palancia contaba al menos con dos molinos papeleros en activo, a finales del seiscientos, cuando devino el principal núcleo papelero del reino de Valencia.

       4.3.2. Los molinos papeleros en el siglo XVIII

      En el año 1728, los cartujos decidieron establecer un nuevo molino de papel en Altura, dedicado a la fabricación de papel blanco, que se sumó a los dos ya existentes. Desde entonces, el crecimiento de la manufactura papelera fue vertiginoso, pues llegó a contar, a finales de siglo, con 16 (o más) molinos de papel activos, simultáneamente. Sólo Segorbe contaba con ocho en la propia ciudad y otros cinco en sus alrededores (los de Altura, Jérica, Castellnovo, Soneja) y tres más en su entorno, uno en Caudiel y dos en Bejís.

      Varios de los apellidos presentes entre los fabricantes de Segorbe y su comarca manifiestan su clara ascendencia catalana, entre ellos, Tort, Frigola y Romaní. Según Gutiérrez i Poch, “Dos factors varen facilicitar aquesta emigració: la pressió a la zona d´origen i el prestigi dels operaris126. Las relaciones con el lugar de procedencia no se interrumpían, facilitando la difusión de las nuevas tecnologías. En una carta, fechada en 1818, conservada en el Archivo Municipal de la Pobla de Claramunt, un papelero de Segorbe, Miguel Tort Leal, pedía a Jeroni Tort que le enviase formas127. A su vez, especialistas de este núcleo se desplazaron a los nuevos focos papeleros. Al poco de comenzar la construcción del primer molino de Buñol, en 1752, su propietario, Gaspar Solernou, constituyó una compañía temporal con Juan de Rojas, vecino de Jérica, profesor de matemáticas y arquitectura128. Entre los principales fabricantes de papel blanco de Buñol sobresalen los Bolumar, una familia de papeleros procedentes de Peñalba (Cárrica). Esta emigración persistió en el tiempo129. Igualmente, en la construcción del primer molino papelero de Alcoi, propiedad de Vicente Albors Gisbert, intervinieron especialistas del molino de la Cartuja de Vall de Cristo130.

      La comarca de Segorbe se especializó en la producción de papel blanco, relegando


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