Una historia del movimiento negro estadounidense en la era post derechos civiles (1968-1988). Valeria L. Carbone

Una historia del movimiento negro estadounidense en la era post derechos civiles (1968-1988) - Valeria L. Carbone


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el conflicto bélico, aproximadamente cuatro millones de ex esclavos se incorporaron al mercado laboral como mano de obra “libre”. Ello dio lugar a una crisis cultural que originó un profundo debate sobre su lugar e incorporación a la clase obrera, a la que por esos años se sumó una oleada de inmigrantes europeos de diversos orígenes y calificación. A fines del siglo XIX se desarrolló así una clase obrera “multiétnica” fuertemente dividida por antagonismos raciales. Los negros se vieron inmediatamente rechazados por trabajadores blancos, que se negaron a trabajar en igualdad de condiciones o compartir los mismos espacios laborales, fueron excluidos de gremios y sindicatos, e incluso se les prohibió normativamente la afiliación sindical. W.E.B. Du Bois fue uno de los primeros en plantear que la ausencia de una alianza de clase entre trabajadores blancos y negros luego de la Guerra Civil significó tanto el triunfo de la ideología de supremacía blanca como el fracaso de la Reconstrucción. En su obra Black Reconstruction (1935), escribió: “el trabajador blanco no quería al negro en sus sindicatos, no creía en él como hombre, esquivaba la cuestión y cuando aparecía en las convenciones [obreras], le pedía que formara una organización aparte; es decir, por fuera del verdadero movimiento obrero, a pesar de que ese procedimiento contradecía cualquier política laboral sensata”.78 Comprendió que, para la clase trabajadora, el ser blanco otorgaba cierta compensación “psicológica” para la alienación y explotación que las relaciones capitalistas representaban.79 Los trabajadores del siglo XIX valoraron la condición de ser blanco hasta tal punto que en lugar de unirse a los negros, con quienes compartían intereses de clase pero a los que veían como una amenaza a sus prerrogativas raciales, adscribieron a la ideología de supremacía blanca que sustentaba al capitalismo, un sistema basado en el reconocimiento y preservación de las distinciones raciales80. Según Du Bois,

      El racismo y la solidaridad racial fueron los factores que obstaculizaron posibles alianzas de clase. Los trabajadores blancos se unieron a la elite primero para preservar la esclavitud, y después para defender la supremacía blanca y resguardar sus puestos de trabajo ante la competencia de trabajadores negros libres. Roediger observa que los capitalistas no lo fomentaron tanto como se aprovecharon de ello: respondieron a las medidas de fuerza de la clase trabajadora blanca amenazando con reemplazarlos con esquiroles o mano de obra negra más barata, y fomentaron la competencia laboral en términos raciales evitando acciones de resistencia clasista. En este sentido, en 1904 en “The Race question a class question”, la revista The Worker advirtió que

      Un aspecto clave del argumento de Roediger es el hincapié en la centralidad del racismo de los trabajadores blancos y el papel de la raza como factor decisivo en la formación de la clase obrera durante la era de la esclavitud, su recomposición durante la Reconstrucción y, sobre todo, en la evolución del movimiento obrero a fines del siglo XIX y principios del XX. Sin embargo, advierte que reducir la solidaridad racial a cuestiones de competencia laboral es de un determinismo económico que ignora importantes cuestiones históricas. Los principales competidores de los trabajadores blancos no eran los negros, sino otros trabajadores blancos (inmigrantes europeos) que competían por trabajos para los que los negros ni siquiera calificaban. Fue la noción de competencia laboral y preservación de los puestos de trabajo lo que permitió encubrir el racismo propio de la clase trabajadora blanca.


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