Historia de Venezuela, Tomo I. Aguado Pedro de
nvnca se mudaron ni quisieron yr de aquel lugar, antes dende en adelante lo procuraron anplificar y tomar en si çierta horden de govierno que hasta agora les dura y conserva y a traydo en la prosperidad y sublime fama que al presente tiene. Y como el numero de los moradores yva creçiendo, les era forçoso fundar y hazer sus casas en la propia agua, y asi la mayor parte desta ynsine çivdad esta poblada en el agua, y por ella con sus artifiçios y maravillosos ingenios, andan y se tratan y comunican con mucha façilidad y sin ningun detrimento.
Y pareçiendoles, como he dicho, a los españoles que por habitar estos yndios deste lago en el agua de la forma que e contado, eran en alguna manera semejantes a los moradores de Venençia, pusieron por nombre a la provincia Venençuela, y desta suerte se escurecio dende en adelante de tener la provinçia nombre de Coro y quedarse con el solamente la çivdad, y asi hasta este nuestro tiempo comunmente aquella Governaçion se a llamado y llama la provinçia y Governaçion de Venençuela.
Y tanbien es de saber que este lago por quien nos emos alargado a contar lo que de suso se a dicho, no tomo ni tiene la nonbradia de la provinçia de Venençuela, que del o por el fue nombrada asi, mas es llamada la laguna de Maracabo. Laguna, como es notorio, es bocablo vsado entre españoles que significa congregaçion o ayuntamiento de aguas: Maracaybo era nombre propio de un señor muy poderoso que en este lago rresidia o bivia, que señoreaba y mandaba la mayor parte de las gentes que en ella habitavan, cuyo nombre era tan celebre entre aquellos naturales que en biendo o entrando donde ellos estaban españoles, luego les nombraban Maracaybo, o señalaban, o daban a entender por señales su gran poder y grandeza, y de aqui le quedo entre los españoles el nombre y sobre nombre de la laguna de Maracayvo.
Pareçerle a al lector que e salido vn poco fuera del discurso deste capitulo, y a mi parecer no e sino cumplido con vna parte de lo que adelante me queda por decir tocante a esta laguna, pues para dar rrazon y claridad de donde tomaron nombres la provincia de Venençuela y la laguna de Maracaybo a sido menester la narraçion que e hecho.
Salido el governador Miçer Ambrosio del fin del rrio de Sevilla y entrado en la mar Oçeano, como al prinçipio deste capitulo dixe, con sus navios y gente navego prosperamente por su derrota y sin suçedelle cosa notable aduersa ni prospera llego en breve tiempo al puerto y surgidero de Coro, donde hallo a Juan de Ampres y a la demas gente de su rrepublica, los quales viendo la pujanza de gente que consigo llevava Miçer Ambrosio y las provisiones y çedulas quel Enperador le abia dado a los Bezares para que fuesen governadores de aquella probinçia, lo admitieron y obedeçieron y metieron en posesion della(B).
(A) El P. Aguado incurre en el error, del que participó tambien Fernández de Oviedo, de afirmar que Ambrosio de Alfinguer fue el primer Gobernador de Venezuela nombrado por los Belzares.
Con dezir que Alfinguer llegó á la ciudad de Coro «en el año de la encarnación de Nuestro Señor de mill y quinientos e veinte y nuebe»19, es decir, dos años antes de hacerse la cesión á favor de los Belzares, queda destruido ese error.
Alfinguer recibió su nombramiento de Einguer y Sayller, y en Santo Domingo le fueron entregadas, por mano de García de Lerma, las provisiones reales para que pudiera ejercer sus funciones. Los Belzares designaron para que los representase en Venezuela á Juan Siuser Jofer, como luego se verá.
El verdadero nombre de Micer Ambrosio parece ser que era Ambrosio Einguer, y que se le apellidó Alfinger por el pueblo de su naturaleza. Micer Ambrosio era hermano de Enrique Einguer, según consta por la capitulación que los alemanes otorgaron con el Emperador.
(B) Baralt, en su Resumen de la Historia antigua de Venezuela20, de acuerdo con lo afirmado por el licenciado Pérez de Tolosa en su Relación, dice que vistos por Juan de Ampies los despachos imperiales de que era portador Alfinguer, «les dió con resignación y modestia entero cumplimiento», y poniendo en posesión del gobierno á aquellos extranjeros, se retiró á la isla de Curazao y de allí á la capital de la Española.
El licenciado Pérez de Tolosa, ocupándose de los primeros actos de Alfinguer en su gobernación, escribe: «Llegado el dicho Ambrosio, y sacados todos sus mantenimientos y aparejos á una casa de munición, se dió á la gente todo lo necesario á muy justos precios, que en la Española no se pudieran dar á tan bajos precios, eceto los caballos y aderezos de la gineta que al parecer de la gente se dieron en subidos precios; porque un caballo se daba por dozientos y mas pezos, y una silla por cinquenta. Presuponga vuestra Alteza que la gente que llegó á Venezuela fue tan pobre, que no tenian de que pagar esto al contado, y para lo pagar y satisfazer se acordó y mandó por el dicho Gobernador, que ninguno, por ninguna via, pudiese rescatar ni haber oro que no trajese al montón, para satisfazer de los dichos mantenimientos y hazienda que se les daba: y hase de presuponer que, ansimesmo, esta fue la causa que no se hiziese repartimiento de la tierra, demas que se dize, que hubo algunos españoles que fueron causa dello; dando á entender al dicho Gobernador, que si la tierra repartiere no sería tan señor ni tan obedescido como estandose por repartir. – Otros quieren dezir, que se dejó de hazer el repartimiento hasta ver el fin de la tierra, por tener lugar de escojer, en lo mejor, las doze leguas de que se les haze merced por la capitulación á los adelantados. Como quiera que fue(se), este fue el mayor error que se tubo á los principios, muy grandecido á los fines, con total destruccion de todo lo descubierto, y muerte de los más españoles que á la dicha provincia han ido, porque segund fama comun pasan de quinientos cristianos los que en la dicha provincia han fallecido hasta la ida del dicho licenciado Tolosa.»
CAPITULO QUATRO
Como Miçer Ambrosio entro con gente en la laguna de Maracaybo y se alojo de la otra vanda de la laguna, donde despues llamaron el21 pueblo de Maracaybo.
Como al prinçipio que el fator Juan de Ampres entro en esta provinçia de Venençuela y hizo asiento en ella, segun se a dicho, se dibulgo y estendio la fama por todas partes, asi de la rriqueza y prosperidad desta tierra como de los muchos y domesticos naturales que en ella abia, y en aquella sazon ninguna persona tenia consinada la defensa y amparo de los naturales, y por otra parte estaba yntroduzida aquella costumbre que en aquel tiempo abia de hazer los yndios esclavos, que fue prinçipal destruyçion y desolaçion y rruyna de muchas provincias que muy pobladas y abundantes de naturales que en aquella sazon abia junto a la mar del norte, y las que no se despoblaron quedaron los naturales dellas tan amaestrados en las cosas de la guerra y defensa suya, y con vn tan arraygado odio y enemistad contra los españoles que se entiende que permitieran morir todos antes que serles subjetos ni tributarios, a cavsa de los eçesivos e yntolerables daños que en sus personas, hijos y mugeres y haziendas rreçibieron; la qual enemistad y entrañable aborreçimiento que de tan antiguo tienpo estos yndios tienen fixado en sus entrañas, lo podemos ver con presente esperiençia en aquellas provinçias de Caracas y toda aquella costa hasta la ysla Trinidad, donde tanta cantidad despañoles an sido miserablemente muertos en bengança de los daños que sus anteçesores en aquella costa hizieron.
La qual nueba de prosperidad y rriquezas hizo que muchas personas que bivian deste trato de hazer esclabos, acudiesen a esta provinçia con su çierta manera y deshorden que ellos en ello tenian, de tal suerte que en el poco tiempo que obo desde que Juan de Ampres la descubrio hasta quel gobernador Miçer Ambrosio vino a ella, que como he dicho fue el año de veynte y seys(A), se dieron tanta priesa a hazer esclavos o despoblar aquesta tierra, que casi en esta sazon que Miçer Ambrosio llego, se hallavan muy pocos naturales çerca de Coro que les pudiesen dar a los españoles el sustento que abian menester; y ansi le fue forçoso a Miçer Ambrosio dar luego horden como salir con su gente deste pueblo de Coro a buscar y descubrir tierras y provinçias donde pudiese poblar y sustentarse.
A esta sazon tubo Miçer Ambrosio notiçia muy çierta de las muchas rriquezas y grandes poblazones de yndios que en la laguna de Maracaybo abia, por lo qual fue movido a tomar esta derrota y demanda antes que otra ninguna, y aprestando luego las cosas necesarias a la navegaçion y conquista de la laguna, haziendo adereçar vn nabio de los que consigo abia traydo, y dos vergantines que con22 toda brevedad alli hizo, los quales luego encamino por mar que entrasen
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Página 149. – Edición de París de 1841.
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En la edición de Caracas:
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En la edición de Caracas: