Más allá del Tiempo. Mariela González

Más allá del Tiempo - Mariela González


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llamarse, sencillamente, Frog, y que debe su extraña condición a la magia de Magus. Frog era, en realidad, un joven escudero de nombre Glenn, que vio cómo su señor, el caballero Cyrus, perecía a manos del hechicero. Fue maldito por este a causa de su cobardía, ya que no se atrevió a enfrentarse a él. Ahora, sin embargo, las cosas han cambiado: Frog está decidido a enmendar su error, y para ello, como primer paso, decide ayudar a Crono y a Lucca a rescatar a la reina.

      Tras el enfrentamiento con las criaturas, la aventura parece tocar a su fin: Leene vuelve al castillo y Marle también está a salvo. Todos juntos regresan al 1000 A.D… pero, ay, parece que la escapada de la princesa no ha sido vista con buenos ojos por parte de su padre. Ni tampoco el hecho de que un muchacho zarrapastroso como Crono la lleve de vuelta así, por las buenas. El joven es detenido como sospechoso de secuestro, y durante un juicio con pruebas de naturaleza cuestionable es sentenciado a muerte, nada menos. Pero alguien que consigue viajar en el tiempo y volver sano y salvo no puede tener demasiadas dificultades para escapar de una prisión. En su huida, Crono se topa con Lucca, que había acudido en su rescate; juntos hacen frente y derrotan a un enorme tanque-dragón que hace las veces de mecanismo de seguridad del castillo. El dúo se reencuentra con Marle y todos huyen hasta el bosque, donde son cercados por la guardia. Allí, Marle toma una decisión sin vuelta atrás: no quiere seguir bajo el yugo de su linaje, atada a una vida de monotonía en la que sus propios deseos siempre van a quedar socavados por sus obligaciones regias. Así que el grupo aprovecha que ha encontrado un nuevo Portal del Tiempo en la espesura, salta a su interior y escapa hacia una nueva época insospechada.

      MISERIA Y DEVASTACIÓN

      En esta ocasión, el portal les lleva a un tiempo muy lejano en el futuro, el 2300 D.C. El panorama que se encuentran es desolador: aunque la civilización ha avanzado a pasos agigantados, una catástrofe parece haberlo dejado todo en ruinas. Apenas quedan vestigios de las ciudades y los pocos humanos que se encuentran viven en cúpulas inutilizadas, los llamados domos, sin apenas alimento. Crono y sus amigos se ofrecen a ayudar, exploran los subterráneos de una de las cúpulas y consiguen encontrar semillas, sin duda toda una ayuda para la subsistencia.

      Pero sus pesquisas les llevarán más allá, a descubrir algo que nunca hubieran imaginado. Una antigua grabación del 1999 A.D. en la que se encuentra la respuesta a la devastación: el responsable fue un monstruo venido del subsuelo, una criatura de fuego de nombre Lavos que arrasó con todo lo que poblaba la superficie y la redujo a la miseria que han presenciado. La escena en el vídeo, aunque breve, resulta dantesca, y evidentemente el equipo decide que no puede quedarse de brazos cruzados ante algo así. No puede ser casual que tengan en sus manos la herramienta perfecta para evitar la catástrofe. Su errabundo viaje adquiere ahora una meta clara: viajar en el tiempo hasta donde sea preciso e impedir el Día de Lavos. Su investigación les llevará a la inmensa cúpula Proto, en la que Lucca ha detectado que se encuentra otro Portal del Tiempo. Nada más llegar se encontrarán con el que será un nuevo integrante del equipo, el robot con número de serie R66-Y. Un nombre que a Marle se le antoja «demasiado formal», nada adecuado para estar entre amigos, por lo que lo rebautizan como Robo. Formaba parte de un escuadrón de androides creados para servir a los humanos, hasta que fue desactivado; destartalado y abandonado, ahora se encuentra en deuda con Lucca, que ha conseguido arreglarlo haciendo uso de sus habilidades. No tiene demasiado claro cuál es su propósito en la vida, por qué se encuentra solo o qué ha pasado con los humanos que debía proteger... pero al menos, mientras se aclara todo, sí que tiene un objetivo inmediato: ayudar a sus nuevos amigos a restaurar el generador para entrar en las partes selladas de la cúpula Proto.

      EL FIN DEL TIEMPO

      Con la inestimable ayuda de Robo, el equipo consigue encontrar el Portal. Pero hay algo raro en él; no parece funcionar del mismo modo que los anteriores. El destino al que les conduce es bastante diferente: una especie de plazoleta suspendida en la nada, en la que un anciano con sombrero y bastón les aguarda. Les saluda como a sus «invitados» y les explica que han llegado a El Fin del Tiempo. Es lo que sucede cuando se viaja por las eras en grupos de más de tres personas: uno de ellos debe esperar en esa plazoleta, que actúa como nexo de unión entre las distintas épocas. No es un sitio tan malo, en el fondo, ya que también allí conocen a Spekkio, el Maestro de la Guerra. Un monete que, después de hacerse un poco el remolón, accede a entrenarles y enseñarles algo que les será de mucha utilidad en la misión que han emprendido: cómo emplear la magia, de un tipo distinto en función de las habilidades y la personalidad de cada uno. El pobre Robo, claro, se queda fuera del entrenamiento. Ser metálico y no estar vivo es lo que tiene: algunas cosas, como la magia, están vetadas para uno.

      El siguiente paso en la misión de nuestros protagonistas es descubrir por qué llegó Lavos al mundo. El causante fue un viejo conocido, Magus, por lo que de inmediato ponen rumbo al 600 A.D. para terminar lo que una vez comenzaron y derrotarle. No va a ser tarea fácil, pues necesitan para ello la legendaria espada Masamune, que se encuentra quebrada: uno de los trozos lo obtienen tras derrotar a sus guardianes, Masa y Mune, y el segundo se encuentra custodiado por un viejo conocido, Frog. Solo el maestro que la creó, Melchior, que se encuentra en el 1000 A.D., puede reforjarla. Este se encuentra encantado de hacerlo… siempre que le lleven un componente esencial, la mítica Piedra de los Sueños. Y para conseguirla tendrán que realizar un viaje aún más atrás en el tiempo, al año 65.000.000 B.C.

      CAMINANDO ENTRE REPTITES

      En la lejana prehistoria, las cosas no van a resultar nada fáciles. Es un tiempo convulso en el que dos bandos están en continua guerra por la supremacía: los humanos y una especie de reptiles antropomorfos llamados reptites. Nuestros protagonistas se ven envueltos sin desearlo en el conflicto cuando los reptites roban la Llave del Tiempo que Lucca emplea para abrir los portales; por suerte, la poderosa líder de una tribu humana, Ayla, se une a ellos y se ofrece para ayudarles a recuperarla. El odio que siente por los reptites es una poderosa motivación para ella, y también el hecho de que ve en Crono un digno guerrero. Tras un tour por la guarida de los reptites, en los que el grupo consigue derrotar (al menos por el momento) a Azala, el líder de las criaturas, y a su guardián, recuperan la Llave del Tiempo. Regresan a casa de Melchior llevando consigo la Masamune y una Piedra de los Sueños; el pobre hombre no sabe dónde meterse cuando se encuentra con que han cumplido semejante requisito. Sin perder un instante, se aplica a la tarea de reforjar la Masamune. Una vez la tiene se la llevan a Frog, quien al empuñarla consigue, por fin, reconciliarse con su pasado y encarar su destino. Ha llegado la hora de dejar de esconderse, decide. Ha llegado el momento de derrotar a Magus y hacerle pagar por lo que le hizo a él y a su amo.

      VERDADES INCÓMODAS

      Nuestros héroes parecían tener la meta de su aventura cada vez más cercana, pero pronto se dan cuenta de que las cosas no son como parecen a simple vista. En su enfrentamiento con Magus, este les revela que él no creó a Lavos: la criatura llegó del espacio y lo único que hizo fue invocarlo para que despertara de su letargo bajo tierra, en el que además estaba succionando la vida del planeta y haciéndose más poderoso. La batalla contra Magus interrumpe su hechizo de invocación, y ello crea un inmenso agujero temporal que absorbe el castillo del hechicero y lanza a nuestros protagonistas, una vez más, atrás en el tiempo; esta vez a una época bien conocida, el 65.000.000 B.C. Fue, además, el momento en el que Lavos llegó al planeta, envuelto en un meteorito, por lo que aún tienen la posibilidad de evitar que lo haga y que arrase con todo en el futuro.

      Un nuevo enfrentamiento se produce en la base de los reptites (nuestro equipo, además, aprovecha para rescatar a varios de los miembros de la tribu de Ayla que habían sido hechos prisioneros), aunque no consiguen evitar que Lavos llegue al planeta. En el inmenso cráter que deja su caída descubren un nuevo Portal del Tiempo que les lleva al año 12.000 B.C., al reino flotante de Zeal, un lugar en el que la civilización se ha desarrollado hasta límites insospechados gracias al uso de la magia. Aquí es donde, por fin, entienden el porqué del despertar de Lavos:


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