Reino, política y misión. Alberto Roldán
como una tangente al mundo, tocándolo solo en un punto. Para más datos, véase Alberto F. Roldán. Escatología. Una visión integral desde América Latina. Buenos Aires: Kairós, 2002, pp. 28–30, y mi artículo “El carácter dialéctico de la justicia en el comentario de Barth a la carta a los Romanos” (Enfoques, 2009). Tampoco tomamos en consideración la teología de Rudolf Bultmann, cuyo enfoque existencialista (o existenciario) ubican también el Reino casi fuera de la historia.
6 Rudolf Schnackenburg. Reino y Reinado de Dios. Tercera edición. Madrid: FAX, 1974, p. 3. Cursivas originales.
7 El concepto de “posposición” del Reino es elaborado por el dispensacionalismo, para el cual hay diversos modos en que Dios trata con la humanidad (dispensaciones o economías) afirmando que el Reino que Jesús ofreció a los judíos era el davídico, a modo de restauración del reino teocrático que había caído en manos de los enemigos de Israel. Cuando el pueblo judío rechazó el “evangelio del Reino”, Jesús cambió planes sobre la marcha, para fundar la iglesia. Este postulado ha sido ampliamente refutado en varios textos. Véanse: George E. Ladd. Crucial Questions about the Kingdom of God. Grand Rapids: Eerdmans, 1952, y Alberto F. Roldán. Escatología. Una visión integral desde América Latina. Buenos Aires: Kairós, 2002.
8 Óp. cit., p. 32
9 Ídem, p. 33. En su tesis doctoral recientemente traducida al español, Jacob Taubes afirma precisamente que en la expresión reino de Dios “se mezclan inextricablemente la escatología nacional, el mesianismo davídico y la escatología cósmico-trascendente de un Reino de los Cielos pensado esencialmente como mucho más allá” (Jacob Taubes. Escatología occidental. Buenos Aires: Miño y Dávila Editores, 2010, p. 75).
10 Citado en Schnackenburg, óp. cit., p. 58.
11 Contrariamente a la interpretación habitual del cristianismo, Taubes sostiene que no es Jesús quien trae el reino. Apoyado en Wellhausen, dice que una idea semejante es totalmente ajena a Jesús. Más bien, el reino trae a Jesús consigo (óp. cit., p. 75).
12 He desarrollado más ampliamente las ideas de Schweitzer en el libro ya citado: Escatología. Una visión integral desde América Latina, capítulo 1.
13 Esta interpretación es coincidente con la postura de Adolf von Harnack —profesor de Karl Barth en Alemania—, quien también había definido la llegada del Reino en términos individualistas: “Llega cuando se acerca al individuo, entrando en su corazón y tomando posesión del mismo”.
14 Johannes Weiss. Jesus’ Proclamation of the Kingdom of God. Citado por Anthony Hoeckema en La Biblia y el futuro (Grand Rapids: Subcomisión de Literatura Cristiana, 1984, p. 325). Moltmann apunta un dato interesante: Weiss esperó hasta 1892, dos años después de la muerte de Ritschl, para publicar su obra que, a todas luces, se posicionaba en las antípodas de su suegro (Jürgen Moltmann. “Hope and Reality: Contradiction and Correspondence”. En Richard Bauckham. God will be all in all. The Eschatology of Jürgen Moltmann. Minneapolis: Fortress Press, 2001, pp. 78–79).
15 Walter Rauschenbusch. The Social Principles of Jesus. Nueva York: The Woman’s Press, 1917, p. 55.
16 Walter Rauschenbusch. Christianity and Social Crisis, p. 48.
17 Ídem, p. 54
18 Ídem, pp. 54–55.
19 Ídem, p. 62.
20 Ídem, p. 65.
21 Ídem, p. 67
22 Ídem, p. 91.
23 Walter Rauschenbusch. Las enseñanzas sociales de Jesús. Buenos Aires: La Aurora, 1947, p. 92. Cursivas originales.
24 José Míguez Bonino, al evaluar el evangelio social, considera que fue una solución defectuosa porque pretendía ofrecer ciertos “principios sociales” tomados de la enseñanza de Jesús, aislados de la obra redentora de Jesucristo, por lo cual derivaba en un idealismo que, al fin de cuentas, era tan inoperante como el pietismo individualista (“Fundamentos teológicos de la responsabilidad social de la Iglesia”. En VV. AA. La responsabilidad social del cristiano. Montevideo: Iglesia y Sociedad en América Latina, 1964, p. 24).
25 H. Richard Niebuhr. The Kingdom of God in America. Hamden: The Shoe String Press, 1956, p. 20. Cursivas originales.
26 Ídem, p. 89.
27 Ídem, p. 92.
28 Ídem, p. 103.
29 Ídem, p. 148.
30 Ídem, p. 178.
31 Ídem, p. 181.
32 Ídem, p. 193. Pannenberg interpreta correctamente el tono de la frase de Niebuhr definiéndola como “irónica” (Teología y reino de Dios, p. 99).
33 The Kingdom of God in America, p. 183.
34 C. René Padilla. “El Reino de Dios y la Iglesia”. En El Reino de Dios y América Latina. El Paso: CBP, 1975, p. 62, nota 7.
35 Oscar Cullmann. Cristo y el tiempo. Barcelona: Editorial Estela, 1968, p. 55. Cursivas originales.
36 Ídem, p. 67
37 Ídem, p. 126.
38 Jürgen Moltmann. The Coming of God. Christian Eschatology. Minneapolis: Fortress Press, 1996, p. 12. Una crítica a esta obra —a propósito de su aparición