El Dios de los desposeídos. Jayakumar Christian
no implicó ignorar otras necesidades de los pobres. También se reconoció la falta de acceso a los servicios públicos y la necesidad de servicios de apoyo. Pero se los consideró secundarios respecto de la meta del crecimiento económico.
Análisis
Definir la pobreza como la falta de recursos ignoraba otros aspectos de la pobreza. Reflexionemos brevemente sobre algunos de ellos.
Primero, el crecimiento económico resultó en mayores inequidades. En países y comunidades que mostraron este crecimento, se reforzaron las inequidades tradicionales en los ingresos, los recursos y el poder40. Como señala Gunnar Myrdal:
La inequidad económica —la distribución desigual de ingresos y riqueza, y por consiguiente de poder económico— genera algunos temas controversiales. Se observa comúnmente, incluso por parte de quienes apoyan en principio la idea de nivelar, que históricamente el desarrollo económico ha llevado con frecuencia a una mayor concentración de la riqueza y el poder; al punto que a veces se ha inferido que este resultado es inevitable41.
No obstante, quienes proponen este enfoque responden señalando que normalmente las estrategias de desarrollo económico no benefician a los pobres en los primeros años42, sino que esto ocurre a largo plazo43. Los defensores activos de este enfoque también sugieren que, antes de poder distribuirla equitativamente, primero se debe crear la riqueza44, la cual, según este punto de vista, se “filtrará” hacia los niveles más bajos de la sociedad45. Otra suposición subyacente a este enfoque acerca del crecimiento económico por “filtrado” fue la creencia de que aquellos con habilidad para desarrollarse se manejarían bien y progresarían. Esta variación de la teoría de Darwin de la supervivencia del más apto se conoce como darwinismo social46.
Segundo, este enfoque de la pobreza tendía a excluir a los sin tierra así como también a los “pobres ocultos”47. Los niveles de producción y los de ingreso per cápita eran fundamentales para hacer uso de esta visión de la pobreza. A un micronivel, esto significaba que los obreros del sector no organizado48 y los “pobres ocultos”, incluyendo mujeres, débiles y niños, eran normalmente dejados de lado.
Tercero, los factores estructurales, como la influencia del mercado, no recibían adecuada consideración. El mercado marginaba a los pequeños agricultores (a quienes yo llamaría “los sin tierra en la práctica”), especialmente a los que tenían pequeñas parcelas de tierra seca sin facilidades de irrigación. El mercado estaba diseñado para excluir a los pequeños productores. Sus productos se valoraban bajo a causa de los “embotellamientos” institucionales49. Por consiguiente, esos pequeños agricultores se veían obligados a vender sus escasos productos a muy bajo precio (malvenderlos) y, en el proceso, caían a lo más profundo en el empinado sendero de la pobreza.
Para resumir, los primeros debates sobre los aspectos económicos de ser pobres sugerían que la pobreza era falta de ingresos adecuados, riqueza, inversión de capitales y de medios para contribuir al ingreso nacional. No obstante, las inequidades crecientes, la exclusión de mayor número de pobres, el descuido de factores estructurales y otros resultados negativos dieron lugar a la teoría del neocolonialismo y la dependencia. Por otra parte, el debate sobre la economía de la pobreza proveyó el escenario para la indagación en la llamada línea de pobreza y el consiguiente énfasis en la modernización.
Los pobres por debajo de la línea de pobreza
Arthur Youg fue el primero en usar el concepto de línea de pobreza. No obstante, fue Charles Booth (1889) quien definió por primera vez el término en sus investigaciones con encuestas de puerta en puerta50. Booth definió la línea de pobreza como “un nivel de ingreso donde ‘los medios pueden ser suficientes pero no suficientes para la vida independiente”51.
Gradualmente la definición pasó del referente del ingreso per cápita a la inclusión de los patrones de gasto y consumo de alimentos (en calorías). La discusión sobre los patrones de gasto se basó en lo que hacía falta para llevar una vida plena y provechosa en la sociedad.
Análisis
Por lo menos cuatro temas tienden descuidarse al definir la pobreza utilizando el marco de la línea de pobreza.
Primero, establecer la línea de pobreza con base en el promedio nacional de ingresos, es ignorar la naturaleza estacional de estos en las áreas rurales, lo cual es un grave problema52. La estacionalidad también afecta a otros aspectos de la vida de los pobres. Las relaciones de explotación se vuelven más fuertes en los períodos entre cosechas.
Es cuando los pobres se ven obligados a vender o hipotecar la tierra, el ganado, las joyas, la cosecha futura o su mano de obra futura; mendigan a sus patrones y se quedan endeudados con los prestamistas53.
Ahluwalia concluye que hay un “patrón” de fluctuación, la incidencia de la pobreza decae en períodos de buen desempeño agrícola y se eleva en etapas de un pobre desempeño”54.
No obstante, los debates sobre la línea de pobreza parecen haber prestado escasa atención a este tema.
Además, la discusión sobre la línea de pobreza tiende a sobreenfatizar la mensurabilidad. Es, como sugiere Robert Chambers, la expresión de la necesidad de los profesionales de contar55. Sin embargo, a pesar del énfasis en la mensurabilidad, no siempre es fácil obtener los datos para el análisis:
• Es muy difícil obtener información acerca del ingreso o el gasto per cápita de la población.
• Los patrones de vida varían de una población a otra.
• Patrones de vida distintos llevan a conclusiones diferentes.
• Hay una variabilidad cuando se usa el nivel de ingresos y cuando se considera el patrón de gastos.
• Existe fluctuación en los recursos financieros a lo largo del año56.
Tercero, el uso de consumo de calorías para calcular el nivel promedio de gastos de una población ignora otros gastos que no son alimentos. También ignora las variaciones en los hábitos alimenticios entre las regiones. Por ejemplo, los pobres tienden a centrarse en una franja angosta de tipos de granos alimenticios57.
Finalmente, la obsesión profesional con los números y la tendencia a reducir la pobreza a una variante única, también reduce a los pobres a meras estadísticas. Esto, entonces, permite a los defensores de la línea de pobreza pasar la atención al incremento o el descenso de los valores estadísticos.
Estamos peleando entre nosotros por los números precisos de los pobres que viven entre nosotros. Los números implicados variarán según la norma usada […] y los porcentajes podrían moverse unos pocos puntos en cualquier sentido dependiendo de la metodología usada.