Manual profesional del masaje. Jesús Vázquez Gallego

Manual profesional del masaje - Jesús Vázquez Gallego


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compartimentales de los músculos.

      TIPOS DE FASCIAS

      Se distinguen cuatro variedades o tipos:

       A. Fascia subcutánea (o hipodermis)

      Forma una especie de funda para todo el cuerpo en conjunto. Consta de una capa fibrosa, continua, de tejido conjuntivo alveolar, provista de tejido adiposo, que yace bajo la piel en su cara profunda. Esta capa frecuentemente se halla tabicada en departamentos por medio de septos conectivos, de forma que origina cámaras elásticas, fundamentalmente a nivel del talón y de las nalgas.

      Conecta la piel, el tejido celular subcutáneo y el músculo. En realidad corresponde a la parte profunda, densificada, del tejido celular subcutáneo. Los vasos sanguíneos y linfáticos y los nervios cutáneos se ramifican en el espesor de la fascia subcutánea, cuya superficie profunda está en conexión con las fascias más profundas.

       B. Fascia muscular

      1. Fascia muscular superficial. Membrana conjuntiva que envuelve cada músculo y lo separa de los vecinos. También separa los músculos en grupos funcionales. Evita que los músculos se rocen, garantizándoles su autonomía, forma y movilidad. Es muy fina, resistente y prácticamente inextensible.

      2. Fascia muscular profunda o aponeurosis profunda de contención. Envuelve a la vez todos los músculos de los distintos grupos musculares de los diferentes segmentos de los miembros.

      Está constituida por una lámina fibrosa de mayor grosor que las anteriormente citadas. Además de revestir a todos los grupos musculares de un segmento corporal, presta inserción en ciertos lugares a un número variable de fibras carnosas de los músculos subyacentes.

      La superficie de esta aponeurosis delimita con la superficie exterior del esqueleto un espacio ocupado por las masas musculares. De su cara profunda emergen tabiques fibrosos que se dirigen hacia la profundidad y se insertan en los huesos, tabicando el espacio en varios compartimentos secundarios. Por esta razón, en cada segmento de una extremidad corporal hay dos o más grupos musculares perfectamente separados entre sí por la existencia de estos tabiques o septos.

      También pueden prestar inserciones secundarias a ciertos músculos.

      La fascia profunda o aponeurosis de contención se fija o adhiere a las eminencias óseas que hacen relieve en la piel (epitróclea, epicóndilo, cresta tibial, etc.).

      Su grosor es variable según las regiones: es muy gruesa en la cara externa del muslo, donde forma la llamada “fascia lata” y es más delgada en las zonas de flexión de los miembros.

      En muchos lugares se encuentra perforada para dar paso a nervios, arterias, venas y vasos linfáticos, que después de discurrir por la capa de tejido subcutáneo se hacen subfasciales.

      En algunos lugares, estas fascias se desdoblan para envolver determinados músculos, como sucede con el esternocleidomastoideo que está envuelto en un desdoblamiento de la aponeurosis cervical superficial.

      De todo lo expuesto anteriormente se puede sacar la conclusión de que es muy difícil definir el concepto de fascia muscular con carácter unitario, porque, aunque la mayoría de los músculos poseen fascias independientes, otros están envueltos por las propias fascias profundas o aponeurosis de contención, que para ello se desdoblan adecuadamente.

      Las fascias profundas están formadas por fibras colágenas y fibroblastos ordenados en capas. Los fascículos de fibras tienen trayectos ondulantes y paralelos entre sí y su dirección puede ser la misma en todas las capas de la fascia o variar de unas a otras. También contienen un fino retículo de fibras elásticas que proporcionan a la fascia un cierto grado de elasticidad, gracias al cual las fuerzas que una contracción brusca descarga sobre ella, no la desgarra, sino que solamente la distiende.

      Las fascias de contención se engruesan en las zonas de tránsito de un segmento a otro inmediatamente vecino de una extremidad (cadera, rodillas, tobillos, codos, muñecas), dando lugar a unas bandas o cintas fibróticas, llamadas “retináculos o ligamentos anulares”, los cuales se fijan por sus extremos en el esqueleto y sujetan los tendones musculares subyacentes sobre el plano osteoarticular para que no se alejen de éste en el curso de la contracción muscular, evitando de esta forma su luxación. En algunas zonas los retináculos emiten por su cara profunda tabiques fibrosos que delimitan con la superficie esquelética compartimentos o correderas osteoarticulares.

      3. Fascias o aponeurosis de inserción. Son auténticos tendones de inserción que poseen ciertos músculos anchos y planos (ejemplo: las aponeurosis de inserción anteriores de los músculos anchos de la pared abdominal).

       C. Fascia visceral o vaina visceral

      Es la capa adventicia, densa, de las superficies viscerales.

       D. Vaina vascular

      Es la capa de tejido de colágeno que envuelve todos los vasos sanguíneos.

      FUNCIÓN DE LAS FASCIAS

      Las funciones de las fascias son diversas, pero todas ellas de suma importancia para garantizar la biomecánica del sistema locomotor, y son esencialmente:

      1. Constituir un sistema de sostén para los órganos y aparatos del organismo, solidarizándolos y conteniéndolos en celdas que delimita, a la vez que los fija a las paredes musculares (fascias de contención).

      2. Facilitar el deslizamiento entre las distintas estructuras orgánicas.

      3. Proporcionar mecanismos de anclaje mediante diferenciaciones en trócleas fibrosas, ligamentos de control, bandas de retención, etc. Los retináculos fasciales tienen el papel de poleas de reflexión de los tendones en el momento en que los músculos de esos tendones se contraen.

      4. Las fascias profundas, sus tabiques intermusculares y las membranas interóseas proporcionan zonas suplementarias para las inserciones musculares.

      5. Las fascias más laxas admiten cierto juego entre estructuras adyacentes y, por medio de la formación de sacos mucosos, reducen los efectos de presión y fricción que se originan con la movilización de algunas estructuras orgánicas.

      6. Sus planos fasciales sirven de vía de expansión para los vasos linfáticos.

      7. Formar una barrera o tope que impide la extensión de hematomas, seromas y focos purulentos.

      8. Las fascias profundas envuelven y protegen las superficies de los músculos y activan la circulación venosa y linfática.

      9. La fascia subcutánea facilita el almacenamiento de grasas y proporciona una superficie de recubrimiento para todo el cuerpo que ayuda a conservar el calor de éste.

      10. Además de las funciones puramente mecánicas, las fascias tienen otras funciones de tipo regenerador y defensivo. Sus células mesenquimatosas de tipo embrionario, de gran actividad fibroblástica, contribuyen a restaurar las lesiones por medio de un depósito de fibras de colágeno (tejido cicatrizal). Los histocitos del tejido conjuntivo tienen una gran capacidad fagocitaria, encargándose de eliminar residuos celulares y materiales extraños.

      ORGANIZACIÓN Y REGIONES CORPORALES

      PARTES DEL CUERPO

      Clásicamente el cuerpo humano se suele fragmentar, a efectos de estudio, en cuatro partes: cabeza, cuello, tronco y extremidades (figs. 7.4 y 7.5).

      a) Organización de la cabeza, cuello y tronco. En estas partes se puede distinguir:

       Una capa superficial formada por la piel, los vasos y nervios periféricos.

       Una pared formada por los huesos,


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