Introducción al Nuevo Testamento. Mark Allan Powell

Introducción al Nuevo Testamento - Mark Allan Powell


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escritos en el siglo I: alguien escribía una carta que promovía ideas gnósticas y afirmaba que era una carta de Pablo recién descubierta; alguien más escribía un evangelio que presentaba a Jesús como un seguidor importante del gnosticismo y afirmaba que era una obra de uno de sus doce discípulos recién descubierta. Estos libros siguieron produciéndose hasta buena parte del siglo IV. Sus anacronismos e idiosincrasias hacen que las atribuciones ficticias de autoría sean fácilmente obvias hoy día, pero la producción de esos escritos sí ocasionó confusión entre los cristianos de los primeros siglos.

      Por esa razón, el problema doble: por un lado, la mayoría de las iglesias cristianas querían usar solamente aquellos escritos que pudieran estar razonablemente relacionados con la tradición apostólica; por otro lado, querían usar todos los escritos que estuvieran relacionados con esa tradición, no solo los que encajaban con las preferencias ideológicas de algún maestro en particular. De esa manera, para el final del siglo II comenzaron a aparecer listados que especificaban qué escritos se pensaba que satisfacían esos criterios. Según esos listados, llega a ser evidente que la mayoría de los escritos que ahora se encuentran en nuestro Nuevo Testamento eran aceptados universalmente como testigos confiables de la tradición apostólica. Sin embargo, a siete libros les resultó difícil obtener esa aceptación: Hebreos, Santiago, 2 Pedro, 2 Juan, 3 Juan, Judas y Apocalipsis. No tenemos ningún indicio de que estos libros alguna vez fueran denunciados o rechazados directamente, pero parece que los líderes eclesiásticos más cautelosos fueron renuentes a considerarlos a la par con los otros (es decir, como obras que debían ser consideradas como Escrituras). Sin embargo, con el tiempo surgió un consenso, y para inicios del siglo V, el canon de nuestro Nuevo Testamento actual de veintisiete libros estaba bien establecido.

      Dos conclusiones en cuanto al canon de los escritos del Nuevo Testamento serían aceptadas por la mayoría de los eruditos hoy día. Por un lado, todos los libros de nuestro Nuevo Testamento actual son libros que fueron encontrados compatibles con lo que llegó a considerarse como «cristianismo apostólico»: hay ciertos asuntos básicos de fe en los que parece que hablan con unanimidad. Por otro lado, la selección de los escritos canónicos no fue estrecha, que eliminara la diversidad de opinión: los veintisiete escritos del Nuevo Testamento presentan una amplia variedad de puntos de vista, incluso posturas que a veces son difíciles de reconciliar. En efecto, si todos los autores de estos escritos se hubieran reunido en un solo salón en un momento y tiempo determinado, es casi seguro que ellos habrían discutido entre sí muchos asuntos que han seguido siendo de interés para los cristianos a lo largo de los siglos. En pocas palabras, los escritos del Nuevo Testamento demuestran una unidad básica, pero también una diversidad extraordinaria.

       Cómo estudian los eruditos el Nuevo Testamento

      El campo académico del estudio del Nuevo Testamento se ha desarrollado en una disciplina que abarca distintos enfoques y emplea una variedad de métodos.

      La crítica textual

      Los críticos textuales analizan los diversos manuscritos del Nuevo Testamento que se han conservado a través de los siglos y los comparan, los fechan y emplean diversas técnicas para determinar cuáles son los más confiables. Su meta es reconstruir lo que los manuscritos originales probablemente decían, y también observan las «variantes de un texto» cuando una o más de las copias que se han hecho a través de los años dicen algo distinto. Las variantes de texto significativas, a veces, se observan en las notas al pie de página en las Biblias en español (p. ej., véase la nota al pie de página de Mt. 10:3 en la NTV, que indica que al discípulo de Jesús que se llama «Tadeo» se le llama «Lebeo» en algunos manuscritos).

      variante: en la crítica de texto, otra interpretación de un texto, apoyada por algunos manuscritos.

      La arqueología

      Los arqueólogos excavan las ciudades antiguas y otros sitios importantes del mundo del Nuevo Testamento, y han descubierto una enorme cantidad de pruebas físicas que proporciona información de contexto para interpretar estos textos. También han descubierto documentos antiguos de este período. Los hallazgos más importantes son la biblioteca de los Rollos del Mar Muerto, que nos dice mucho de la diversidad de la religión judía del siglo I, y la biblioteca gnóstica Nag Hammadi, que nos dice mucho de la diversidad del cristianismo primitivo.

      La crítica sociológica

      Los eruditos examinan el Nuevo Testamento con perspectivas y herramientas que se derivan de las ciencias sociales, como el campo de la sociología. Prestan atención a varios asuntos que caracterizaban al mundo social del Imperio romano durante la era del Nuevo Testamento: el fenómeno de la Pax Romana; las migraciones de la diáspora del pueblo judío; la ocupación militar de Palestina y un sistema económico que prácticamente eliminó la clase media, dejó a poca gente rica y pobres a casi todos los demás. Los eruditos del Nuevo Testamento que están especializados en sociología examinan los escritos del Nuevo Testamento para ver cómo se tratan los efectos de estos fenómenos sociales.

      La antropología cultural

      La antropología cultural, que se deriva de las ciencias sociales, busca entender lo que ocurre en determinada cultura por medio de la comparación con lo que se sabe de otras culturas. Los antropólogos culturales estudian asuntos como las relaciones familiares, las estructuras de poder, los roles establecidos en función del sexo, los sistemas económicos y las estrategias para la educación. En cuanto al Nuevo Testamento, ellos han analizado los códigos de pureza que definían lo que la mayoría de la gente consideraba que era «puro» e «impuro» y el sistema de valores sociales que hizo que la gente valorara la adquisición de honra por encima de todo lo demás.

      La crítica histórica

      La «crítica histórica» se ha usado a veces en los estudios del Nuevo Testamento como un término genérico para aquellos planteamientos que se enfocan en las circunstancias de la composición del texto (p. ej., la crítica de las fuentes, la crítica de las formas, la crítica de la redacción [todas se discuten a continuación]) a diferencia de la «crítica literaria», que abarca planteamientos que se enfocan en la interpretación del texto que ahora tenemos enfrente (p. ej., la crítica narrativa, la crítica retórica, la crítica de la recepción, la crítica ideológica [también se discuten a continuación]). Sin embargo, en un sentido estricto, la «crítica histórica» se refiere a las formas en las que un historiador puede usar el Nuevo Testamento para aprender acerca de la historia. Los historiadores (ya sean cristianos o no) ven a Jesús, a Pablo y a otras figuras del Nuevo Testamento como personas importantes e interesantes, y entienden que el surgimiento del cristianismo es uno de los desarrollos más significativos de la historia humana. De esa manera, usan el Nuevo Testamento como un recurso para entender las vidas y circunstancias de estas personas y para reconstruir los acontecimientos que ocurrieron concernientes a ellas.

      La crítica de las fuentes

      La disciplina de la crítica de las fuentes intenta desplazarse detrás de los textos del Nuevo Testamento para postular hipótesis en cuanto a los materiales que los autores bíblicos pudieron haber usado al componer sus documentos. Pablo habla de una liturgia cristiana primitiva en 1 Corintios 11:23-26 y parece que incorpora un himno cristiano en su carta a los filipenses (véase Fil. 2:6-11). Al parecer los autores de nuestros cuatro Evangelios también poseían algunos materiales escritos en los que se inspiraron cuando escribieron sus libros (véase Lc. 1:1). Los críticos de las fuentes tratan de identificar estos materiales y a veces, incluso, tratan de reconstruirlos.

      La crítica de las formas

      La disciplina de la crítica de las formas busca clasificar distintos materiales que se encuentran en el Nuevo Testamento, de acuerdo al género o tipo literario («forma») y sacar conclusiones pertinentes a la interpretación, con base en estas clasificaciones. Se pueden distinguir


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