Introducción al Nuevo Testamento. Mark Allan Powell
de la historia de la cultura occidental durante casi veinte siglos. Si fuera posible, con alguna clase de superimán, retirar de esa historia cada migaja de metal que tuviera por lo menos un vestigio de su nombre, ¿cuánto quedaría?
—Jaroslav Pelikan†
*E. P. Sanders, The Historical Figure of Jesus [La figura histórica de Jesús] (Londres: Penguin, 1993), 1.
†Jaroslav Pelikan, Jesus through the Centuries [Jesús a través de los siglos] (New Haven: Yale University Press, 1985), 1.
Dios de Dios, Luz de Luz,
Dios verdadero de Dios verdadero,
engendrado, no creado,
de la misma naturaleza que el Padre.
Escuchará a un evangelista que exhorta a las personas a aceptar a Jesús como su Señor y Salvador personal, y que las invita a pedirle que entre a sus corazones para limpiarlas de pecado. Escuchará adoradores inspirados que afirman que Jesús les ha hablado esa misma mañana y les ha dado palabras de guía para otros que están presentes. Escuchará a un sacerdote que recita en latín o en griego, y que promete a los que se han reunido que están a punto de comer la carne de Jesús y beber su sangre.
Si usted no es una de esas personas, si no es cristiano, todo esto puede parecerle extraño. Incluso si es cristiano, algo de esto puede parecerle extraño, porque probablemente usted tenga algunas ideas sobre cuáles grupos de cristianos tienen razón en cuanto a Jesús, y cuáles no.
Jesús en el Nuevo Testamento: Terrenal y exaltado
Jesús es la figura central del Nuevo Testamento; cada libro se escribió por él y, en cierto sentido, acerca de él. Aun así, se puede hablar de dos formas distintas del Jesús de quien leemos en el Nuevo Testamento. Primero, el Nuevo Testamento nos habla de un hombre llamado «Jesús», que vivió en Galilea y que dijo e hizo muchas cosas extraordinarias antes de que finalmente fuera crucificado. Segundo, el Nuevo Testamento también habla de Jesús como una figura exaltada y eterna, que existió antes de la creación, que ahora sigue reinando desde el cielo, sentado a la diestra de Dios y que mora en los corazones de los que creen en él.
La fe y doctrina cristianas afirman la unidad de estas dos figuras: son el mismo Jesús, no dos distintos. Aun así, los eruditos cristianos frecuentemente descubren que es útil distinguir entre los dos, especialmente cuando interpretan el Nuevo Testamento. Por ejemplo, hay un pasaje en el Evangelio de Mateo en el que Jesús les dice a sus discípulos: «A los pobres siempre los tendrán con ustedes, pero a mí no me van a tener siempre» (26:11). Luego, más adelante en el Evangelio de Mateo, Jesús les dice a estos mismos discípulos: «estaré con ustedes siempre» (28:20). El primer pasaje se refiere a lo que los eruditos llaman la figura de Jesús terrenal, histórica (o, a veces, «el Jesús antes de la Pascua»), el hombre que vivió en Galilea y que dijo a sus discípulos que no estaría presente con ellos en la tierra para siempre. Pero luego, en el segundo pasaje, cuando Jesús dice: «estaré con ustedes siempre», debe referirse a otra cosa. Los teólogos cristianos dirían que el Jesús eterno exaltado («el Jesús después de la Pascua») está presente de una manera que la figura terrenal e histórica no lo está.
La figura terrenal de Jesús en el Nuevo Testamento: Generalidades
Los Evangelios del Nuevo Testamento se refieren sistemáticamente a Jesús como un judío de Nazaret, una pequeña aldea de la provincia de Galilea. Es el hijo de José y María y tiene varios hermanos y hermanas. Es un campesino judío que trabaja como tektōn, una especie de carpintero u obrero de construcción. No se dice casi nada de su vida temprana, aunque se implica algún proceso de educación con el hecho de que, como adulto, sabe leer (Lc. 4:16-20) y es conocedor de las Escrituras. No se dice nada de su estado civil, lo que probablemente quiere decir que debe considerársele un adulto soltero, comprometido (¿por razones religiosas?) con una vida de celibato (cf. Mt. 19:12).
El Nuevo Testamento se enfoca principalmente en el último año de la vida de Jesús. Es bautizado por Juan el Bautista, un apasionado predicador del arrepentimiento, que parece haber formado su ministerio con el ejemplo de profetas del Antiguo Testamento como Elías. Luego Jesús comienza un ministerio público propio y viaja por todas las aldeas de Galilea, enseñando, predicando y sanando. Llama a discípulos para que lo sigan y elige a doce de esos discípulos para que constituyan un grupo más íntimo de seguidores, siguiendo el modelo de las doce tribus de Israel. Algunas facetas de su ministerio son especialmente dignas de atención:
•Es un ministerio itinerante. En tanto que Juan el Bautista predicaba en el desierto, esperando que las multitudes salieran a escucharlo, Jesús predica en el camino, y lleva su mensaje a diferentes grupos a medida que él y sus discípulos se trasladan de un lugar a otro (véase Mt. 8:20).
•Es un ministerio rural. Aunque había ciudades grandes en Palestina (Cesarea, Séforis, Tiberias), no se dice nunca que Jesús visitara alguna de ellas, excepto Jerusalén; el foco de su ministerio son las aldeas y los pueblos comerciales, lugares como Betsaida y Capernaúm. Frecuentemente, se le describe ministrando a la gente en ambientes al aire libre (p. ej., al lado del mar de Galilea).
gentil: persona que no es judía.
•Es un ministerio judío. A pesar de los encuentros ocasionales con gentiles o samaritanos, el ministerio de Jesús está dirigido principalmente a judíos y se conduce con términos significativos para el pueblo judío. Con frecuencia, enseña en las sinagogas, cita las Escrituras judías y discute temas como la forma en que la ley judía se puede cumplir de mejor manera y cómo se cumplen los escritos de los profetas judíos.
samaritanos: pueblo semita que vivía en Samaria en la época de Jesús y afirmaba ser el verdadero Israel, descendientes de las tribus que fueron llevados en cautiverio por los asirios.
De esa manera, el Nuevo Testamento presenta a Jesús como un campesino judío que asume los papeles de rabino y profeta en favor de otros campesinos judíos de Galilea, durante el gobierno de Herodes Antipas; adicionalmente, la fase más prominente de su ministerio ocurre precisamente después de que Herodes arresta a Juan el Bautista (véase Mr. 1:14).
En cuanto a contenido, el tema más prominente que Jesús trata en el Nuevo Testamento es la inminencia y certidumbre del gobierno de Dios. Jesús usa frecuentemente la frase «reino de Dios» (o a veces «el reino de los cielos») para describir la esfera y el poder de la influencia de Dios, un fenómeno que ni el tiempo ni el espacio pueden restringir. Según Jesús, el «reino de Dios» (una frase que también se puede traducir como «gobierno de Dios» o «reinado de Dios») no solo está en el cielo o en el futuro, sino que es una realidad que ha de experimentarse aquí y ahora. Cuando Jesús dice: «El reino de Dios está cerca» (Mr. 1:15), quiere decir algo así: «Dios está listo y dispuesto para gobernar nuestra vida, aquí mismo y ahora mismo». Pero eso no es todo; el reino también tiene una dimensión futura, y el Nuevo Testamento presenta a Jesús que habla de eso también. Habrá un juicio final en el que el mismo Jesús presidirá, y a los seres humanos se les concederá acceso a la dicha eterna o se les condenará al castigo eterno, según su condición con relación a Dios y al mismo Jesús. Él indica que las bendiciones del reino futuro son para los que creen en él y que son fieles a él de palabra y obra.
reino de Dios/reino del cielo: frases que se usan para describir el fenómeno de que Dios gobierna, donde y cuando eso pueda ser.
El énfasis general en la presencia y el poder de Dios tiene numerosas implicaciones. Otros temas prominentes en las enseñanzas y predicación de Jesús incluyen: (1) un llamado a la lealtad firme a Dios y a la confianza absoluta en Dios; (2) una promesa de perdón que lleva a la