Introducción al Nuevo Testamento. Mark Allan Powell
este libro cuando consideremos «Tipos de material en los Evangelios» (en el cap. 5) y «La estructura o formato típico de una carta» (en el cap. 11). Los críticos de las formas generalmente están interesados en identificar el sitz im Leben («situación en la vida») en que cada uno de estos tipos de literatura habría encajado, lo cual implica ciertas suposiciones en cuanto a propósito: una broma podría emplearse para entretener, mientras que una oración podría emplearse para adoración. Los críticos de las formas han practicado su disciplina en conjunto con la crítica de las fuentes, pero con la visión de discernir las fuentes orales que están detrás de los textos del Nuevo Testamento.
La crítica de la redacción
La crítica de la redacción, que se usa principalmente en los estudios de los Evangelios, trata de determinar las intenciones particulares de los autores del Nuevo Testamento al analizar cómo ordenaron y editaron su texto fuente. La disciplina típicamente involucra dos métodos: (1) el análisis de la composición considera cómo están ordenadas diversas unidades dentro del libro en particular, el orden o ubicación de las unidades individuales, la secuencia del material y la organización general del libro; y (2) el análisis de la enmienda considera las alteraciones que el autor del Evangelio probablemente haya hecho en el texto fuente: adiciones, omisiones y otros cambios que revelan las prioridades y preferencias del autor. Para los resúmenes de los análisis de la crítica de la redacción de los Evangelios de Mateo y Lucas, véase el cuadro 6. 2 y el cuadro 8.2.
análisis de la composición: el estudio de cómo las unidades están organizadas en un libro particular, orden o ubicación, secuencia y arreglo estructural.
análisis de la enmienda: el estudio de las alteraciones que el autor probablemente hacía al texto fuente, adiciones, omisiones y otros cambios que revelan las prioridades y preferencias del autor.
La crítica de la narrativa
La crítica de la narrativa, que también se usó principalmente con los Evangelios (y el libro de Hechos), se inspira en la comprensión del análisis literario moderno, para determinar los efectos particulares que se espera que las historias bíblicas tengan en sus lectores.
Al igual que en la crítica de la redacción, la crítica de la narrativa se interesa en tratar cada libro por sí solo y en tratar de discernir lo que es característico en él, pero en tanto que la crítica de la redacción se enfoca en su composición (la forma en que el autor organizó y editó el material), la crítica de la narrativa se enfoca en la recepción (cómo se espera que la obra impacte o afecte a los lectores). La crítica de la narrativa frecuentemente analiza un Evangelio de la forma en que los críticos literarios interpretan una historia corta: le ponen atención a la forma en que avanza la trama, en que los personajes se desarrollan, la forma en que se presenta o resuelve el conflicto y la forma en que las características de la retórica, como el simbolismo y la ironía, afectan la percepción del lector de lo que está ocurriendo.
La crítica de la retórica
El foco de la crítica de la retórica está en las estrategias empleadas por los autores bíblicos para cumplir propósitos particulares. Los críticos de la retórica se interesan no solo en el punto que una obra quiere aclarar, sino también en la base en la que ese punto se establece (los tipos de argumentos o pruebas que se usan): a veces se cita la evidencia externa o documentación; a veces se nombra a un personaje confiable para el autor; en otras ocasiones se apela a las emociones o sentido de lógica del lector.
La crítica de la recepción
El acercamiento a los textos del Nuevo Testamento conocido como crítica de la recepción se enfoca en la forma en que los lectores han entendido y podrían entender el texto, quienes los emplean de diferentes maneras y en diversos contextos. Típicamente, a los críticos de la recepción les interesa la «polivalencia», es decir, la capacidad de que cualquier texto signifique cosas diferentes para personas distintas. La mayoría de los críticos de la recepción se interesan en explorar la forma en que los lectores contribuyen al proceso de interpretación, les dan su propia perspectiva y presuposiciones a los textos y los leen a la luz de eso. Por ejemplo, analizan cómo los factores de la ubicación social (edad, sexo, nacionalidad, condición económica, etc.) inevitablemente afectan las formas en que los lectores emplean los textos y ayudan a determinar lo que creen que esos textos significan. Un tipo de crítica de la recepción conocido como Wirkungsgeschichte («historia de la influencia») busca documentar y explicar cómo determinados textos se han leído a lo largo de la historia, cómo se han usado en las discusiones teológicas, en la liturgia, en la predicación, en el arte y en otras formas de recepción, tanto académica como popular.
Figura 3.2. Estudiantes de las Escrituras. La inclinación cristiana a estudiar las Escrituras de una manera académica y seria se deriva del judaísmo. Los rabinos judíos establecieron primero los estándares para la interpretación de las Escrituras, muchos de los cuales todavía se respetan hoy día. En las casas judías, la instrucción en las Escrituras puede comenzar en la niñez; en efecto, muchos niños judíos aprenden hebreo para entender mejor la Biblia. (Bridgeman Images)
Las críticas ideológicas
Hay una cantidad de enfoques al Nuevo Testamento, un poco relacionados con la crítica de la recepción, que buscan explorar la forma en que estos escritos podrían interpretarse cuando se leen desde perspectivas ideológicas particulares. Las diferentes críticas feministas exponen lo que los distintos libros o pasajes quieren decir cuando se leen desde un punto de vista feminista. Un campo relacionado interpreta los textos desde una perspectiva específica de las mujeres afroamericanas, y un campo en desarrollo llamado «crítica mujerista» hace lo mismo desde la perspectiva de las mujeres latinoamericanas. La «crítica poscolonial» resalta las interpretaciones desde las perspectivas de la gente marginada y oprimida en el mundo, especialmente de Asia, África o América Latina. Estos enfoques y otros similares (marxista, jungiano, etc.) buscan presentar interpretaciones que otros eruditos pudieron pasar por alto debido a las limitaciones de sus propias perspectivas ideológicas, generalmente no reconocidas. Ellos también hacen preguntas en cuanto a las perspectivas ideológicas de los mismos autores bíblicos, y buscan exponer suposiciones ideológicas que puedan ser inherentes en los textos producidos en culturas y contextos particulares.
La deconstrucción
El enfoque a los textos llamado «deconstrucción» es más bien un modo extremo de interpretación que surgió a finales del siglo XX y llegó a ser popular con eruditos influenciados por la filosofía posmoderna. Trata de demostrar que todas las interpretaciones propuestas son constructos ideológicos que no tienen ninguna afirmación objetiva de legitimidad. El proceso de interpretación inevitablemente favorece ciertas posibilidades a expensas de otras. De esa manera, los eruditos posmodernos frecuentemente sostienen que la interpretación revela más acerca del intérprete que del texto, y emplean el método de la deconstrucción para demostrar que las interpretaciones propuestas de cualquier texto determinado dependen del criterio subjetivo: pueden ser interpretaciones correctas desde un punto de vista en particular, pero cualquier cantidad de otras interpretaciones tendrían que considerarse como igualmente válidas. Desde la perspectiva posmoderna, el significado en cualquier sentido absoluto es inalcanzable. Aun así, los intérpretes pueden «jugar» con los textos, y eso puede valer la pena si aprenden cosas de sí mismos y de otros intérpretes en el proceso. De manera positiva, la deconstrucción frecuentemente resalta posibilidades olvidadas para el significado bíblico y hace preguntas en cuanto a por qué