De PhD y otros demonios. Sandra Bermeo
induce una respuesta inmune con fines defensivos, lo cual no siempre se logra. En algunos casos, la patogenia de la enfermedad se debe a ciertas reacciones inmunológicas no deseadas que ocurren simultánea o consecutivamente con el proceso defensivo, especialmente en varios parásitos helmintos que tienen una larga vida y causan infecciones crónicas.28
Varias infecciones parasitarias se acompañan de hipersensibilidad de tipo inmediata o retardada. Por ejemplo, en cobayos parasitados o sensibilizados con ciertos helmintos se logra producir un choque anafiláctico mediante inyecciones intravenosas de antígenos homólogos. En el huésped humano, este choque se presenta por la ruptura de un quiste hidatídico. La invasión por larvas de helmintos produce un síndrome caracterizado por infiltración pulmonar, tos seca e intensa eosinofilia sanguínea; esta entidad clinicopatológica se conoce como eosinofilia tropical o pulmón eosinofílico. Igualmente, se observa un proceso inflamatorio transitorio por el paso de larvas a través de los pulmones, conocido como síndrome de Löeffler. En el síndrome de migración larvaria visceral se encuentran lesiones granulomatosas crónicas y eosinofilia periférica. La presencia de huevos de Schistosoma mansoni (también de otros helmintos) en hígado y pulmones desencadena una elevada respuesta mediada por células Th2 y se forman granulomas o pseudotubérculos con un intenso infiltrado eosinofílico. Los eosinófilos tienen una actividad lítica principalmente sobre las formas larvarias.
Los anticuerpos que aparecen en las parasitosis pueden reaccionar con productos del parásito y algunos de ellos dan reacciones cruzadas con antígenos del huésped. Pueden, asimismo, unirse con los antígenos solubles del parásito para formar complejos antígeno anticuerpo, llamados complejos inmunes, los cuales adquieren propiedades patogénicas al localizarse en ciertos tejidos donde activan el complemento para producir lesiones inflamatorias, degenerativas o necrosantes. Las nefropatías presentes en infecciones por Plasmodium malariae se relacionan con los complejos inmunes formados por los anticuerpos específicos y los antígenos solubles del parásito, los cuales se depositan en el riñón y, conjuntamente con el complemento, producen lesiones glomerulares.29
Otro tipo de enfermedad relacionada con el estado inmunológico del individuo es la agudización de ciertas infecciones latentes. Esto sucede por inmunodeficiencias congénitas, adquiridas o inducidas por medicamentos inmunosupresores. Entre las adquiridas, la de mayor importancia actual es el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida). El creciente uso de medicamentos inmunosupresores y antineoplásicos ha influido en los últimos años para que algunos parásitos oportunistas se presenten con mayor frecuencia y gravedad como ocurre en el tratamiento de enfermedades autoinmunes y en pacientes con trasplantes de órganos. Ejemplos de parásitos oportunistas son: Toxoplasma gondii, Cryptosporidium spp., microsporidios, Cystoisospora y Strongyloides stercoralis, especialmente en pacientes que reciben terapia corticosteroidea.30
Inmunodiagnóstico
El desarrollo de métodos inmunológicos es importante para mejorar el diagnóstico de ciertas enfermedades parasitarias y para su estudio epidemiológico. Inicialmente, las reacciones serológicas tuvieron un valor limitado por las dificultades para obtener buena especificidad, sensibilidad y reproducibilidad. Esto sucedió, principalmente, por la forma empírica de la preparación de los antígenos, que eran productos crudos, con los cuales se obtenían resultados de poca exactitud. Cuando los parásitos no son cultivables y se requiere obtenerlos de los tejidos del huésped, los materiales de dichos tejidos se incorporan a los antígenos parasitarios y dan reacciones cruzadas no deseadas. El desarrollo de nuevas maneras de separación y la purificación de fracciones antigénicas mejoraron en todos los aspectos los diferentes métodos, puesto que la calidad de los antígenos es esencial en la especificidad y la sensibilidad de las pruebas. Un ejemplo que ilustra este cambio en el concepto de las pruebas inmunológicas es lo sucedido con el antígeno de Entamoeba histolytica que, en épocas anteriores, se preparaba de cultivos asociados a otros microorganismos y los resultados eran inespecíficos. Cuando se logró obtener cultivos axénicos (libres de otros microorganismos) y preparar antígenos purificados, las reacciones mejoraron en su especificidad.31
Después de separar Entamoeba histolytica (patógena) de Entamoeba dispar (no patógena),32 ambas con morfología idéntica, se hizo necesario tener pruebas inmunológicas para diferenciarlas. Fue así como se obtuvieron anticuerpos específicos en conejos, con los cuales se realizan las pruebas de ensayo inmunoenzimático ligado a enzimas (ELISA, por su sigla en inglés de enzyme-linked immusorbent assay) en materia fecal, que permite identificar antígenos específicos para las dos amebas. Otro ejemplo de avance en inmunodiagnóstico puede apreciarse en el uso del inmunoblot en cisticercosis, procedimiento que supera el método de ELISA.33
Los antígenos parasitarios se han dividido en dos grupos: al primero pertenecen aquellos preparados con el cuerpo del parásito, la pared, los órganos o las organelas, y se conocen con el nombre de antígenos endógenos o somáticos. En el segundo grupo están los antígenos que se obtienen de los productos de secreción o excreción de los parásitos durante su desarrollo o metabolismo, y se denominan exoantígenos o antígenos exógenos. Existen antígenos comunes entre los distintos estados de desarrollo del parásito y aun entre varios parásitos de género diferente. Otros antígenos cambian de acuerdo a la etapa de desarrollo en que se encuentra el parásito. Los tripanosomas sirven como ejemplo para ilustrar los cambios antigénicos, puesto que muestran variaciones entre las clonas y se han aislado más de 20 variantes antigénicas de una cepa.34
Las técnicas inmunológicas empleadas en el diagnóstico de las enfermedades parasitarias son las mismas existentes para otras infecciones. Con estas pruebas se detectan varios tipos de anticuerpos que reciben el nombre, según la técnica empleada, como precipitinas, aglutininas, anticuerpos fijadores del complemento, opsoninas, lisinas, anticuerpos fluorescentes, etc., y su presencia es indicativa de infección. El uso de anticuerpos monoclonales aumenta la especificidad de las pruebas. En algunas parasitosis como en la toxoplasmosis existen anticuerpos capaces de destruir los parásitos.
Las pruebas utilizadas para detectar anticuerpos pueden presentar tres desventajas: volverse positivas lentamente y no ser útiles en las etapas iniciales de la infección; persistir por algún tiempo después de que la infección parasitaria termina, lo cual origina confusión en el diagnóstico de infección actual; o presentar reacciones cruzadas que impiden un diagnóstico preciso. Estas desventajas disminuyen cuando las pruebas detectan antígenos, lo cual asegura el diagnóstico de la enfermedad actual y tienen valor en pacientes inmunosuprimidos. Estos últimos métodos ya se utilizan en algunas parasitosis y tienen más valor.
Inmunizaciones
Las vacunas, tal como se practican para obtener protección contra ciertas enfermedades bacterianas o virales, no se han logrado satisfactoriamente para las enfermedades parasitarias en humanos, aunque se investiga en algunas de ellas como malaria y leishmaniasis. Varios grupos de investigadores en el mundo trabajan activamente en la obtención de una vacuna contra malaria por P. falciparum. En la Unión Soviética y en otros países orientales se ha aplicado inmunización en varias comunidades para la protección de reinfecciones con Leishmania tropica mediante la inducción de una infección primaria.
Para los helmintos se ha tenido menos éxito. Como ejemplo está la vacuna desarrollada para Ancyclostoma caninum en perros,35 que produce cierta resistencia a la infección después de inmunizarlos con larvas vivas irradiadas, aunque se presentan reacciones secundarias severas. Este ejemplo de vacuna en animales ha sido superado en eficiencia con la obtenida para la Taenia de ovejas (Taenia ovis) por medio de proteínas recombinantes y ácido desoxirribonucleico (ADN).36 En Medicina Veterinaria hay mayor interés comercial y menos requerimientos de seguridad que en medicina humana. Contra helmintos humanos, la vacuna en la que más se ha investigado es contra esquistosomas, que está en la fase de experimentación clínica en humanos.
Actualmente, se experimenta con las vacunas moleculares contra parásitos, con el uso como inmunógenos de algunas