1968: Historia de un acontecimiento. Álvaro Acevedo
Las etapas propuestas por Mauricio Archila sobre la protesta estudiantil en Colombia en el siglo XX valoran a los estudiantes como sujetos sociales que adquieren cierta autonomía para no dejarse instrumentalizar por los partidos tradicionales o por las fuerzas radicales de izquierda. Su vinculación con el mundo de la política está mediada por intereses y dinámicas particulares, aunque se convierten en “correas de transmisión” del bipartidismo y la izquierda colombiana. Archila reconoce y da un importante lugar a la dimensión gremial de la lucha estudiantil afirma que, si bien las demandas de los estudiantes no se alcanzan plenamente, la movilización estudiantil propicia cierta organización gremial y la puesta sobre la mesa de debates educativos relevantes para la sociedad. La crítica más contundente de Archila a la protesta de los estudiantes –que finalmente no se constituye en movimiento estudiantil– consiste en señalar la ausencia de un proyecto político organizativo maduro y de largo plazo en el que converjan las demandas académicas y democráticas. Esta carencia es responsabilidad de los propios estudiantes, de los partidos políticos de derecha e izquierda y del mismo Estado y su aparato de fuerza.
El análisis de Mauricio Archila sobre la protesta estudiantil no se sitúa propiamente en un terreno empírico, como se aprecia en la introducción al tratar el concepto de movimiento estudiantil. En su reflexión sobre los movimientos sociales en Colombia promete una perspectiva cuantitativa de análisis, pero no la desarrolla en específico y en profundidad para la protesta estudiantil, como sí lo hace para movimientos sociales como el campesino y el obrero. Archila tampoco diferencia las protestas estudiantiles de los años veinte de aquellas de la década del sesenta, más allá de la reiteración de las demandas académicas y las luchas por la autonomía y las libertades. La relación entre movilización estudiantil e izquierda debe acentuarse para los años sesenta. En los años veinte es imprescindible dialogar con el movimiento estudiantil de Córdoba y su influencia en el país y el continente durante la segunda mitad del siglo XX.
Los vacíos en el análisis de la protesta estudiantil se entienden porque hasta el momento no existe en el país una obra historiográfica de largo aliento y de alcance nacional sobre esta temática. Los artículos o capítulos de libros muestran cómo la historiografía colombiana no se preocupa lo suficiente por este campo de investigación, y cuando lo hace presenta el caso bogotano como el más importante de estudio. Enfocados en coyunturas como la de 1971 no se percibe un interés por rastrear al estudiantado universitario desde su proceso de constitución como actor político y social. Pese a esta limitación, la historiografía regional viene trabajando los movimientos de las universidades departamentales con disímiles niveles de calidad y rigor. En el siguiente apartado se mostrará cómo en estos ejercicios investigativos se presenta una gran dispersión e incomunicación entre experiencias altamente similares.
Fragmentos y dispersión en los estudios regionales
Si bien se reconoce la importancia de los universitarios de Bogotá en las principales expresiones organizativas de la movilización estudiantil, también en la historiografía regional es posible encontrar actuaciones muy importantes del estudiantado. En alguna medida esto se debe al protagonismo alcanzado por ciertas movilizaciones locales que logran una solidaridad nacional por parte de los mismos estudiantes o de la sociedad en general. En este apartado se exponen algunos trabajos que analizan actuaciones estudiantiles de universidades como la Pedagógica Nacional, la del Valle, la de Antioquia, la de Cartagena, la Uptc y la Universidad Libre. Mención aparte merece el caso de la Universidad Industrial de Santander, el más estudiado de los movimientos regionales.
El primer estudio de caso analizado corresponde a dos artículos del profesor Absalón Jiménez en la Universidad Pedagógica Nacional [UPN] para la segunda mitad del siglo XX73. En el primero de ellos Jiménez señala que la presencia del movimiento estudiantil de la UPN contribuye a la creación de comunidad universitaria. Aunque enfatiza en un enfoque histórico de trabajo, la organización de la información es estrictamente cronológica y procura mostrar lo que sucede en la UPN respecto de otras luchas estudiantiles en el territorio nacional. El relato se inicia con las primeras manifestaciones de organización y movilización estudiantil en la Universidad Pedagógica Nacional Femenina [Upnf] y su articulación con la Unec.
Las acciones del estudiantado de la UPN se caracterizan por la presencia, tardía en la institución, de una población masculina que expresa cierta radicalización en las protestas y por relaciones directas y demandas propias del mundo pedagógico y del movimiento magisterial. La narración lineal de acontecimientos da cuenta de sucesos protagonizados por los estudiantes en relación con los problemas que enfrenta la Universidad. En alguna medida se advierte el deseo de mostrar que en la UPN también acontece algo, que allí tienen participación grupos políticos como la Juventud Comunista [Juco] o la Juventud Patriótica [Jupa], y que, como característica distintiva, las organizaciones estudiantiles tienen interesantes relaciones con sectores sociales como los indígenas. El texto cierra con una revisión de los principales acontecimientos de las dos últimas décadas, en la que se sostiene la idea de una crisis del estudiantado tanto en el plano político como discursivo. Es pertinente anotar que el autor hace una notable pesquisa en la prensa nacional y en la fuente oral, aunque se echa de menos la utilización sistemática de documentación producida por el estudiantado. Por último, es evidente el peso que tiene la tesis de Francisco Leal Buitrago en la interpretación del autor, a pesar de que reconoce los aportes de Mauricio Archila en la crítica que hace sobre la conceptualización del movimiento estudiantil. El influjo de Leal Buitrago no se refiere a la interpretación clasista, sino a la periodización que ofrece, en particular a la idea de que solo durante los primeros años del Frente Nacional [1958-1964] se puede hablar de movimiento estudiantil.
Aunque el conflicto universitario de 1971 tiene un gran protagonismo en la Universidad del Valle, sorprende que lo acaecido allí aún no goze de una amplia reflexión por parte de la historiografía. No obstante, se conocen tres trabajos que abordan la particularidad del caso, uno del investigador Luis Aurelio Ordóñez Burbano, otro es una tesis de grado elaborada en conjunto por Vianney Herrera y Leonor Trujillo y un documental, titulado La rebelión de los estudiantes, dirigido por Indira Gironza. El texto Mataron a Jalisco, el día en que todo estuvo a punto de estallar, del profesor Ordóñez Burbano, tiene como objetivo comprender y valorar el impacto de un conflicto significativo en la historia de la Universidad del Valle, que se remonta a la década de los años sesenta y evoluciona en forma dramática hasta 1972. El autor, a través de libros, artículos y documentos universitarios, tales como actas, acuerdos y resoluciones, narra los luctuosos acontecimientos sucedidos el 26 de febrero de 1971. No obstante, el mayor impacto de este texto se encuentra en las entrevistas realizadas a testigos presenciales de estos acontecimientos y que relatan vivazmente los sucesos tras la muerte del estudiante Édgar Mejía Vargas. Además, es muy valioso el aporte hecho por Ordóñez Burbano al entrelazar la documentación oficial, la fuente oral y la no ficción o novela testimonio, lo que permite una lectura agradable y a la vez nostálgica del movimiento estudiantil de los años setenta en Cali.
En once cortos capítulos, Ordóñez Burbano reconstruye el panorama mundial desde mediados de 1959 y reseña eventos tales como la Revolución cubana, la guerra de Vietnam y el Mayo francés del 68, para derivar en sucesos menores en su dimensión histórica, pero que fueron la propuesta de cambio de la sociedad de la época en Colombia. Dentro de estos sucesos se cuenta la influencia del Nadaísmo en la literatura, la implementación del Frente Nacional en la política y el surgimiento de figuras emblemáticas como Camilo Torres Restrepo, quien con sus ideales cristianos transforma la percepción de la sociedad colombiana. Este panorama mundial de la época, sumado al contexto político nacional a partir del Frente Nacional y a la situación académica e institucional de la Universidad del Valle, es la antesala y a la vez el pretexto del autor para desarrollar el objeto de su obra que es la descripción del conflicto estudiantil ocurrido en Cali el día 26 de febrero de 1971. La relación entre agrupaciones de izquierda, el clima de revolución estudiantil mundial, la Guerra Fría, el ascenso del cristianismo revolucionario y la formación del núcleo de dirigentes del movimiento estudiantil de la Universidad del Valle permiten observar una diferencia crucial con los movimientos estudiantiles de la Universidad Nacional y de la Universidad Industrial de Santander. Esa diferencia consiste en la construcción de un movimiento urbano de masas con su respectiva