Ginger. Ximena Renzo 'Endlesscurl'

Ginger - Ximena Renzo 'Endlesscurl'


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está tu error! Ni siquiera lo puedes averiguar porque no le hablas, Ginger. Yo creo que harían buena pareja. De todos modos, si no le gustas, pues qué mal por él, ¡de lo que se pierde!

      —Kim, solo tú y Jake me soportan, pero gracias por los buenos ánimos. —Me reí y alcé el puño para que lo choque, ella me lo devolvió.

      —Ya llegué, amigas —Jake se anunció sentándose a mi lado.

      —Hola, ricitos. —Lo despeiné, y el en acto reflejo, como si se tratara de un cachorrito, agitó la cabeza.

      —Esta cabellera no amanece así, ¿sabes? ¡Es muy difícil arreglarla! —Me sacó la lengua comiendo de mis papas.

      Así que, por fin, estábamos los tres reunidos.

      Mi pequeño y humilde grupo de verdaderos amigos.

      Kim y Jake.

      —¡Adivinen quién se ha anotado al equipo de béisbol! —contó el pelinegro con los brazos alzados.

      —Jake, ¿en serio? —preguntó Kim ladeando el labio.

      —Sí, hablé con Theo y dijo que podía hacer la prueba mañana. Otro equipo más, amigas.

      —Así que ahora tenemos que ir a verte a béisbol también, ¿verdad? —dedujé moviendo los ojos de un lado para otro.

      —Así es, mi pequeña pelirroja. —Asintió el chico rodeando mi hombro.

      —Deja de tocar a mi mejor amiga, rizos definidos.

      —Estás celosa, Kim. Ya les he dicho que hay mucho de mí para ambas. —Lanzó un beso al aire y rio tomando más de mis papas.

      —¿Vas a seguir comiéndote mis cosas?

      —Lo siento, G. Prometo llevarte a casa hoy. —Rio agarrando de sus papas, rodé los ojos y volví a mi comida.

      —No quiero ir en tu moto mugrosa.

      —Anne es la mejor —se defendió dramatizando con la mano sobre su pecho.

      —Oigan, chicos, hay fiesta el sábado —mencionó Kim sacando su teléfono, y luego sonó el mío y después el de Jake.

      —En casa de Bradley, es para celebrar el equipo de béisbol —leí el mensaje y miré a mis amigos— no pienso ir.

      —Si entro al equipo tendrás que ir, señorita —habló Jake con una sonrisa inocente.

      —Si entras, solo si entras, iré a esa fiesta… Y si mamá me deja, claro.

      —Ustedes son las mejores amigas —dijo Jake fingiendo secar lágrimas besando la frente de Kim e inmediatamente sonando sus mocos en mi chaqueta escolar, me abrazó. Mi amigo solía hacer eso.

      —¡Ew, quita! —Moví mi brazo haciendo que él ría alejándose.

      —Oye, Derek irá a la fiesta —habló Jake mirando su teléfono.

      —¿Y tú cómo sabes? —pregunté acercándome a él.

      —Se lo acabo de preguntar —contestó mi amigo siendo obvio.

      —Ustedes dos son muy obvios, ¿saben? Derek puede enterarse que me gusta y...

      —¿Te gusta el payasito? —bromeó el chico sentándose a mi lado, dejándome al centro.

      —Theo, metete en tus asuntos —me quejé empujándolo.

      —¡Qué malos gustos, Huffy! —Rio levantándose y caminando a su mesa de nuevo mientras se carcajeaba.

      —No sé cómo lo soportan —me quejé mordiendo la hamburguesa.

      —¡Oye, la comida no tiene la culpa! —mencionó Kim quitándomela de la mano.

      —Dame. —Fruncí el ceño mientras me la devolvía.

      —¡Qué maleducada! —Puso una servilleta sobre mi boca y reí limpiándome. —Yo no te crie de esa manera Ginger Huff.

      —¿Qué dicen de ir a verme entrenar después de clases, eh? Hoy toca atletismo —interrumpió Jake sonriendo con ternura, yo rodé los ojos y fingí no haberlo oído.

      —Por favor. —Sacó el labio inferior pegándose a mí.

      —¿No tienes más amigos o algo? ¿Por qué nosotras? —Lo empujé lejos de mí.

      —De hecho, solo tú. Yo tengo un trabajo en grupo de historia. —Sonrió Kim tomando más agua.

      —Oh, genial, así que estaría sola viendo como un montón de monos corren.

      —Tienes suerte de tener un mejor amigo deportista, Carrie.

      —¿Suerte de qué? Te conozco desde los cinco años Jake, soy inmune.

      —Pero de Derek no. —Me codeó riendo y Kim le siguió la risa.

      —Él es diferente.

      —Ah, sí, no tiene mucho cuerpo —dijo él rizado flexionando los brazos y mostrando sus «músculos formados», tonto.

      Nuestra conversación fue interrumpida por el primer anuncio de la campana que nos odiaba y nos hacia volver a clases.

      Eso solo significaba que teníamos diez minutos para terminar.

      —¿Entonces es un sí? —preguntó al ver que me levantaba junto a la bandeja de almuerzo.

      —No lo sé, tengo que preguntarle a mamá. —Encogí los hombros cargando la mochila.

      —Ya le envíe un mensaje. Dice que sí. —Sonrió enseñando su teléfono.

      —No me caes bien —gruñí entrecerrando los ojos.

      —Sabes que me quieres.

      —Te veo en la salida. —Me rendí caminando a la salida.

      —¡Oye, tenemos clases juntos! —Rio Kim siguiéndome. Jake dijo que nos alcanzaría después.

      —Me vas a dejar sola con esos sudorosos —dramaticé ajustando la correa de mi maleta.

      —Pobre Solecito. ¿Te inscribirás en Teatro?

      —¿Por qué tanto interés en que me inscriba en Teatro? —inquirí, estaba demasiado interesada.

      —Bien, te diré —bufó jugando con sus dedos—. Bradley ha entrado a teatro, y... Me inscribí también.

      —Estás obsesionada, amiga.

      —¡No me digas eso! ¡Inscríbete y no me dejes sola! —Golpeó el piso y luego se lanzó a abrazarme.

      —En serio, Kim, me caes mal. —Rodé los ojos acercándome a la lista para escribir mi nombre.

      —Te amo, Ginger. —Rio abrazándome de nuevo y yo rodé los ojos caminando por el pasillo con la morena pegada a mí.

      —Kim, somos mejores amigas, pero necesito espacio personal.

      —Oh, cierto, puedes darme mala suerte —se burló exagerando movimientos con los brazos y reí negándome.

      Pero al pasar por el taller de teatro se me quitaron las ganas de reír.

      Derek besaba a una rubia desconocida, y claramente no era un ensayo.

      —Ginger, lo siento —susurró Kim a mi lado.

      —No importa, ni siquiera somos amigos. —Sonreí de lado volviendo a mi camino.

      De todas maneras no me gustaba tanto.

      «Mentirosa».

      —CAPÍTULO 3—

      ¡Yo lo rajo!

      Punto de vista de Theo

      —¿Mamá?


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