Familias en la modernidad: una mirada desde Villavicencio. Milcíades Vizcaíno Gutiérrez
contención y se produjo una ebullición que revirtió sobre las transformaciones de las familias.
El resultado, hasta la actualidad, es que las familias se mantienen, están vigentes, pero sus modos y maneras de ser familia variaron rotundamente respecto del pasado. El desarrollo de las tesis que propone el libro lleva a revisar las políticas públicas sobre la familia, por cuanto las representaciones sociales que las fundamentan resultan anacrónicas para los tiempos que la nueva modernidad ha abierto.
Es frecuente escuchar que la familia ha perdido el control sobre los hijos, ha reducido su participación como agencia socializadora, que la pérdida de valores tiene su fuente en la crisis familiar; en fin, muchas aseveraciones se hacen acerca de ella. Abordar un análisis sobre las transformaciones de la familia y su diversificación, las formas que adopta en relación con el cumplimiento de las funciones tradicionales y nuevas, es muy pertinente para los objetivos de emprender acciones sobre su futuro, pero también lo es en la relación que tiene con otras instancias de la sociedad.
Por otra parte, algunas funciones tradicionales se conservan intactas a pesar de los cambios, mientras que para otras se ha reducido el cumplimiento hasta el punto de que prácticamente ya no existen, y otras se han afirmado y consolidado. Las preguntas por el qué, el cómo y el qué ha ocurrido en la región llanera son importantes para identificar si los procesos que suponen otras instancias de la sociedad deben ser imputados a la familia y a qué tipos específicamente, para que tengan solución de continuidad entre los supuestos y las realizaciones. No basta suponer, en una política social, que otra instancia de la sociedad, como el caso de la familia, asumirá la continuidad de acciones respecto a la educación de los hijos, a la prevención y atención de enfermedades, a los cuidados hogareños, a la unificación de criterios como ciudadanos, si la familia, o algunos tipos de ella, ya no cumple con esas funciones.
La familia de finales del siglo anterior e inicios del siglo xxi gana cada vez mayor importancia en los proyectos de las sociedades. Su visibilidad es más reconocida, por cuanto se ha dejado en fases anteriores de la historia la idea de los ámbitos privados en los cuales realizaba su ejercicio funcional. El derrumbe de las barreras privadas ha puesto a esta instancia de la sociedad de puertas abiertas al escenario público. Allí encuentra un ambiente propicio para develar los secretos anteriores y revelarse en sus posibilidades frente a la sociedad, en la medida en que se reconoce su papel en relación con los individuos y con los desafíos sociales, políticos y culturales de la modernidad actual.
La familia es una organización social que se adapta a las condiciones históricas, sociales y culturales del entorno en el cual cumple sus funciones. A pesar de los esfuerzos teóricos y de observación empírica, no se ha llegado al ideal de disponer de una teoría independiente del tiempo y del espacio. Al contrario, estas dos condiciones hacen específico cualquier planteamiento sobre el tema de la familia.
Si aceptamos que la familia ha presentado sus transformaciones más profundas desde mediados del siglo xx hasta la actualidad, resulta pertinente estudiar cuáles transformaciones han ocurrido y cómo se han desarrollado los procesos que la han implicado y las tendencias que manifiesta hacia el futuro próximo. No es de cualquier monta lograr respuestas a las preguntas que dirigen el estudio, por cuanto de ellas dependen múltiples percepciones, decisiones y alternativas sobre la familia en la capital del Meta.
En efecto, si constatamos que la familia ha modificado su estructura interna en una dirección determinada, hacia esta hay que orientar la política pública, la prestación de servicios de salud, educación o vivienda, y los supuestos desde los cuales se construye la visión sobre los significados que esta tiene en la cotidianidad de la vida social. La organización interna de la familia; los patrones que la rigen; las relaciones múltiples entre sus integrantes, sus acuerdos y desacuerdos; las prioridades; las preferencias de unos y de otros, y sus conexiones con la exterioridad llevan consigo la mirada a la estructura y a su funcionamiento. De una familia patriarcal establecida se ha pasado a una familia variada, diversa, múltiple, inesperada y viva a través de la actividad de sus miembros. Si se verifica que la familia cumple determinadas funciones, mas no otras en tiempos precedentes, hay que considerar cómo fortalecer las que cumple, cómo suplir las que no desarrolla o cómo revertir procesos pensados en una reestructuración intencionalmente orientada y sostenible desde lo político de cara al futuro próximo. En este orden de ideas, la investigación tiene pretensiones de una dimensión que va más allá del papel de la universidad, que consiste en crear conocimiento, pues su aplicación y su transferencia corresponden a instancias diversas de la sociedad y del Estado.
Las tesis se organizan en seis capítulos. El primero se concentra en el concepto de familia de la estructura familiar; el segundo examina las familias en medio de los cambios internos y externos, es decir aquellos que ocurren dentro de la estructura de la familia y los que provienen del contexto económico, social, político y cultural en el cual se desenvuelve la familia. El tercer capítulo estudia las familias de Villavicencio en el ambiente específico de los Llanos Orientales y de la Orinoquia colombiana. El cuarto capítulo examina dos cambios culturales que tienen incidencia sobre las familias que son la ebullición de la sexualidad y su efecto dentro de estas, por un lado, y las transformaciones religiosas, por el otro. El quinto capítulo observa el papel de la mujer, sus nuevas funciones en relación con el decaimiento del patriarcado y dos circunstancias que han afectado profundamente la actividad de las mujeres: por un lado, su actividad dentro del hogar, las nuevas responsabilidades y la manera como enfrentan una institución que las devora permanentemente, porque no les permite ser ellas mismas sino deberse a su pareja y a sus hijos; y, por el otro lado, la relación adquirida por la mujer con la criminalidad que ha desdibujado el ideal cultural creado por la sociedad. Finalmente, el sexto capítulo está dedicado a los niños en sus procesos de socialización familiar y educativa, y en su inmersión en actividades vinculadas a la criminalidad como un fenómeno visible y que inquieta a sectores de la sociedad. El libro es, en consecuencia, un recorrido por las transformaciones de las familias desde la década de 1950 hasta el comienzo de la segunda década del siglo xxi. En un tramo temporal de sesenta años se pueden observar los cambios que se han producido dentro de la familia y en los contextos en los que esta se desenvuelve como institución básica de la sociedad. Quienes temían el fin de la familia se han encontrado con una institución que permanece en medio de circunstancias adversas, pero que sobrevive, así sus funciones tradicionales se hayan modificado sustancialmente. El futuro de la familia es la familia modificada, no obstante, vigente.
Una nota sobre el método y las técnicas
La práctica investigativa más comúnmente utilizada en los estudios sobre familia ha sido la transversal. Esta forma de trabajo tiene sus potencialidades, pero también sus desventajas. Otra línea de estudios ha preferido la perspectiva longitudinal en la cual se pueden establecer cambios en el mediano y largo plazo. Un ejemplo puede ser relevante. Este estudio incluye el análisis de la revolución demográfica. Si se utilizan solamente procedimientos transversales, el foco de estudio se verá como transición de las poblaciones en un espacio de tiempo y en un segmento social fotografiado. En cambio, una mirada de largo plazo recoge otros elementos que dejan ver la transición demográfica no como un efecto solamente, sino como una causa eficiente de muchos de los cambios que se estudian. Por tanto, el estado explicativo es mayor, no solo en cobertura, sino en la capacidad de dar cuenta de una realidad compleja y poco analizada en estudios precedentes. Esta es una de las razones por las cuales se prefiere un trabajo intergeneracional que cubra el segmento de los sesenta y seis años que han sido tomados como objeto principal del estudio.
Se escogieron tres generaciones de familias. La primera estuvo en esplendor en los años 1950, esta tenía hijos, se abría camino en medio de una ciudad en formación con base en migraciones de diferentes regiones del país, e incluso, del extranjero, además de la llegada de los llaneros a habitar la capital. La segunda tuvo su auge en los años 1980 cuando los cambios habían penetrado en los Llanos Orientales y Villavicencio se había formado como ciudad y experimentaba los efectos del crecimiento como capital tanto del Meta como de la Orinoquia colombiana, y era receptora de la modernidad llegada en los viajeros, en los visitantes y en los migrantes que se quedaron, pero también en los medios masivos que tuvieron su origen en las grandes ciudades y encontraron en su población las audiencias que contribuyeron a difundir una cultura