Patrimonios, espacios y territorios. Natalie Rodríguez Echeverry
que, a partir del conocimiento sobre el espacio físico y la población, se suscitan y promueven desde la óptica de la experticia, los cuales acontecen de manera simultánea con los procesos y lógicas que emergen desde lo local. Se mostrará entonces que el imaginario moderno operó en la incursión e intervención de una región como el Chocó, así como en la construcción de un territorio urbano como lo es Quibdó, valiéndose de representaciones en contravía de los ideales modernos, con el propósito de justificar la necesidad del cambio y, por lo tanto, un progreso que requiere y produce efectos de verdad sobre la población, en la medida que se crea el deseo por este.
A su vez, en este aparte se expondrá cómo a través de la imposición de toda una serie de discursos y representaciones que relegan y pormenorizan tanto a las espacialidades de un territorio como a sus pobladores se solventa la puesta en marcha de los proyectos del progreso material y moral en Quibdó, esto es, los que se emprenden con miras a conformar un territorio urbano. Igualmente, se evidenciará que, como parte de este proceso, emergen una serie de tensiones ante las formas de control ejercidas por parte de los modelos y pensamientos externos y las permanencias de prácticas y lógicas locales.
Por su parte, en el segundo y tercer momento del primer aparte se presentará la constitución de una óptica de la experticia derivada de las relaciones de poder que ostentan sectores sociales radicados para entonces en Quibdó, distinguiendo entre estos tanto a los sectores de élite como a los religiosos misioneros, unos y otros que imponen sus lógicas externas para la construcción de la urbe. En relación al progreso material y moral, se enseñará que las relaciones de poder que lleva a cabo la óptica de la experticia frente a la población se desarrollan mediante el establecimiento de relaciones de clasificación, segregación, invisibilización, entre otras maneras de estratificación, a través de la implementación de distintos dispositivos de gobierno, como el urbano, con los cuales se reglamenta y normaliza la construcción de territorio urbano.
Se expondrá entonces desde este primer aparte lo que se ha denominado modelo de disposición, el cual tiende a la cimentación y erección del suelo para construir territorio urbano desde la óptica de la experticia, modelo estructural que se solventa en una serie de técnicas de organización y planificación urbana, como conectar y comunicar a través de la infraestructura, ordenar y controlar, erigir y señalar, así como repartir e identificar. Así mismo, se mostrará que dichas técnicas están, a su vez, estructuradas por medio de una serie de estrategias con sus respectivas acciones, unas y otras en sintonía y correspondientes con el dispositivo urbano para disponer territorio.
Por su parte, el segundo aparte se enfocará en mostrar la generación de territorio urbano en Quibdó, a partir de las relaciones provenientes de los grupos de pobladores locales, entendiendo la creación de espacialidades en correspondencia con las relaciones sociales que estos constituyen y que, a su vez, los constituyen. Así, se apuesta por una indagación de la constitución de territorio desde lo que se ha denominado andamiajes de constitución local de territorio, los cuales emergen desde lo local y, por lo tanto, se apartan de seguir y obedecer a estructuras rígidas que lo organizan y disponen, reproduciendo, copiando e imitando lo preestablecido por y desde el modelo de disposición de territorio urbano emanado desde y por la óptica de la experticia.
Se evidenciará —de acuerdo con lo planteado desde el primer aparte— que el imaginario moderno que acompañó y formó parte del modelo de disposición impuesto en Quibdó desde la óptica de la experticia no llegó a impregnar de valores reales al medio y, por tanto, a interpelar a los pobladores locales en general y transformar a través de estos las prácticas y lógicas de lo “otro”. Así, se mostrará cómo mediante la emergencia y puesta en marcha de otros conocimientos, entendimientos y experiencias provenientes de los grupos locales se emprenden y materializan formas de constituir y habitar el espacio para dar paso al territorio, es decir, en tanto posibilidades reales de crear y devenir territorio.
Se presentará entonces que dicho andamiaje de constitución local, tendiente a crear y devenir territorio, se halla en relación con las formas de recorrer y explorar el espacio, pero a su vez con las maneras de habitarlo, así como con las formas de relación constitutivas de materialidades y espacialidades creadas y erigidas por estos. De esta manera, se vislumbrarán territorios locales que coexisten de manera simultánea con el emanado por la óptica de la experticia, superponiéndose y entrelazándose, los cuales responden y dan cuenta de otras lógicas y aproximaciones para erigir territorio urbano. Así, se evidenciarán otras formas de territorialidad que emergen, se crean y constituyen desde las denominadas minorías, que indagan en los márgenes invisibilizados, en aquello dejado de lado e ignorado, en las designaciones que denotan y señalan aquello considerado bajo una posición inferior, de aquello representado y tildado como atraso, siendo contrario al conocimiento que se asume como legítimo, único y válido.
Por último, la tercera parte dará cuenta de lo que se ha denominado espacialidades de significación y singularización, esto es, de aquellas espacialidades que se constituyen y conforman a través de las diversas relaciones que acontecen en el espacio y que, por ende, constituyen territorio por parte de los distintos grupos humanos que en este y desde este interactúan. Dichas espacialidades de significación y singularización dan cuenta de las relaciones que se negocian y coexisten, de aquellos espacios generados y generadores de distintas formas de habitar y experienciar, de construir y construirse, donde confluye y se teje lo asimilado y alcanzado, así como de las experiencias de aquellos que las recorren, viven y habitan. En síntesis, espacialidades donde tiene cabida lo plural, lo diverso y donde se posibilita lo múltiple, escenarios de relaciones e interacción, de negociación, de copresencias y simultaneidades.
Ahora bien, la presente investigación se emprendió atraída por los abordajes que posibilitan abrir y trazar nuevos caminos y miradas para pensar en y desde las ciencias sociales y humanas. En este sentido, pensar en términos de territorio, espacio, grupos humanos y relaciones sociales, en directa correspondencia con las condiciones de habitar, las relaciones de poder, entre otros, supone reflexionar en y hacia formas de abordaje que posibilitan y promuevan otros entendimientos y comprensiones. Así, se procura romper con formas de abordaje rígidas en las que frecuentemente se inscribe el pensamiento para, más bien, pensar las relaciones que se encuentran inmersas y que evidencian otras posibles realidades.
Ante esto, se considera imperante entender los contextos desde y donde se inscribe el patrimonio inmueble, no solo desde una aproximación o de acuerdo con una estructura esbozada desde una disciplina o desde una experticia hegemónica que dictamine y avale la forma en la que el patrimonio inmueble debe abordarse, sino más bien procurar abrirse a diversas entradas que posibiliten un mayor campo de entendimiento. De igual manera, el presente trabajo se aparta de seguir y obedecer acercamientos que se corresponden con estructuras procedimentales (como los términos emanados por la ley) y aquellos que privilegien la lectura desde una sola disciplina (como en el caso de la arquitectura, desde la cual comúnmente se aproxima al bien inmueble, y del campo patrimonial, que privilegia la cosificación del monumento), para pensar en abordajes transdiciplinarios, así como en y desde entendimientos que incluyan lo local.
Por lo tanto, promoción de miradas de la arquitectura en correlación con el urbanismo, pero también con la historia, la geografía, entre otras disciplinas, las cuales contribuyen a pensar más allá del objeto material y en este en directa relación con los grupos humanos y los contextos. Estos diálogos entre las disciplinas aportan al entendimiento de los bienes arquitectónicos y del patrimonio asociado a este, más allá de la materialidad y la cosificación, y que permite entenderlo a partir de otras formas y planteamientos en el marco de las relaciones que le dan sentido y sustento.
En este sentido, se apuesta igualmente por desnaturalizar una serie de conceptos con una fuerte carga legitimadora que hacen que se den estos por sentados (como patrimonio, espacio y territorio), así como dejar de asumir como hechos dados los objetos (monumentos), los sucesos y los fenómenos. En efecto, lo teórico se considera indispensable, pero en el sentido de asumirlo como medio que permita responder a algo específico, a pensar ciertos temas y ámbitos particulares, a indagarlos en sintonía o en diálogo con el trabajo investigativo, donde no se sesguen los resultados por obedecer a parámetros o lineamientos previos y donde sea posible contar una historia distinta, en la que prime