Nuevas propuestas lúdicas para el desarrollo curricular de educación física. Antonio Méndez Giménez

Nuevas propuestas lúdicas para el desarrollo curricular de educación física - Antonio Méndez Giménez


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o deportes han sido consagrados por las insti-tuciones sociales e insertados en sus estructuras de producción y consumo.

      Hernández Moreno (1994), tras analizar diversas aproximaciones al concepto deporte lo define como una «situación motriz de competición, reglada, de carácter lúdico e institucionalizada», y aclara cada uno de estos aspectos en los siguientes términos. En primer lugar, se trata de situaciones motrices, por lo que la acción o movimiento debe necesariamente estar presente y constituir parte in-sustituible de la tarea. El deporte, en su opinión, también comprende competición o deseo de superarse a sí mismo o al adversario. Debe estar reglado mediante normas del desarrollo de la actividad y caracterizarse por su talante lúdico, es decir, con participación voluntaria, libre, propósito de recreación y finalidad en sí mismo. Y finalmente, el deporte ha sido institucionalizado, es decir, que goza del reconocimiento y control de una federación.

      2. Sin embargo, el concepto de juego deportivo en los autores del modelo comprensivo se corresponde más con el término inglés game o el fránces jeux sportif, es decir, se refiere exclusivamente a aquellos juegos y deportes practicados con móvil que, con independencia de que hayan sido o no institucionalizados, poseen cierto grado de complejidad en sus reglas. Llama la atención que esta corriente diferencia el concepto más extenso de deporte del de juego deportivo engloban-do en éste a los juegos y deportes colectivos tradicionales, y los deportes de oposición e individuales que se juegan con un móvil (Read y Devís, 1990).

      No obstante, en general, el término deporte es aceptado en su dimensión más amplia, en la línea descrita por Pierre Parlebás, basta con recordar las competiciones de los Juegos Deportivos Escolares en las que se incluyen todo tipo de deportes y juegos tradicionales además de los incluidos en los juegos deportivos, como el atletismo, bolos, gimnasia rítmica, piragüismo, tenis de mesa, judo, etc.

       J UEGO PREDEPORTIVO

      García-Fogeda (1987) ubica al predeporte entre el juego simple –actividad motriz lúdica de corta duración, reglas simples, sin grandes exigencias físicas ni comple-jidades técnicas– y el deporte, al que define como todo lo contrario –una actividad motriz lúdica de larga duración, con reglas complicadas, gran movilización de capacidades del practicante y utilización de destrezas y tácticas complejas.

      Para Pila Teleña el objetivo de los juegos predeportivos es desarrollar las per-cepciones y coordinaciones necesarias en las destrezas deportivas genéricas, es decir, son el medio para la iniciación deportiva (Pila, 1988). Díaz, Sáenz-López y Tierra (1995) también resaltan la intención eminentemente educativa de los juegos predeportivos.

      Navarro (1993) entiende los juegos predeportivos como aquellos que suponen la adaptación de otros con mayor complejidad estructural y funcional, y también aquellos que contienen elementos afines a alguna modalidad deportiva. También los ubica a caballo entre el juego y el deporte y en la etapa de iniciación deportiva. Los asemeja a los juegos motores reglados (por ejemplo, los juegos de persecuciones, de lanzamiento, de ocupación de espacios...), si bien puede diferenciarlos el objetivo que se persigue con cada uno de ellos.

       JUEGO MODIFICADO O SIMPLIFICADO

      Wein (1991) entiende el juego modificado como una simplificación de las reglas de un deporte, sin que se altere su esencia. Aconseja la utilización de los juegos simplificados para presentar a los jugadores el contexto en el que explorar un problema o un tema determinado y ejemplifica diversos juegos modificados partiendo de equipos formados por dos y tres jugadores.

      Devís (Devís y Peiró, 1992) afirma que los juegos modificados se encuentran en la encrucijada del juego libre y el juego deportivo estándar o deporte. Aunque poseen unas reglas de inicio, ofrecen un gran margen de cambio y modificación sobre la marcha, así como la posibilidad de construir y crear juegos nuevos. Para Devís sólo en unos pocos textos aparecen, dentro de la categoría de juegos predeportivos, algunos juegos como el de los diez pases o el balón torre que se ajustan a lo representativo del juego modificado.

      Para Thorpe, Bunker y Almond (1986b) un juego modificado es:

      «...la ejemplificación de la esencia de uno o de todo un grupo de juegos deportivos estándar, y la abstracción global simplificada de la naturaleza proble-mática y contextual de un juego deportivo que exagera los principios tácticos y/o reduce las exigencias o demandas técnicas de los grandes juegos deportivos».

      Por tanto, no se trata de situaciones aisladas del juego o de juegos esporádicos sin continuidad ni desarrollo como los que pueden realizarse al principio o final de una clase. Tampoco son minijuegos o minideportes, puesto que éstos, aunque adapten el deporte a la edad de los niños/as, no son progresivos en la enseñanza y reproducen los mismos patrones de formalización y estandarización del juego de los adultos y los mismos principios de enseñanza, esto es, de enseñanza de la técnica (Bunker y Thorpe, 1986; Thorpe, Bunker y Almond, 1986).

      Para Mertens y Musch (citados en Graça y Oliveira, 1997) la forma modificada del juego debe ser necesariamente más simple, adecuada a los niveles de interpretación de los alumnos y, al mismo tiempo, facilitar la asimilación de los conceptos y competencias asociados. Por ello, esta forma de juego deberá preservar la autenticidad del juego real contemplando sus elementos estructurales esenciales y tener siempre presente las relaciones de cooperación/oposición.

       MINIJUEGO, MINIDEPORTE, DEPORTE MODIFICADO Y DEPORTE REDUCIDO

      Wein (1991) explica y detalla el reglamento del minihockey considerando diversas modificaciones en cuanto al tamaño del campo, el número de porterías y de componentes de cada equipo, duración, normas de juego, sanciones, equipamiento con respecto al deporte adulto. Lasierra y Lavega (1993) también apoyan este argumento considerando los minideportes como una versión reducida del deporte y como instrumentos metodológicos para favorecer la adaptación al deporte institucional. Así sugieren la reducción de la complejidad estructural y funcional de aquellos mediante la modificación de los siguientes parámetros: espacio, tiempo, número de jugadores, material, móvil y reglamento.

      No obstante, De la Rica apunta que los minideportes (deportes reducidos o adaptados) poseen unas reglas concretas y unos elementos estrictos. Tanto el reglamento como el número de jugadores y el terreno son fijos aunque adaptados a la edad y características de los deportistas. La ejercitación de la técnica es más o menos específica y se presentan los primeros patrones de la táctica (Navarro, De la Rica, Gil y Estapé, 1993).

      Díaz, Sáenz-López y Tierra (1995) argumentan que los deportes adaptados surgen en un intento de adecuación de los deportes a los participantes, y distin-guen entre deportes reducidos (aplicados a los niños sin necesidades educativas especiales) y los deportes especiales (adaptados a incapacidades físicas y psíquicas).

       JUEGOS Y DEPORTES ALTERNATIVOS

      Esta tendencia lúdica persigue un acercamiento de las prácticas fisicodeportivas a aquellos estratos de la población que tradicionalmente han estado más aleja-dos y comprende, por un lado, las nuevas actividades físicas que van aparecien-do con carácter participativo y de disfrute del tiempo libre y, por otro, la recuperación de juegos y deportes tradicionales con nuevos diseños. Para ello, se potencia un deporte de recreación, adaptable a diversos espacios y situaciones, fácil de aprender, de normas simples y que requieran materiales con escaso riesgo de lesión (Virosta, 1994; Martínez Gámez, 1995; Bucher y Wick, 1995).

       JUEGO COOPERATIVO

      Orlick (1990) entiende los juegos cooperativos como aquellos que se centran en el juego con otros, más que contra otros, y en la superación de desafíos, más que en la superación de rivales. Se fundamentan en el disfrute de la propia experiencia del juego. La estructura interna de los juegos cooperativos se concreta en el establecimiento del principio de que el mayor número de personas compartan el juego para conseguir el objetivo. Son, por tanto, juegos alternativos a la competición, se juega junto a otros para conseguir fines comunes en vez de contra otros para lograr fines mutuamente excluyentes. Por ejemplo, frente


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