Pilates para la tercera edad. Manuel Pedregal Canga

Pilates para la tercera edad - Manuel Pedregal Canga


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del médico rehabilitador. A todo ello hay que sumar las dificultades lógicas que conlleva implementar un nuevo sistema de trabajo dentro de una estructura en la que ya existen procedimientos bien instaurados. Han sido retos que recayeron en un alto porcentaje bajo la responsabilidad de Manuel.

      Como responsable de este proyecto, solo puedo añadir que lo inédito del propósito se complementó con la firme decisión de la empresa Ovida de apostar por mejorar nuestra oferta a fin de proporcionar una mejor salud física y emocional a nuestros clientes. He sido testigo de excepción de un proyecto tripartito en el que la profesionalidad vocacional de una persona ajena al ámbito de la medicina se sincroniza con la visión de un equipo médico abierto profesionalmente, todo ello sobre la base de una empresa que en todo momento ofreció soporte para que el proyecto finalmente pudiera nacer y tener continuidad.

      Manuel ha decidido dejar el proyecto en manos de nuestro equipo, pues todos entendemos que la tarea debe ser continuada con criterios supervisados por los terapeutas titulares de nuestros clientes. Valga este prólogo como agradecimiento a su contribución para incluir a Ovida en el grupo de empresas de la salud que hoy ofrecen el método Pilates como sistema terapéutico de recuperación funcional para personas mayores.

      Cristina Reig Gourlot

      Médico general en Ovida

      INTRODUCCIÓN

      Este libro, sin duda, es el mayor desafío de todos cuantos he planeado hasta la fecha. No conozco aventura libresca similar en este campo que trate de argumentar que una persona mayor puede y debe ejercitarse en torno al método Pilates.

      No tengo en cuenta diversos artículos y columnas periodísticas en donde sí es posible encontrar relacionados el Pilates y la tercera edad. A mi entender, una cosa es redactar un escrito de quince o veinte párrafos y otra muy distinta tratar de desarrollar este ámbito terapéutico en profundidad, sobre la base de datos y propuestas razonadas, con rigor y una aplicación práctica contrastada.

      Cómo fue que un profesor de Pilates terminara interesándose por este perfil de personas mayores, hasta el punto de embarcarse en un proyecto de esta envergadura, es algo que trataré de aclarar a continuación.

      En un momento determinado, a fin de resolver una dolencia lumbar, un empresario que dirige un establecimiento geriátrico, aconsejado por su terapeuta, decide acudir a mi centro a practicar Pilates. Su problema se soluciona en pocas semanas y, fruto de esta relación inicial, comenzamos a elucubrar en torno a la idea de desarrollar para sus clientes, un programa de trabajo basado en el método Pilates. La idea va fraguando progresivamente hasta el punto de que, finalmente, decidimos aunar esfuerzos en este proyecto: el método Pilates se integraría en el departamento médico de Ovida (nombre del centro de mayores al que nos estamos refiriendo).

      El equipo al que se debía sumar Pilates Oviedo cuenta con un doctor en geriatría, un rehabilitador y varios fisioterapeutas y terapeutas ocupacionales. Nuestra labor inicial era proponer terapias aplicadas a perfiles concretos de usuarios de Ovida. El protocolo consistía en que el rehabilitador y los fisioterapeutas supervisaran la propuesta y compartieran, en los primeros intentos, siempre la experiencia con los usuarios y con nosotros. Teníamos la certeza de que la idea era brillante, pero también éramos conscientes de que acoplar la propuesta de Pilates a los procedimientos ya existentes que se aplican con regularidad en este departamento médico podía suponer un problema: ¿por qué modificar algo que ya sabemos que funciona? Esta cuestión era difícil de resolver si tenemos en cuenta que el método Pilates era completamente desconocido para estos profesionales de Ovida. Acoplarnos a los fisioterapeutas no constituyó una barrera, pero traspasarla llevó su tiempo. Contábamos con ello.

      En la actualidad, los usuarios de Ovida realizan rutinas de entrenamiento Pilates en una sala especialmente acondicionada para ello, los terapeutas titulares dominan cada día más este método y todos están de acuerdo en que con esta herramienta consiguen muy buenos resultados. Por supuesto, mantienen sus procedimientos de trabajo anteriores, que complementan con nuestras nuevas propuestas.

      La experiencia confirma algo en verdad interesante: la labor de los profesionales de la fisioterapia puede complementarse perfectamente con la labor de los profesionales de Pilates, conformando un tándem cuyos resultados son óptimos. Un tratamiento inicial para resolver problemas de índole mayor será complementado con programas de ejercicio que favorecen un mantenimiento de la recuperación, pues en cierta medida nuestros clientes adquieren la responsabilidad de mantenerse activos y atentos a su salud.

      La aceptación o rechazo de nuestras propuestas es una tesitura que tenemos que afrontar si queremos que nuestro trabajo sea tenido en cuenta y considerado serio y bien fundado, no solo por parte de nuestros clientes, que mayoritariamente depositan su confianza en nosotros en el día a día, sino también por profesionales del ámbito médico. Estos últimos tienen que encontrar en nuestros procedimientos datos sensatos, razonados y avalados por la ciencia.

      «Mis alumnos están contentos y convencidos de mi profesionalidad; es evidente que hago un buen trabajo, pues no obtendría buenos resultados si no estuviera haciendo bien las cosas.» ¡Así, solemos justificarnos como grandes conocedores del método Pilates! Permanecemos en nuestra zona de confort, sin darnos cuenta de que precisamos contrastar lo que hacemos si queremos crecer como técnicos en esta materia.

      Tras catorce años inmerso en esta especialidad terapéutica, creo que la evolución no pasa por que los doctores o fisioterapeutas se conviertan en profesores de Pilates, sino porque estos últimos nos alineemos con los procedimientos que aquellos entienden como adecuados y razonados en lo concerniente al ejercicio relacionado con la salud.

      Considero pues un acierto que las clases que impartimos a alumnos de Ovida sean supervisadas por fisioterapeutas: simplemente, trabajamos bajo la «crítica» y estricta visión de un profesional de la salud, en ocasiones contando incluso con la asistencia del médico rehabilitador, que también asiste como observador a nuestras sesiones. Hay que tener muy claro que avanzar en nuestra labor implica siempre exponerse a la aceptación del sistema. Sin embargo, este aspecto a menudo no se afronta con la suficiente confianza y perdemos así la posibilidad de ocupar nuestro espacio natural, que no es otro que aceptar el reto y la responsabilidad de adaptar el método Pilates a las condiciones más apropiadas de cada persona concreta.

      La propuesta que presentamos en este libro solo se puede entender como modesta aportación de un profesor de Pilates con catorce años de experiencia profesional en esta disciplina terapéutica, más otros quince años de práctica y enseñanza del karate. En los cuatro libros que he publicado hasta la fecha he manifestado reiteradamente mi intención de alejarme de presentar la «receta definitiva». Se trata, simplemente, de mi propuesta. Hay otras y en un futuro no muy lejano seguro que habrá más. En cualquier caso, a todos los que presentamos un trabajo como este nos encanta saber qué piensan nuestros lectores y lectoras. Así pues, si estos ejercicios –y los fundamentos teóricos subyacentes– aplicados a nuestros mayores te parecen mejorables, os animo a que iniciéis el proceso para publicar vuestras ideas o poneros en contacto con nosotros. En serio: estoy deseando leer cualquier iniciativa en este campo. ¡Toda contribución será bienvenida!

      capítulo I

      SALUD FÍSICA Y SALUD MENTAL: SENSACIÓN DE BIENESTAR

      Cambios asociados al envejecimiento

      Pérdida de masa ósea: osteoporosis

      El nivel de mineral en nuestros huesos alcanza su grado máximo una vez pasada la adolescencia, comienza a reducirse en nuestra madurez y disminuye rápidamente durante la vejez. La resistencia de nuestros huesos depende de la cantidad de mineral que contiene nuestro esqueleto. Por este motivo, cuando el nivel de mineral en nuestro sistema óseo es menor de lo esperado, algunos esfuerzos localizados, caídas o traumatismos pueden producir fracturas con más facilidad.


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