Guardianes de Titán. Éride. Jordi Sánchez Sitjes
el último sector planetario conocido.
[5] Práctica que conseguía asemejar al hombre con la máquina, muy aplicada para suplir extremidades amputadas traumáticamente; en la actualidad también existe la voluntariedad en sustituir partes biológicas por otras robóticas, sobre todo en el sector militar (en especial mercenarios y caza recompensas) con el fin de mejorar prestaciones.
[6] Delito que consiste en la destrucción o aniquilación de robots.
[7] Capital del planeta Beled y fundada en 2632 ET.
[8] Capital del planeta Ladakh, y punto de destino del carguero Andrómeda.
[9] Planeta nombrado así en honor al capitán de la astronave Deus, John Duukan.
[10] “Cuidaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces”. Mateo 7:15
CAPÍTULO 2
Magisterio
Dan Bilson se reunió con el consejero Johr fuera del hemiciclo. Había sido una votación tensa, y al final habían ganado los opositores a una intervención militar de la Unión en el conflicto dentro de Zoé. De hecho, fue una decisión tan ajustada que el propio Primer Cónsul tomó partido mostrándose contrario a la actuación directa del máximo organismo de la galaxia. Nueve votos más el del propio Primer Cónsul en contra, y siete a favor. No era nada habitual que un Primer Cónsul emitiera su voto si no se requería para desempatar una proposición de ley, pero esta vez pensó que la ocasión así lo requería. La sesión había acabado con la promesa de Kiir Déby de seguir atentos a los acontecimientos y enviar a más observadores de la orden Augur a la zona. Actuaciones que a Dyron Johr le parecían insuficientes, o simplemente meros formalismos de cara a la galería.
—Lo que ha sucedido hoy es otra muestra más de que este consejo está en manos de corruptos…—se quejó amargamente.
—¿Qué quiere decir, señor?
—¿No te has dado cuenta? Analiza quiénes han dado apoyo a Dalian vetando una actuación militar de la Unión dentro del sector Zoé.
Echando la vista a lo ocurrió en el consejo horas antes, Dan recordaba cómo los otros estados de Tellus habían votado en contra de la ley de intervención. Lo mismo hicieron los representantes de Arcadia, Génesis, Olimpia, Dundalk y el propio Dalian. Nueve votos contra siete, sobre los dieciséis posibles otorgaban la mayoría simple a la opción del “no”. El Primer Cónsul también se pronunció negativamente a la medida, por lo que la diferencia final fue de tres votos. La alianza entre los estados de Darras y Pellinore con el sector Kairós era algo habitual. Los linajes de Bari y Corvo tenían muchos intereses compartidos dentro de ese sector colonial. Tampoco había que pasar por alto los fuertes vínculos entre Dalian y Arcadia, que les hacían coincidir frecuentemente en una misma estrategia. Sin embargo, sí era altamente llamativo que el sector Keres, con Génesis a su cabeza, se hubiera posicionado con los partidarios del inmovilismo, teniendo en cuenta solo razones puramente comerciales, ya que el gigante multiestelar Génesis A.X. tiene muchos tratos con el sector planetario Zoé, y una zona en permanente conflicto no es el mejor escenario para hacer negocios. Dan desconocía el punto de vista real del sector Anástasis, ya que el representante de Olimpia había divagado mucho durante su intervención y el “sí” que iba a otorgar acabó siendo un “no” final que sorprendió a propios y extraños. La posición de Dundalk también era extraña, parecía ilógico que un sector dirigido por una religión como la cristiana, no tratara de aprovechar la situación para acabar con el movimiento humanista de RaShal, un competidor directo en la captación de fieles. Pero sin duda lo más curioso de todo, se encontraba en la decisión del Primer Cónsul en hacer constar su voto a pesar de que por mayoría simple ya habían ganado los opositores a la nueva ley. De todas formas, que Kiir Déby se hubiera involucrado personalmente no parecía disgustar demasiado al propio consejero Johr. Que el Primer Cónsul se hubiera pronunciado abiertamente parecía venirle bien para sus intereses.
—El Consejo Federal está muy dividido. Rechazar la ley de intervención es una medida impopular que puede acarrear consecuencias.
—Así es, querido señor Bilson —exclamó con cierto jolgorio el consejero Johr. —Y vamos a aprovechar eso.
—¿Cómo?
—Esta noticia no sentará nada bien en el Magisterio. Allí el voto es individual, uno por cada planeta, donde los intereses de los sectores quedan más difuminados. Por eso aprobaron la ley con gran mayoría. Esperaban que el Consejo Federal la ratificara, pero debido a los movimientos realizados por el Primer Cónsul no ha sido así. Se ha llevado a su terreno a los sectores coloniales suficientes para asegurarse una mayoría que respalde su opinión dentro del Consejo Federal. Por eso ahora tenemos que ser listos y hábiles. Y es ahí donde vas a entrar tú.
—¿Yo? —esa última afirmación le había cogido por sorpresa.
—Sí, por supuesto. Estás aquí precisamente para este tipo de situaciones —le respondió con cierta ironía el consejero Johr—. Quiero que vayas al Magisterio y te reúnas con los representantes más influyentes. Quiero conocer qué opinan. Eres un chico inteligente y estratega. Sabrás cómo sonsacarles, y cómo ganártelos. Sobre todo, eso último. Tienes facilidad de palabra. Sabes escuchar. Tienes don de gentes. Y aunque quieras aparentar lo contrario, no eres nada inocente.
Las palabras del consejero le ruborizaron un poco. Se sentía halagado, y también algo desconcertado. ¿Realmente pensaba todo eso sobre él? O, ¿le estaba regalando los oídos para reforzarle la confianza? Los dotes de Dyron Johr eran verdaderamente asombrosos, poco a poco se estaba revelando como un gran manipulador, y lo hacía de una forma sutil y elegante. No era algo que le disgustara, al contrario. Por algo le consideraba el mejor político de la galaxia.
—¿Con qué intención realizamos el sondeo?
—Sé que tú, y el resto de tu equipo, habéis especulado mucho sobre qué pasaría si presentáramos candidatura a Primer Cónsul. He estado reflexionando mucho, y, ¿por qué no dar un paso adelante? Quizá tengáis razón y es hora de hacer saber que estamos preparados. Quiero saber qué apoyos tendríamos en el Magisterio que pudiera posibilitar un cambio de escenario.
Dan se alegró de oír aquello. Dyron Johr, el menos político de los políticos, estaba valorando seriamente optar a convertirse en Primer Cónsul de la galaxia. No era el perfil que se solía proponer para el cargo, pero aunando los suficientes apoyos su nombre podría salir a la palestra, y por qué no, en un futuro convertirse en el líder de la Unión Colonial.
El Magisterio es un edificio majestuoso situado en el corazón de la galaxia, en el planeta Akron. Aunque se encuentra dentro del sector Keres, este planeta no se rige por sus leyes, sino que actúa de forma independiente y soberana, precisamente para salvaguardar su carácter simbólico y representativo del poder legislativo en la galaxia. La Ciudad Centinela es la base del Magisterio. De hecho, es la más grande en Akron, y de las más pobladas en la galaxia, llegando a los veinte millones de habitantes. Gran parte del crecimiento de la ciudad fue debido a la actividad política que se desarrolla en magistratura.
Una vez acabada la gran expansión y con la unión de todos los sectores coloniales en una sola federación, se decidió seguir un modelo de separación de poderes. El legislativo, recaía de forma bicameral en el Consejo Federal y el Magisterio. Mientras que en el consejo están representados solo los planetas capitales de cada sector, el Magisterio cumple una función de mayor deliberación al contar con más representantes. Las competencias del Consejo Federal