Corrientes de psicología contemporánea. Martín Echavarría
la conciencia, que no es clásica, sino moderna.
34 Según el caracterólogo y filósofo nietzscheano “el llamado psicoanálisis (=disolución del alma), desde el punto de vista de la historia del pensamiento es el inverosímil hijo bastardo de un casamiento desproporcionado aun más inverosímil: el casamiento ridículo del atomismo de las representaciones de Herbart con la filosofía del autoengaño de Nietzsche. [...] Las ingeniosas y profundas consideraciones de Nietzsche sobre la táctica del autoengaño, están aquí traducidas al lenguaje del juego de intrigas completamente vulgar” (L. Klages, Los fundamentos de la caracterología, Paidós, Buenos Aires 1965, 32, nota 183).
35 Cf. S. Freud, Selfdarstellung (1925), trad. esp. “Presentación autobiográfica“, en Obras completas, vol. XX, Amorrortu, Buenos Aires, 1990, 8-9: “la lectura en una conferencia popular (por el profesor Carl Brühl) del hermoso ensayo de Goethe ‘Die Natur’, que escuché poco antes de mi examen final de bachillerato, me decidió a inscribirme en medicina”. Freud no ganó muchos premios en vida. Uno de los pocos fue un premio de literatura: el premio Goethe.
36 Ver lo que diremos más adelante sobre la metapsicología.
37 La biografía, por así decir, “oficial” es la de su discípulo E. Jones, Sigmund Freud, Life and Work, Hogarth Press, London, 1953 (vol. 1), 1955 (vol. 2) y 1963 (vol. 3); trad. esp. Vida y obra de Simund Freud, Anagrama, Barcelona 2003. Como contrapartida del relato “hagiográfico” de Jones es importante la lectura del reciente y demoledor estudio sobre Freud del filósofo nietzscheano francés M. Onfray, El crepúsculo de un ídolo. La fabulación freudiana, Taurus, Buenos Aires 2011. Para un estudio de su personalidad a partir de las influencias del cristianismo, cf. P. C. Vitz, Simund Freud’s Christian Unconscious, The Guilford Press, London 1988.
38 Cf. S. Freud, Jugendbriefe an Eduard Silberstein (1871-1881), trad. esp. Cartas de juventud, AMIA Comunidad judía, Buenos Aires 1997.
39 Brentano fue un importante filósofo y psicólogo vienés. Fue sacerdote dominico, aunque dejó los hábitos y posteriormente se casó. En su juventud hizo una tesis sobre los múltiples significados del ente en Aristóteles, y tiene otros trabajos dedicados al Filósofo. A la influencia de Aristóteles, en este autor se agrega la del positivismo. Además de su influencia en Freud, Brentano es conocido por ser un precursor de la escuela fenomenológica, de cuyo fundador, Edmund Husserl, fue maestro. Brentano fue maestro también de Christian von Ehrenfels, precursor de la psicología de la Gestalt. Un dato significativo, es que Brentano niega como absurda la posibilidad de un inconsciente psíquico.
40 Schopenhaueriano el primero, nietzscheano el segundo (llegó a visitar personalmente a Nietzsche). La influencia personal de Nietzsche alcanzó a Freud también a través de Lou Andreas Salomé,
41 Cf. Cartas de juventud, 144 (Carta del 7 de marzo de 1875): “Con él [Brentano] hemos (yo y Paneth) tramado una relación más estrecha. Le enviamos una carta con objeciones; él nos invitó a su casa, nos las refutó, pareció interesarse por nosotros [...]. De este hombre extraño (es creyente, teólogo (!) y darwiniano y una persona muy inteligente, casi diría genial) y en muchos aspectos ideal, te contaré algunas cosas en viva voz. Por ahora te adelanto la novedad de que precisamente por efecto de la influencia de Brentano ha madurado mi decisión de hacer el doctorado en filosofía sobre la base de estudios de filosofía y zoología; además estoy haciendo gestiones para conseguir mi ingreso en la facultad de filosofía a partir del próximo semestre o del próximo año”. Ibidem, 149 (Carta del 13 de marzo de 1875): “Tengo que rectificar mi intención de pasarme a la facultad de filosofía en el sentido de que mi plan original era el de estar simultáneamente en dos facultades y de hacer los exámenes de doctorado en ambos dentro de 3-4 años. Pero esto es imposible, al menos lo primero.”
42 Cf. Cartas de juventud, 153 (Carta del 15 de marzo de 1875): “no soy capaz de refutar un simple argumento teísta, que es la culminación de sus disquisiciones. Su gran mérito es el desprecio de toda fraseología, de toda pasión y del empeño de tachar de herejía cualquier cosa. Demuestra a Dios con tan poco partidismo y con tanta exactitud como otro demostraría la excelencia de la teoría de la ondulación frente a la de la emisión. / Evidentemente sólo soy teísta a la fuerza, porque soy lo bastante honesto como para reconocer mi indefensión ante su argumento, pero no tengo intenciones de darme por vencido tan rápida y completamente. A lo largo de varios semestres pienso conocer a fondo su filosofía y me reservaré el juicio sobre ella y también una decisión sobre el teísmo y el materialismo. De momento he dejado de ser materialista pero todavía no soy teísta”; ibidem, p. 159 (Carta del 11 de abril de 1875): “yo soy casi un converso. De momento debo confesar que yo no entendí nada de la naturaleza de las preguntas que me importaban y que me faltaba comprensión total de la filosofía. Esta es la confesión de un materialista penitente, antes valiente y obstinado”.
43 Cf. Cartas de juventud, 155 (Carta del 27 de marzo de 1875): “Desde que Brentano me disputó su Dios con tanta facilidad, temo que algún día me dejaré capturar por las demostraciones científicas del espiritismo, de la homeopatía y de Louise Lateau, etc.”
44 Estos estudios sobre la cocaína seguramente forman parte de su interés general en la exploración de lo “oculto”. Cf., por ejemplo, D. Backan, Freud et la tradition mystique juïve, Petite Bibliothèque Payot, Paris 2001, 224: “Freud había encargado una cierta cantidad de cocaína. Él mismo la probó y se impresionó por el efecto que tenía sobre su humor. Se la dio en seguida a su amigo Fleischl que era dado ya a la morfina –lo que tuvo por resultado, dicho sea de paso, adelantar la muerte de su amigo. La cocaína fue para él una ‘droga mágica’. En una carta que hace alusión a un artículo que estaba escribiendo sobre este tema, dice: ‘La consumo regularmente en muy pequeñas dosis para combatir la depresión y la mala digestión y esto con un brillante éxito’”. Ibidem, 225: “Estas actividades, bastante inconsideradas, en la búsqueda de una ‘droga mágica’, susceptible de modificar el carácter, evocan toda la historia de la magia”. Ver también P.C. Vitz, Sigmund Freud’s Christian Unconscious, 110: “Freud comenzó a experimentar con la droga en 1884, cuando tenía 28 años, en un tiempo en que la cocaína era casi desconocida en los artículos científicos. Durante el período de 1884-1887, Freud tomó cocaína frecuentemente, a veces en fuertes dosis. Después de tomar la droga él mismo y recibir algunos reportes preliminares de otros, Freud publicó encendidas descripciones de la cocaína. En ese momento, Freud no sólo piensa que la droga tiene efectos antimorfínicos, sino que era entusiasta también sobre sus contribuciones al bienestar mental. Fue un antídoto a sus frecuentes depresiones, y también ayudó al aumento de su fuerza física y de su potencia sexual. Como Fausto, Freud estaba enamorado de la idea de un rejuvenecimiento inducido por la droga”.
45 Autor, como dijimos, influido por Herbart. Es probable que su diferencia entre el yo primario, sector arcaico e inconsciente de la psique, y yo secundario, el responsable de la percepción y la relación con el ambiente (que Meynert localizaba en sectores de diversa profundidad en la corteza cerebral), haya influido en la distinción freudiana entre el ello y el yo, ya que él mismo la retoma en su obra juvenil Proyecto de psicología para neurólogos (1895).
46 J. Breuer – S. Freud, “Estudios sobre la histeria”, en S. Freud, Obras completas, vol. II, Amorrortu, Buenos