La inquisición española. Miguel Jiménez Monteserín

La inquisición española - Miguel Jiménez Monteserín


Скачать книгу
querían dezir algo sobre ella, hasta entender lo que Vuestras Señorías mandan, porque en esta Inquisiçión aún no se an començado a castigar personas sobre este delicto.691

      Personas que se an venido a deferir de diversos herrores, y otras que an sido testificadas dellos.

       Honrrubia

      Diego de Villanueva, vecino del lugar de Honrrubia, de hedad de 47 años, se vino a deferir de que, viniendo hablando por un camino con Diego de Ortiguilla, vecino de allí, sobre los daños que se permitían hazer en los panes,692 diziéndole el dicho Ortiguilla que «Por qué no se desquitaba de los que a él le avían hecho», avía respondido que «No quería sino tener paz, y quando estuviese entre moros vivir como moro y quando entre luteranos vivir como luterano», y que a esto le había replicado el dicho Ortiguilla que «En todo tiempo, era mejor vivir como christiano». Y él calló con esto y çesó la plática.

       Tévar

      Juan Sánchez de la Parrilla, vecino del lugar de Tévar, de edad de 36 años se vino a deferir de que estando riniendo con Mari Sainz de Tévar, su sobrina, la avía tirado un destral693 y, no la açertando, avía dado con él a una ymagen de Sant Francisco que estaba colgada en una pared y la había desclavado y derribado en el suelo, de lo qual le avía reprehendido mucho Catalina de Buedo, su madre.

      Ytem dixo, que, estando el año pasado en unas cuentas con Blas de Moya y Bernardino Gallardo, sus cuñados, porfiando çierta cosa, avía dicho que era tan verdad lo que él dezía como Dios o como el Sanctíssimo Sacramento. Examináronse en lo uno y en lo otro las personas que se avían hallado presentes y dixeron lo mismo.

       Uclés

      El liçençiado Diego Gómez, médico de la villa de Uclés, fue testificado por un testigo, tanbién médico, de hedad de 68 años, de que en el septiembre próximo pasado, estando enojado con el cura de Açebrón,694 renegando de la cruz, avía dicho, «Que no podía creer que consagraba a Dios, ni que venía en manos de un pastor borracho como aquél», y que no estaba otra persona delante.

      Ytem, dixo que avía oýdo dezir que el dicho liçençiado Diego Gómez tenía por costumbre de no dexar yr a sus criadas a oýr misa los domingos y fiestas, y que, reprehendiéndole algunas personas dello, avía respondido, «Que no era pecado que las moças que le servían no oyesen misa». Examináronse çinco personas que dixo el testigo que podían tener noticia dello y sólo una lo testifica.

       Trejuncos

      Juana, morisca, estante en el lugar de Trejuncos, fue testificada por un testigo, muger de hedad de 25 años, de que, estando algo enferma, no comía en todo el día bocado, por mucha persuasión y fuerça que le hizo el testigo para que comiese, y que oyó decir públicamente en aquel lugar que no comía hasta salida la estrella, porque ayunaba el ayuno de los moros.695

       Olivares

      Alonso de Olmedilla, vezino de la villa de Olivares, fue testificado por Ysabel de Olmedilla, su hija, de que, avría seis años, que, estando ella parida de una hija, quería salir a misa por la necesidad que tenía de andar por su casa y que el dicho Alonso de Olmedilla, su padre, la había aconsejado que no saliese hasta los quarenta días y que entendió dél que no se lo dezía por cumplir con la ley vieja, sino porque estuviese reparada696 cuando saliese a misa.697

       Alarcón

      María Garçía, muger de Bartolomé Martínez, vezino de la villa de Alarcón, fue testificada por un testigo, muger, de edad de 33 años, de que avrá diez que, estando hablando el testigo con la dicha Mari Garçía, solas, a la puerta de su casa, se la mostró muy enojada porque Esteban Martínez, su hijo, se le avía casado contra su voluntad y la dixo, «El vellaco traydor, que avía de tener ventura, porque el día que le baptiçaron le avían vañado sus tías en una vaçía», que eran la muger de Christóbal de Lorca el Viejo y la muger de Martín Sainz del Çerrillo, defuntas, las quales eran tenidas por confesas, desçendientes de judíos.698

       Piqueras

      El liçençiado Domingo Sánchez, cura de la villa de Piqueras, de hedad de 37 años,699 se vino a deferir de que, predicando en la yglesia de la dicha villa un día de la quaresma próxima pasada, para mover a los feligreses que se viniesen a confesar, avía dicho que, «Pues no estimaban a los sacramentos, ya Dios los avía quitado de la yglesia, y que no avía sacramentos ni remedio para el pecado mortal.» Y llamado uno de los vezinos de la dicha villa que se avía escandaliçado dello, dixo que lo que avía dicho era que, «Ya Dios avía quitado el sacramento de la penitençia, y que no avía ya confisión ni comunión, que todos podían ya tirar tras sus viçios». Y que mostrando un papel sellado con las manos dezía, que «El Papa y los cardenales lo avían proveído ansí, que no lo dezía de su cabeça». Aunque, otro domingo siguiente, en el mismo púlpito, tornó a dezir que, «Él avía dicho en aquello una gran mentira, y que lo avía dicho por ponelles temor». Retratóse de lo primero.

       Valverde

      Un frayle de la orden de San Francisco, que reside en el convento de la villa de Valverde, predicador que fue la quaresma próxima pasada en la villa del Castillo, fue testificado por un testigo, muger, de hedad de 31 años, de que estándola confesando, trayéndola algunos exemplos para movella más a la devoción del Sanctíssimo Sacramento del altar, entre otros la dixo que un clérigo balbuçiente, con sola la yntençión, aunque no pudiese dezir ni pronunçiar las palabras de la consagraçión, y sin pronunçiallas, consagraba la hostia. Y el testigo le replicó aver oýdo dezir que no bastaba sola la yntençión, si no se dezían las palabras. Y que el dicho frayle se avía reýdo y burlado de lo que el testigo dezía, y aún avía dicho que era heregía el dezir aquello. Calificóse esta proposiçión por herética.

       Castillo

      El bachiller Luis Meléndez de Valdés, jurista, cura de la yglesia parroquial de la villa del Castillo de Garçimuñoz, fue testificado por quatro testigos, clérigos teólogos, de que predicando en la dicha yglesia el día de Pasqua de flores700 próxima pasada avía dicho dos propositiones falsas. La una, que «El alma era criada en graçia, sino que en la junta del alma y cuerpo se manchaba con el pecado original». La otra, «Que nuestra Señora avía sido conçebida y nasçida en justicia original».701 El mismo bachiller Meléndez se vino después a deferir diziendo, «Que él avía dicho las dichas propositiones con ygnorançia, errando los términos y modo de dezir.» Traxo el original del sermón702 y presentólo en el sancto offiçio. Y en otro sermón que hizo el día de pasqua del Spíritu Sancto [25 de mayo] se retractó públicamente de las dichas proposiçiones y declaró lo que avía querido dezir quando las dixo.

       Castillo

      Isabel Méndez, muger de Francisco Xuárez Delgadillo, vezino de la dicha villa del Castillo, de hedad de 50 años, se vino a deferir de que avría tres o quatro años que avía oýdo dezir, y no sabe ni se acordaba a quién, «Que los niños que morían después de baptiçados, antes de llegar a los años de discreçión ni a saber pecar, pasaban por el Purgatorio por el trabajo que avían dado a sus madres en el parto.» Y que a ella le avía paresçido que sería ansí, aunque no avía mirado ni reparado mucho en ello. Y que, después, avría como un año, avía oýdo dezir a una mujer de la dicha villa, sin que ella moviese la materia ni tratase della, que aquello era falsedad, y así se avía apartado luego de lo que antes la avía pareçido y dio cuenta dello al comisario del sancto offiçio que allí reside, el qual lo avía tenido por cosa de poco momento.703 Examinóse en esta misma audiençia, cerca de avello tenido y creído, y sobre si lo avía tratado y comunicado con algunas personas o, a lo menos, echádolo por la boca de manera que se pudiese oýr y entender. Y en lo que toca al crédito, perseveró en lo que avía dicho de que lo tuvo por çierto, aunque no sabía que la yglesia tuviese lo contrario; y por aver declarado ansimismo que le pareçía averlo dicho una vez entre sus criadas estando a la lumbre, se calificó la proposiçión. Y quatro theólogos, hombres de letras y consçiençia,


Скачать книгу