Repensar los museos y centros de ciencias. César A. Domínguez
asumir una actitud crítica, considerando los fundamentos teóricos y metodológicos, así como la experiencia acumulada. Algunos aspectos a considerar son los estudios de públicos, de los diseños de equipos y los espacios; la evaluación, la experimentación y la reflexión sobre su práctica. Al igual que en cualquier otro campo, las personas dedicadas a la CPC en este medio deberán estar al día en relación con las nuevas propuestas para analizarlas, ponerlas en práctica y abrirlas a la experimentación, la crítica y la evaluación. Es indispensable incrementar la investigación en MCC con la finalidad de mejorar las propuestas teóricas y metodológicas que lleven a nuevas contribuciones al campo de conocimiento y a mejorar los productos, actividades y servicios que ofrecen los MCC. Los resultados de investigaciones, estudios y reflexiones deberán someterse al debate y la crítica entre pares en seminarios, congresos, comunicaciones formales y publicaciones (Reynoso y Franco, 2015).
La función externa de la investigación está íntimamente ligada con la difusión de la ciencia que se realiza en el país y en la institución. Los MCC son excelentes foros para que diferentes sectores de la sociedad convivan y compartan conocimientos y experiencias con la comunidad académica en un ambiente cordial y de intercambio de saberes. Estos diálogos pueden ser la base de conocimiento nuevo más acorde a las necesidades locales. Es conveniente que en este intercambio de saberes participen diversos sectores de la sociedad civil, incluyendo empresarios y tomadores de decisiones. Ejemplos de temas que se podrían explorar son los relacionados con la salud, la seguridad alimentaria, el cambio climático, la sustentabilidad, las fuentes alternas de energía y las adicciones, por mencionar algunos. En el proyecto de renovación del museo Universum se propone incluir estos espacios de debate y reflexión.
Aunque estas tres funciones sustantivas son características de las universidades públicas, es altamente recomendable considerar esta tríada difusión-docencia-investigación para la planeación, desarrollo y operación de cualquier museo, sea público o privado.
El contexto
Como se mencionó, la misión, la visión, los valores y los objetivos de un museo o de un proyecto de renovación están íntimamente ligados al contexto en que está inmersa la institución. En el caso de un museo nuevo es fundamental hacer un estudio del público potencial considerando una diversidad de factores, tales como: variables demográficas del público meta, así como sus intereses, expectativas, necesidades y conocimientos previos relacionados con los temas que se desarrollarán.
En el caso de un museo ya existente se puede hacer un estudio de diferentes sectores del público real con el fin de determinar aciertos y desaciertos. Ejemplos de sectores a considerar son la comunidad local, el sector educativo, la comunidad cercana al museo, los que no lo visitan, personas de la tercera edad, visitantes con necesidades especiales, discapacitados y turistas. Conviene averiguar aspectos como: ¿con quién van?, ¿qué medio de transporte utilizan para llegar?, ¿cuándo y por qué lo visitan?, ¿qué visitaron?, ¿cuántas veces han visitado?, ¿qué actividades realizan?, ¿cómo fue su experiencia total?, ¿cómo evalúan los servicios y qué otros servicios demandan?
Una propuesta de este tipo de estudios es la que presenta Mayra Garcimuño en el capítulo “Herramientas para el diseño de un estudio de público”. Los resultados de su estudio cuantitativo y cualitativo del público universitario y del nivel medio superior que visita Universum aportaron criterios valiosos para el proyecto de renovación.
Además de conocer las necesidades, intereses y conocimientos de los distintos públicos reales y potenciales, es indispensable explorar y evaluar otros rubros, como el contenido científico y sus posibilidades divulgativas, los equipos y el mantenimiento, la calidad de los servicios que ofrece el museo, la atención al público, las actividades complementarias, el desempeño de los guías y la relación con el sector escolar, así como con los diferentes sectores de la población. En este estudio es fundamental incluir las opiniones de expertos en los distintos rubros: profesionales e investigadores de MCC, científicos para avalar la pertinencia y actualidad de los contenidos, divulgadores de la ciencia para opinar sobre cómo se comunican estos contenidos, especialistas en los diferentes medios que se emplea, expertos en seguridad, atención a públicos vulnerables y del discurso inclusivo; así como profesionales en aspectos como la gestión, promoción y comercialización. Por último, es indispensable conocer las opiniones y experiencias de todos los que laboran en el museo: directivos, responsables de las diferentes secciones, guías, realizadores, los responsables del mantenimiento, administrativos y personal de seguridad, intendencia y vigilancia. Esta consulta tiene un doble propósito. Por un lado conocer la vida cotidiana del museo, lo que experimentan, observan y escuchan quienes lo operan y están en contacto con el público; por el otro, para que se sientan incluidos en el nuevo proyecto.
Esta amplia consulta aportará los criterios para detectar aciertos y desaciertos, las buenas y malas prácticas, las duplicidades y las carencias, las fortalezas y las debilidades, así como las oportunidades y las amenazas. Este estudio servirá de guía para saber qué se puede conservar, qué se debe cambiar y qué se tiene que descartar. Con base en estos resultados y la experiencia previa se puede hacer un proyecto que deberá estar sustentado en la misión, la visión y los objetivos considerados, tomando en cuenta las tendencias museológicas y museográficas, las nuevas tecnologías y los costos.
El proyecto resultante deberá ser sometido de nuevo a una consulta amplia entre todos los sectores mencionados previamente, incluyendo a expertos externos al proyecto, para enriquecerlo. En el caso particular de un museo universitario, esta consulta también tiene la intención de incluir a la comunidad de la universidad.
Para iniciar la realización del proyecto se requiere un análisis de las posibilidades del museo en términos de recursos humanos, técnicos, presupuestales y las cargas de trabajo, con el fin de decidir si la institución tiene la capacidad para realizarlo en su totalidad o si tiene que recurrir a instancias externas para su ejecución. El arranque del proyecto debe estar acompañado por una estrategia de comunicación, promoción y financiamiento.
Una propuesta integral
Es fundamental contar con una metodología para la realización del proyecto en la cual la evaluación se considere como parte inherente del mismo. Los resultados de evaluaciones en cada una de las etapas del proceso proporcionarán los criterios para la toma de decisiones y mejoras oportunas.
El éxito del proyecto depende del profesionalismo de todos los involucrados, así como de un ambiente cordial de colaboración y respeto en el cual puedan aflorar la experiencia y creatividad de todos los integrantes del equipo de trabajo. Por lo tanto, la metodología de trabajo debe incluir las reglas de colaboración entre todos los participantes, en las cuales queden establecidos los compromisos, obligaciones y los límites de autoridad de cada uno. El elemento definitivo para llevar el proyecto a buen puerto es la designación de un coordinador competente. La persona que coordine el proyecto debe tener la capacidad para funcionar como intermediario entre los asesores científicos, los realizadores, las instituciones participantes, los patrocinadores, los promotores del proyecto y, por supuesto, el público potencial. Es altamente recomendable que este coordinador sea un divulgador de la ciencia, porque deberá tener la capacidad para comprender la esencia de la ciencia para poder hablar con los expertos en el tema sin perder de vista las estrategias comunicativas más adecuadas para el público meta. Además, debe conocer lo suficiente de los medios que se emplearán para desarrollar el proyecto en cuanto a sus potencialidades, limitaciones y ventajas y, por si eso fuera poco, además debe tener capacidad de liderazgo.
En el caso de proyectos que se desarrollen con o para otras instituciones, sobre todo si es en otra localidad, es esencial incluir a representantes de la comunidad local en el equipo de trabajo.
Con el fin de fomentar la colaboración y creatividad colectiva del grupo de trabajo, se requiere socializar ampliamente el proyecto haciendo énfasis en la misión, visión, objetivos, la narrativa, los contenidos y una propuesta sobre cómo se podrían convertir los diferentes ingredientes del discurso en algo tangible, en diferentes elementos museográficos y actividades.
Un ejercicio que ha resultado de gran utilidad es que antes de iniciar la ejecución del proyecto se lleve a cabo un encuentro de “divulgación entre divulgadores”