Los miedos de Ethan. Darlis Stefany

Los miedos de Ethan - Darlis Stefany


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a otro —señala Max—, muchas personas entre ellos celebridades están afirmando que efectivamente declaraste tener una novia y esa foto habla por sí sola. Entonces, Grace y Ethan, díganme… ¿Cómo resuelvo esto?

      Me siento muy pequeña ante la mirada de Max. Él es imponente, nos observa expectantes. Doug aclara su garganta.

      —Quizás lo primero es empezar a llamarlos Grethan —dice con una sonrisa. Dexter choca su palma con la de él.

      —Me gusta cómo suena, jodida rubia, a veces tu cerebro es valioso —lo felicita.

      ¿Cómo de ir a una fiesta pasé a esto? Estúpido Ethan Jones.

      Grace —dicen en mi oído, abro los ojos y me asusto cuando todo lo que veo son los ojos verdes de Chase. Está muy cerca.

      —Me has asustado, replicado —susurro.

      —Tuve un mal sueño, tengo miedo.

      Restriego con una mano mis ojos antes de hacer un espacio en la cama y levantar la sábana, inmediatamente él se acuesta y me abraza.

      —Solo fue una pesadilla. Puedes dormir, enano.

      —¿No vas a irte?

      —No. Voy a estar aquí mientras duermes.

      —¿Promesa de hermanos?

      —Promesa de hermanos, Chase.

      Ayudé a Ethan a decirle a Samantha Kaplan que soy su novia. Me dio un pequeño beso, luego hubo otro beso que no fue tan pequeño. Nos fuimos tomados de la mano y ahora todos creen que somos novios. Que nos fuimos para revolcarnos como animales en celo.

      Max está hablando, pero yo solo observo al protagonista del desastre. Ethan no me devuelve la mirada, no escucho nada de lo que dicen, pero noto que la mandíbula de Ethan se tensa antes de volver su vista hacia mí.

      Algo parece no gustarle.

      —No quiero. Sabes lo que pienso sobre ese tema, Max.

      —Bueno, no soy yo quien se inventó una novia —es la respuesta de Max, luego se centra en mí—. ¿Qué opinas tú, Grace?

      —Yo quiero irme a casa —murmuro, quitando el cabello de mi rostro—. No quiero pertenecer a nada de ese mundo de noticias. Me gusta mi vida como está, gracias.

      Andrew se acerca y parece que me da una mirada de simpatía. No me gusta esa mirada como si se apiadara de mí.

      —Una vez entras no puedes salir, Grace. Las Fivers no van solo a olvidar esto hoy, podría tomar muchísimo tiempo.

      —No quiero ser odiada ni acosada.

      —No tienen por qué odiarte, eres una buena chica. El idiota es Ethan —asegura Harry.

      —Soy una Fiver tranquila. No quiero involucrarme en líos amorosos con ustedes.

      —Grace —Max me habla con dulzura—, entiendo que esto es un mundo un tanto turbulento. Pero eres tú la chica que sale besando a Ethan y es de ti que hablan muchos de los testigos, me temo decir que estás involucrada.

      »Esto podría ir de muy malas formas. Si no asumimos este asunto pueden tildarte de palabras no agradables y ofensivas.

      —Como perra y puta —digo. Una de las razones por la que me agrada Juliet es porque ha sabido lidiar con toda la mierda que algunas lanzan hacia ella. Sabe lidiar con ser juzgada, no es mi caso. Cuanto más lejos me encuentre del foco, más cómoda me siento.

      —Pero nosotros sabemos que no lo eres… ¿Cierto, niños?

      —Cierto, papi Max —dice Dexter. Asiento con mi cabeza lentamente.

      —Pero ellas no te conocen, aman a Ethan y no saben si pretendes lastimarlo. Van a juzgarte.

      —Juliet puede darte una clase sobre ello —interrumpe Dexter.

      —Si no hacemos la mejor jugada aquí, puedes ser tildada de cosas que no eres. Déjame hacerme cargo de esto. ¿De acuerdo? Puede resultar enloquecedor, pero no saldrás afectada. Lo prometo.

      —Gracias, Max —susurro.

      —Y con respecto a ti, Ethan. Hiciste un movimiento ahora te toca jugar. No me importa cuánto odies la cosa de fingir no vas a dejar que se coman a Grace por tu imprudencia. ¿O me equivoco?

      —No dejaría que le pasara nada a la habladora. Grace, lo siento —dice finalmente hablándome—. ¿Quieres hacer eso? Si eso ayuda a que estés mejor, no importe que lo odie. Lo haré por ti.

      —¿Qué cosa?

      —¿En serio, Grace? Sé que a veces Max aburre, pero el hombre casi hace una exposición de lo que deben hacer —se queja Doug—. Alguien repítale de lo que expuso Max.

      Es Ethan quien se pone de pie y pasa una mano por su cabello. Es la definición de alguien totalmente incómodo con la situación.

      —Hazte a un lado, Max —le da un pequeño empujón y se agacha, ubica sus manos sobre mis piernas. Muerde su labio pareciendo pensativo—. Vamos a ser novios…

      —Van a ser Grethan —escucho a Doug.

      —No de verdad. Vamos a hacerlo hasta calmar las cosas y hacer una ruptura limpia. No puedo devolverte tu anonimato, pero trataré de devolverte tu tranquilidad y que las personas no se hagan ideas erróneas de ti. Voy a arreglar este desastre de prensa rosa.

      —Quiero ahorcarte, Ethan —me quejo con las manos en mi cabeza—. No puedo hacer eso, yo… No me gusta la atención.

      —En la fiesta eras el centro de atención. En la boda Karry y la Dilary eras el centro de atención.

      —No de manera consciente y adrede. —Me inclino hasta su oreja para que solo él pueda escuchar—. No quiero que todos indaguen la cosa jodida que pasé. No quiero que lo vuelvan un circo.

      —Lo siento, Grace, haré lo que sea posible para que no lo sepan. Por ahora es la única solución que puedo darte.

      —No es solo tu culpa, yo decidí ayudarte —suspiro, busco con mi mirada a Max—. ¿Será poco tiempo, verdad?

      —Mínimo dos meses, quizás.

      —No voy a hacer la novia a la que le pones los cuernos —señalo a Ethan—. Eres un mujeriego lleno de fotos con modelos en internet. Por lo que evítate tus salidas o, en todo caso, las fotos. No seré la cornuda.

      —A Ethan ya están poniéndole la correa —dice Doug bastante divertido—. Soñé tanto con este día.

      Ethan se incorpora, poniéndose de pie y cruzando sus brazos. Frunce el ceño hacia mí. Cruzo mis brazos también.

      —Tampoco seré el cornudo.

      —Bien. Y no serás un empalagoso cursi.

      —Grace, Ethan es lo opuesto al romance —asegura Harry.

      —Tampoco seas un chicle meloso sobre mí —pide Ethan. Llevo una mano a mi pecho ofendida.

      —¡No sería así! —me quejo—. No… No dejes que tus fans me ataquen. Soy Fiver, pero hay unas que dan miedo a veces.

      —No va a pasar nada —me tranquiliza, Andrew pasando su brazo por mis hombros—. ¿Todo bien así, Max?

      —¿Cómo hacemos esto oficial? —cuestiona Ethan aún con el ceño fruncido. Cambios de humor.

      —Déjense ver juntos. Toma su mano, habla en claves sobre ella en Facebook. Sube fotos. No puede ser tan difícil tener una novia, Ethan. Usa tu encanto —es la respuesta de Max.

      —Ethan ya no debe recordar cómo ser un novio.

      —¡Cállate, rubia!

      —Deberíamos tomar una foto de ustedes


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