Los miedos de Ethan. Darlis Stefany
hablé de tu situación, Juliet, no esperaba encontrarme en ella ahora y prefiero no atormentarme. Si lo pienso o reviso mucho voy a enloquecer.
Las personas vivimos dando consejos, pero es muy difícil tomarlos para nosotros. Hace no mucho tiempo estaba diciendo como era genial que Juliet ignorara los malos comentarios, pero yo estoy evitando mis redes sociales para no encontrar ninguno.
En otro tiempo mandaría a todos a la mierda, pero, en mí, desde lo ocurrido hace seis años, hay una vena frágil, siempre me molesta exponerme demasiado a las personas. Odio la idea de ser juzgada sin que me conozcan. Era terrible la mirada que recibía en la clínica por todos los que conocían mi historia, incluso hubo periódicos que quisieron hablar conmigo para relatar esa historia tan horrible.
Estar en esta cosa con Ethan me pone frente al foco y lo odio, pero detesto también la idea de no hacer lo correcto y ayudarlo. Porque es un idiota que me trata como a una enfermedad, pero también es el hombre con la voz increíble y talento que me motivó a seguir.
Y ese hombre de las canciones está en él, quizás muchas cosas lo han hecho esconderlo, pero están ahí y tengo esta pequeña esperanza de llegar a ver un vistazo de él así sea una vez.
—En su mayoría ellas son buenas —asegura Juliet—. Es normal que a veces tengan reacciones exageradas. Debes aprender que en este tipo de situaciones aceptas los buenos comentarios y trabajas en que los malos no te afecten.
—Exacto, recuerda que yo era la madre soltera y joven que atrapó a uno de ellos. Al principio es difícil, luego se calma.
—Sí, y esto solo será por poco tiempo, máximo dos meses —aseguro. Kaethennis sonríe con simpatía.
—Claro. Dos meses, seguro.
—No me gusta ese tono, Kae.
—Solo me pregunto cómo lograrás que solo sean dos meses.
—Apuesto a que serán más de dos meses —asegura Juliet.
—Juls, has pasado mucho tiempo con Dexter —ríe Kae—. Ya se te pegaron sus apuestas.
—¡Culpable!
—Máximo dos meses —repito.
No más tiempo y eso si aguanto aunque sea dos semanas. Al paso que vamos mi novio falso también es invisible.
[no image in epub file] Capítulo ocho [no image in epub file]
—¿Puedo darte un beso? —pregunta inclinándose mucho hacia mí. Mantengo la vista en la pantalla sin ver realmente la película.
—¿Pides siempre permiso? —susurro en respuesta. Permanece en silencio, giro mi rostro para observarlo—. Eres lento, Anthony.
—Estoy tomando tu mano.
—Lo haces.
—Y ahora quiero besarte.
—Hazlo.
—Me gusta como piensas. Me gustas tú.
Sonríe antes de inclinarse y besarme. Me olvido de la película. Oficialmente estoy en una nube y después de ello Anthony no suelta mi mano.
16 DE ABRIL, 2014
—Grace no luzcas aterrada, solo es un ensayo —asegura Hilary mientras caminamos por el pasillo. Me aferro al cuerpo de Jeff quien tira de mi cabello.
Los bebés crecen tan rápido, Jeff está a días de cumplir sus siete meses y yo estoy enamorada de él. Es muy risueño, cualquier cosa lo hace reír y si es Hilary solo basta que ella lo mire para que él grite emocionado estirando sus brazos hacia ella.
Cualquiera creería que Hilary no ha visto nunca a Doug por la rapidez con la que camina cargando la pañalera de Jeff.
—De rubia a rubio, tu mami parece ansiosa de ver a tu papi. Aunque cualquiera estaría ansiosa de verlo —susurro, alzando a Jeff para que me vea. Él sonríe con una mano metida en su boca. Adorable.
—Además, si vas a hacer esta cosa de la novia falsa, las novias venimos a veces a los ensayos —asegura Hilary.
Un secreto a voces la falsa relación, tal parece. Me gustaría poder decírselo a Leo, pero entonces él estaría cabreado conmigo por esta estupidez y si se lo digo a Lola su entusiasmo hará que se lo cuente a Gina y Gina a otros.
La abuela es muy sabia por lo que si le hago saber de qué todo es falso —aunque ni siquiera lo sabe—, va a decir algo que me hará reflexionar sobre la vida y mis decisiones. Paso.
La puerta está a medio cerrar cuando llegamos. Hilary se gira hacia Jeff y hace una mueca que lo hace removerse y abrir mucho sus ojos azules claros, parecen un poco como grises.
—Entonces, ¿qué vas a hacer Ethan? Eres una puta, a las putas le gusta el sexo. —Esa tiene que ser la voz de Doug.
Detengo a Hilary de abrir la puerta la expresión de su rostro me dice que no cree que sea buena idea.
—Y ella dejó en claro que no quieres que la dejes como a la que le ponen cuernos. Y no creo que esté dispuesta a ir contigo a la cama tampoco.
—Oh, por favor, cállate, Doug —masculla Hilary, dándome una sonrisa de disculpa, como si Doug estuviera diciendo algo malo. Algo no tan obvio.
—No lo sé. Me gusta el sexo. Ella tendrá que entender —responde ese idiota—, no puedo solo dejar mi vida por fingir. Odio la mierda de fingir, lo odio.
»No tengo porque ser el mejor en algo que no quiero. Tengo una vida.
Porque supongo que yo no tengo una. ¿En qué parte de ese ser se encuentra el Ethan que escribe canciones y el que admiro?
—Ni siquiera me gusta. No es mi tipo. No dormiría con ella.
Hilary es tan linda que jadea y niega con su cabeza horrorizada. Jeff tira de mi cabello y yo beso su frente.
—¿Sabes qué, Hil? Creo que Jeff y yo vamos a caminar un poco afuera —anuncio.
—Claro, tú ve… Yo me… Eh, quedo. Pet, cuídalos, por favor.
—Claro.
Camino con el guardaespaldas amigable siguiendo mis pasos, Jeff lloriquea un poco al ver que nos alejamos de Hilary, pero cuando salimos está más entretenido viendo los autos estacionados. Escucho unos flashes, pero parece que están muy bien ocultos y algo lejos.
Me balanceo de un lado a otro haciendo que Jeff presione su cabeza de mi pecho acurrucándose. Un chico puede gustarte o no, pero de igual forma escuchar a alguien decir eso último que dijo Ethan llega un poco.
Ahora escuchar a alguien que admiras por su talento que consideras un ídolo decirlo, es como una espinita clavándose hondo. Causando un dolor lentamente sin que puedas hacer nada para quitarlo.
—Y eso que no viste los primeros días de la cicatriz —murmuro con amargura.
Tuve que verme involucrada con el BG.5 más cerrado y hosco, pero entonces ese BG.5 también siempre fue mi favorito entre todos, aun cuando Andrew también lo era en su momento.
Suspiro y acaricio con mi nariz el cabello de Jeff. Él está muy tranquilo, quizás se quedó dormido. Vine en el auto de Hilary porque ella pasó por mí creyendo en esta excelente idea.
Bueno, Grace Spear no se esconde ni se derrumba por comentarios como ese, mierda, peor me ha sacudido y he sobrevivido, para que Ethan con sus palabras me derrumbe o me haga débil. Claramente si buscara un novio, un arrogante e idiota como él no sería mi primera opción, quizás después de todo debí haberme reído menos del empalagoso de Charlie, él jamás hubiera dicho algo tan desagradable como eso.
—Volvamos, bebito, seguro tu papi está ansioso de verte. Si puedes haz popo en el tío Ethan y vomítalo.
Escucho como Pet ríe ante mis palabras e intenta disimularlo con una tos, también río.
—Eres