Tres perspectivas sobre el milenio y el más allá. Darell L. Bock
hacia el lado derecho de la casa, al sur del altar. Y me sacó por el camino de la puerta del norte, y me hizo dar la vuelta por el camino exterior, fuera de la puerta, al camino de la que mira al oriente; y vi que las aguas salían del lado derecho.
Y salió el varón hacia el oriente, llevando un cordel en su mano; y midió mil codos, y me hizo pasar por las aguas hasta los tobillos. Midió otros mil, y me hizo pasar por las aguas hasta las rodillas. Midió luego otros mil, y me hizo pasar por las aguas hasta los lomos. Midió otros mil, y era ya un río que yo no podía pasar, porque las aguas habían crecido de manera que el río no se podía pasar sino a nado. Y me dijo: ¿Has visto, hijo de hombre?
Después me llevó, y me hizo volver por la ribera del río. Y volviendo yo, vi que en la ribera del río había muchísimos árboles a uno y otro lado. Y me dijo: Estas aguas salen a la región del oriente, y descenderán al Arabá, y entrarán en el mar; y entradas en el mar, recibirán sanidad las aguas. Y toda alma viviente que nadare por dondequiera que entraren estos dos ríos, vivirá; y habrá muchísimos peces por haber entrado allá estas aguas, y recibirán sanidad; y vivirá todo lo que entrare en este río. Y junto a él estarán los pescadores, y desde Engadi hasta Eneglaim será su tendedero de redes; y por sus especies serán los peces tan numerosos como los peces del Mar Grande. Sus pantanos y sus lagunas no se sanearán; quedarán para salinas. Y junto al río, en la ribera, a uno y otro lado, crecerá toda clase de árboles frutales; sus hojas nunca caerán, ni faltará su fruto. A su tiempo madurará, porque sus aguas salen del santuario; y su fruto será para comer, y su hoja para medicina. (Ezequiel 47:1-12)
UNA RESPUESTA AMILENIAL A KENNETH L. GENTRY
Robert B. Strimple
Quisiera expresar mi agradecimiento por el intento del pastor Gentry de establecer su escatología posmilenial sobre una base bíblica. Seguramente él ha enterrado la acusación (que se oía frecuentemente en el pasado) de que el tipo de posmilenialismo evangélico que él promueve depende de presuposiciones liberales, humanistas, y evolucionistas; como él mismo afirma en la nota 73, cuando se usa correctamente el término «no puede existir el posmilenialismo liberal… por definición, el posmilenialismo cree que Cristo volverá después del milenio. ¿Qué teologo liberal cree que Cristo volverá para poner fin a la historia?» Aunque todavía permanece sin contestar la pregunta de si su intento de presentar un argumento bíblico para el posmilenialismo tuvo éxito.
El señor Gentry promueve un tipo específico de posmilenialismo llamado «posmilenialismo teonómico». La teología contemporánea conocida como teonomía (también se le llama reconstruccionismo cristiano o teología del dominio) levanta sus propias dificultades con referencia a la exégesis bíblica, teología, y ética.92 Pero puesto que los distintivos del posmilenialismo teonómico no están enfatizados en el ensayo de Gentry, no serán tratados en esta respuesta. Sin embargo, se debe desafiar una afirmación —que «los Cánones de Westminster apoyan el punto de vista teonómico» (nota 24). La teonomía insiste que todas las leyes judiciales de Moisés, juntamente con las penas específicas para cada transgresión (incluyendo la muerte por crímenes como el asesinato pero también adulterio, homosexualidad, blasfemia, y rebeldía incorregible y física en los hijos) continuan siendo obligatorias hoy en día y que el gobierno civil debería aplicarlas. ¿Es esa la enseñanza de la Confesión de Fe de Westminster?
El capítulo XIX de la Confesión de Westminster trata sobre la Ley de Dios. Hace la distinción tradicional entre la ley moral, ceremonial, y judicial.93 Después de afirmar que (1) la ley moral (originalmente dada a Adán y después entregada sobre el monte Sinaí en los diez mandamientos), sigue siendo la regla perfecta y justa de Dios, enumerando nuestros deberes hacia Dios y hacia otros seres humanos, y que (2) la ley ceremonial prefigura a Cristo y ahora está abrogada bajo el Nuevo Testamento, la confesión prosigue, afirmando lo siguiente con respecto a leyes judiciales.
A ellos [el pueblo de Israel] también, un cuerpo político, Él [Dios] dio leyes varias, las cuales expiraron juntamente con la nación de Israel; no siendo obligatorias para cualquier otra ahora, más allá de la equidad general que ellas requieren. (letra cursiva añadida)
Como Sinclair Ferguson ha dicho, esta afirmación de la confesión de Westminster
No es la manera natural de expresar un punto de vista teonómico. Ciertamente no es la manera contemporánea en la cual los teonomistas expresan su posición. Para la Confesión de fe, el principio que gobierna es que las leyes judiciales de Moisés han expirado (sin importar nada adicional que pueda ser dicho para aclarar su relevancia), mientras que para los teonomistas, el principio que gobierna es que las leyes judiciales de Moisés no han expirado sino que están todavía vigentes; Cristo las ha confirmado y están perpetuamente vigentes.94
Gentry sostiene que el apoyo de la Confesión a la teonomía es obvio por los textos bíblicos que cita y por lo que los autores han escrito. Ferguson examina ambos, concluye que «en puntos importantes la exégesis de los hombres de Dios de Westminster y la exégesis de los teonomistas difieren», y luego afirma, « . . . tenemos que concluir que no se puede apelar a la Confesión de Fe de Westminster como una expresión de teonomía en su forma contemporánea».95 La Asamblea General de la Iglesia Libre de Escocia tuvo buena razón, creo, cuando declaró que «las enseñanzas conocidas como teonomía o reconstruccionismo contradicen la Confesión de Fe [de Westminster] y no son consistentes con la Biblia».96
Al principio en su ensayo el pastor Gentry ofrece la siguiente definición de posmilenialismo:
el posmilenialismo espera que la proclamación del Evangelio de Jesucristo, bendecida por el Espíritu, ganará la vasta mayoría de seres humanos a la salvación en esta época presente. El éxito creciente del Evangelio producirá de manera gradual una época en la historia, antes de la segunda venida de Cristo, en la cual la fe, la justicia, la paz, y la prosperidad prevalecerán en los asuntos de personas y naciones. Después de una época extensa de tales condiciones, el Señor volverá visible y corporalmente, en gran gloria, poniendo fin a la historia con una resurrección general y el juicio final de toda la humanidad.
El Nuevo Testamento, sin embargo, presenta un retrato diferente del carácter de esta época entre la ascensión de Cristo y su segunda venida; y de lo que la Iglesia de Cristo puede anticipar antes de su retorno. Jesucristo, quien fue entregado a muerte por nuestros pecados, fue resucitado para nuestra justificación (Romanos 4:25). Él fue exaltado y está sentado a la diestra de Dios en el cielo (Hebreos 1:3). «Y [Dios] sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo» (Efesios 1:22-23). ¡Cristo es Rey ahora! No está esperando comenzar a ejercer su dominio en algún día futuro. Así, los cristianos tenemos toda la razón para ser valientes y estar confiados en nuestro servicio fiel al Rey y en la proclamación de su Evangelio glorioso a través del mundo.
Pero, ¿cuál es la naturaleza del reino presente de Cristo? Debido a que Gentry ha definido la victoria que Cristo busca en la época presente en términos de «la vasta mayoría de seres humanos» que han sido salvados y que luego han venido a ejercer control político, judicial, social y económico sobre «el mundo como sistema»,97 inaugurando así «un tiempo universal de adoración, paz, y prosperidad», él debe considerar que el reino de Cristo hasta el momento, ha sido un fracaso—un fracaso por ya dos mil años desde su ascensión. Tenemos que tener cuidado de no sustituir las promesas seguras de Dios con expectativas que nos parezcan «razonables» a nosotros. Si lo hacemos, podemos empezar a desvalorar las bendiciones que Cristo está derramando sobre su iglesia ahora por medio de su Espíritu, y podemos dejar de apreciar la naturaleza escatológica del reino ya inaugurado por la resurrección y exaltación de Cristo, y por el derramamiento del Espíritu Santo el día de Pentecostés. Si hacemos eso, puede que lleguemos a insistir que la consumación llege antes de tiempo.
En verdad, Dios ha prometido «un tiempo de adoración universal, paz, y prosperidad»; pero el testimonio consistente del Nuevo Testamento es que ese tiempo vendrá solamente cuando nuestro Señor Jesucristo mismo haya venido por «segunda vez. . . para traer salvación a los que están esperándole»