Comunicación en sesión. Eduardo Issaharoff

Comunicación en sesión - Eduardo Issaharoff


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con el observable sumada a la hipótesis que relaciona el observable con la estructura inobservable profunda– organizar acciones como la interpretación determinada por estos conjuntos de hipótesis.

      Diferenciamos dos tipos de hipótesis:

      • las que vinculan la teoría con lo observable y funcionan como hipótesis de correspondencia;

      • las que plantean enunciados acerca de la relación entre lo que se observa y la estructura subyacente que lo produce.

      En este sentido, entonces, decimos que la interpretación no aparece como una simple correlación semiótica entre el material del paciente y alguna forma de estructura inconsciente, sino que desde el punto de vista metodológico y epistemológico podemos pensar que, para ubicar al psicoanálisis como ciencia empírica, Liberman acepta varias hipótesis encadenadas, que mantienen una mayor coherencia lógica que la simple traducción sintomática que podemos hallar en algunas aplicaciones de la teoría psicoanalítica. También debemos aclarar que en psicoanálisis solo parcialmente podemos formular correlaciones semióticas a la manera de los signos naturales de Morris. Debe investigarse en cada caso particular cómo se formó tal símbolo y qué funciones han intervenido para formarlo. En Liberman la noción de símbolo tiene una fuente de matrices que corresponden a “paquetes” de información.

      La concepción del conjunto de matrices singulares no está presente en otros investigadores en los que tienen más peso las correlaciones fijadas por las teorías. La posición de Liberman consiste en considerar las matrices como la resultante de un proceso creativo de la pareja psicoanalítica.

      A continuación presentamos una clasificación de los tipos de hipótesis utilizadas por Liberman:

      • de correspondencia; o sea vinculación de términos teóricos con la base empírica.

      • causales; vinculando lo observable con estructuras profundas.

      • retrodictivas.

      • predictivas.

      Liberman introducía estas hipótesis en la sesión con la finalidad de testearlas. En los cuatro tipos de hipótesis las de correspondencia son quizás las menos claramente explicitadas, si bien lo que pretendía era formular generalizaciones empíricas a partir de extraer inferencia de cierto tipo de fenómenos clínicos.

      ¿A qué podemos llamar “hipótesis de correspondencia”? Liberman se inspiró en los cursos de Gregorio Klimovsky, quien llama hipótesis de correspondencia a las maneras de relacionar los términos teóricos con algún elemento observable, y así lo tomó Liberman a partir de sus necesidades clínicas. Un ejemplo de ello sería la conexión de un término teórico psicoanalítico –por ejemplo “identificación proyectiva”– y una modalidad personal que ubica el “usted” en el contexto que corresponde al “yo”, lo cual marcaría una correspondencia entre un elemento discursivo semiótico observable, la inversión pronominal y la teoría de la identificación proyectiva que no resulta observable. Para sintetizar, podemos ahora señalar que la necesidad de los diferentes tipos de hipótesis corresponde a un armado más sólido de las teorías psicoanalíticas, con el mismo fundamento que Freud argumentaba en cuanto a la necesidad de construir explicaciones “metapsicológicas”.

      Es decir que desde una perspectiva metodológica, una teoría psicoanalítica estará bien “formada” si existen elementos empíricos observables, independientes del observador; serían observables en un sentido general para cualquier observador que pretenda registrar la experiencia de su explicación. Puede expresarse que así como Freud utiliza la metapsicología como brújula orientadora, Liberman formula una especie de metatécnica, o metaclínica; es decir su posición parte del ámbito técnico-clínico para construir hipótesis de correspondencia por el cada vez mayor alejamiento de los enunciados metapsicológicos, de las variantes y complejidades del campo clínico. Para Liberman, lo que estaba limitado en Freud era la teorización del campo clínico. El interés central de Liberman en este contexto tendía al acople de la teoría a la complejidad del campo clínico actual que ha tenido escaso desarrollo en el psicoanálisis contemporáneo, donde surgen diferentes modelos de la mente pero no se desarrolla su articulación posible, de lo que resulta un problema metodológico y epistemológico consistente en la proliferación de teorías que no se conectan entre sí ni con la diversidad clínica. Este problema origina que cada fenómeno clínico sea retraducido a la teoría propia de cada escuela o grupo.

      Nuestra impresión es que Liberman fue uno de los autores, tal vez el principal, que se ocupó de este problema y no por una tendencia apriorística a la convergencia, sino por las limitaciones que para una disciplina implica la proliferación de escuelas con léxico propio sin posibilidad de intercambio.

      Observando el panorama psicoanalítico actual, podrían diseñarse tres tipos de modalidades en los principales pensadores, en una descripción aproximada:

      • autores que arman su propia síntesis (Melanie Klein, Kohut, Lacan);

      • autores con sistemas menos globales, que incluyen observaciones y modelos explicativos más laxos (Winnicott, Piera Aulagnier)

      • autores que conectan esquemas (los argentinos Pichon Rivière, Bleger, los Baranger, André Green, Thomä y Kächele); en este grupo ubicamos a Liberman.

      Ubicación de la obra de Liberman en algunas

       discusiones metodológicas actuales

      Partimos de la importancia y la necesidad de poseer un marco acerca de cuáles son los problemas metodológicos que se enfrentan en el psicoanálisis y en el estudio de otras conductas y problemas humanos.

      Podemos distinguir dos modos de abordar el problema: uno que intentará ubicarlo dentro del campo de las “ciencias naturales”; el otro se aproxima más a lo que conocemos como las metodologías específicas para las “ciencias humanas”. En nuestra opinión no cabría plantear ambas perspectivas como excluyentes, algo que suele suceder en el campo del psicoanálisis, sino que pertenecen a dos niveles que abordan aspectos diferentes de la conducta.

      Una forma de modelizar esta diferencia consistiría en que en todos los casos podemos incluir un nivel de interacción entre personas –campo abordado por las ciencias humanas o sociales–. Es decir que hay una trama espesa de significados e intenciones que interactúan entre sí, y en este nivel podría resultar una simplificación absurda proponer una metodología aplicada en la ciencia natural, cuyos tipos de interacción estudiados jamás alcanzan la complejidad de las interacciones humanas.

      Pero dicho nivel de interacción no es el único. Al abordar la estructura individual en la que se generó lo que luego interactuará con otros individuos, a través del lenguaje o la conducta, y en el estudio del cómo se genera y qué particularidades tiene ese producto que luego entrará en interacción, podemos sostener que se encuentran aspectos abordables por la metodología de las ciencias naturales tradicionales.

      En efecto, se trata de dos cuestiones diferentes; cómo hace una persona para poner en palabras algo que siente o piensa, diferente del efecto que ello produce en el intercambio con los otros, o sobre sí misma en el contexto de dicho intercambio. Pero deberíamos también aislar una tercera perspectiva que incluye los sistemas de creencias, de los participantes en la interacción.

      Quedarían así delineados tres niveles:

      • el aparato psíquico, referente a cómo se generan en un individuo los productos que usará en el intercambio con los otros;

      • los fenómenos producidos por la interacción social;

      • el sistema de creencias que subyace en cada uno de los participantes.

      Podría plantearse que dicha división puede ser pertinente para otros campos disciplinarios, psicología cognitiva por ejemplo. Si pasamos a ejemplificar estos tres niveles en el campo del psicoanálisis, podríamos sostener que en Freud dicho recorte es admitido de un modo casi “natural”. En efecto, en la obra de Freud hallamos teorías sobre el aparato psíquico individual y otras sobre el aparato psíquico como resultado


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