Ginecología General y Salud de la Mujer. Victor Miranda

Ginecología General y Salud de la Mujer - Victor Miranda


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testosterona total y la fracción biodisponible no muestran cambios significativos hasta 8 años posterior a su establecimiento. El cambio más revelante ocurre debido a los estrógenos que participan en la respuesta sexual, con receptores en el cerebro, genitales, mamas y tejido graso, y cuya acción cubre todos los ámbitos que favorecen la unión sexual y el proceso reproductivo. Durante el ciclo fértil su nivel oscila entre 40 a 400 pg/mL (peak de estrógenos que precede en 14-24 horas al peak de LH), y que después de la menopausia cae a 10-20 pg/mL, el cual procede de conversión periférica, restando así una plataforma material importante para la respuesta sexual, pero que no imposibilita en lo absoluto acceder al ideal, el cual dependerá ahora de las otras dimensiones involucradas.

      Entrando ahora al área de la respuesta sexual humana, esta fue descrita por Masters & Johnson, y revisaremos un extracto de la respuesta femenina:

       Fase de deseo o del impulso sexual

      Es la sensación física de estar con su pareja. Este impulso está mediado por una sinergia de hormonas y neurotransmisores que se liberan en diferentes fases. La percepción del impulso tiene enormes variaciones individuales y es más pronunciado en el hombre, dependiendo asimismo de estímulos internos y externos.

       Fase de excitación

      Se provoca por estímulos muy diferentes, y en forma no evaluada empíricamente, para el hombre predomina el estímulo visual, así como para la mujer el tacto y el lenguaje corporal. Durante la fase de excitación se produce una gran vasodilatación del área pelviana que repercute en los cambios propios de las estructuras eréctiles. En la mujer se provoca una lubricación del introito vaginal por la secreción de las glándulas de Bartholin y de Skene, seguido de la erección del clítoris, engrosamiento y crecimiento de los labios mayores y menores por los cambios que experimenta los cuerpos bulbovestibulares.

       Fase de meseta

      Se producen cambios generales que afectan la frecuencia respiratoria, cardíaca y la tensión muscular. En la mujer el clítoris alcanza su máximo crecimiento, se relajan los músculos que rodean la vagina y el útero se eleva (contracción de la fibras musculares lisas del ligamento redondo), lo que permite el aumento de la complacencia vaginal.

       Fase de orgasmo

      Gran respuesta sistémica, el predominio del sistema nervioso parasimpático cambia al simpático, existen máximas cifras de presión arterial, frecuencia cardíaca y respiratoria. El sistema musculoesquelético experimenta contracciones (músculos extensores) y a nivel local contracciones de la musculatura del piso pélvico. En la dimensión psicológica, ocurren ondas de placer, gran relajación, sensación de abandono y acabamiento total.

       Fase de resolución

      En los cambios generales todos los parámetros cardiovasculares vuelven a sus valores basales, ocurre sudoración y el cuerpo se hace insensible a la estimulación erótica y aparece el período refractario. El tiempo de duración puede ser corto en la adolescencia y se alarga en el transcurso de los años; y en algunas mujeres existe predisposición a orgasmos múltiples. Además, todos los cambios ocurridos en los genitales vuelven a su condición inicial.

      Como una de las complejidades de la respuesta que se extrae de la descripción de Master & Johnson está la relación con la variable tiempo. Las mujeres son lentas, los hombres más rápidos, las mujeres tienen mucha variación y los hombres son muy parecidos y las mujeres pueden no tener período refractario. De esta condición material tan distinta para las dos versiones: de la pulsión permanente que tensiona la testosterona en el varón, a la pulsión periódica por la ciclicidad de los estrógenos y su caída dramática después de la menopausia, es como tienen que dialogar a lo largo de la vida para acceder al ideal.

      Un aspecto más a resaltar tiene que ver con la neuroanatomía, donde el homúnculo sensitivo del lóbulo parietal nos muestra la localización de los genitales. Esta representación se localiza en el extremo ubicado en la cisura interhemisférica, en contacto inmediato con la corteza cingulada anterior, integrante del sistema límbico, clave en la organización de la respuesta emocional humana. De esta forma estamos hechos, de tal manera que todo lo que concierne a los genitales, hablando en términos neurológicos, afecta de modo directo al comportamiento emotivo.

      Pero informarse de los aspectos materiales de la sexualidad, ¿es suficiente para su conocimiento?, ¿ayuda a su gobierno?, ¿es el camino que nos llevará a su máxima realización? Decididamente no, es insuficiente, como viviente cognoscente que es el hombre y que está destinado a acceder a la esencia de las cosas, la sexualidad es uno de los vértices de los desafíos para la intelección humana, por la libertad intrínseca, la responsabilidad que implica, por la complejidad y extenso de su actualización, nos abre y conecta al mundo de la ética, a diferencia de todas las otras apetencias corporales.

       ÉTICA DE LA SEXUALIDAD

      ¿Qué es la ética? Ética es la tendencia natural que tienen los seres humanos de escoger opciones para hacer algo, teniendo en cuenta el bien que de ese hacer obtendrán ellos y los demás. Para que un acto sea adecuado en términos éticos, entonces debe ser producto de una deliberación informada, con conciencia lúcida, con plena capacidad de decisión, donde lo que se elija lleva a plenificar nuestra naturaleza corpóreo-espiritual, y que como entes complejos que somos va a repercutir en todas las dimensiones de nuestro ser.

      Entonces es evidente la intrínseca dependencia que tiene la sexualidad con la moral, y de eso hablaremos ahora, ya que como agentes sanitarios nos enfrentamos a una diversidad de trastornos concretos en la esfera de la sexualidad que determinan un deterioro en la salud individual y del círculo humano directo que lo rodea, con consecuencias muchas veces irreversibles o muy difíciles de reparar.

       SENTIDO ANTROPOLÓGICO DE LA SEXUALIDAD

      Para los existentes, cuya naturaleza es solo vivir y desplegar sus potencias vegetativas, mediadas o no por potencias sensitivas, su perfección será dada en la medida en que logre realizarlas por completo. Podemos decir que por muy sofisticados que sean sus comportamientos, todo lo que les conviene está relacionado con el despliegue de su organicidad corporal. Todo lo que los perfecciona está relacionado con el desarrollo de sus aspectos biológicos. No existe nada fuera del mundo estrictamente material que los rodea, que les pueda aportar a ellos algún tipo de plenitud sobre agregada.

      En el existente racional y a diferencia de ellos, al poseer una manera de ser más perfecta, al ser de una naturaleza que trasciende lo orgánico y corpóreo, al ser un viviente abierto a todo el universo de esencias, al ser su hábitat todas las cosas en sí mismas, su perfección no está asegurada por aquella operación prestablecida desde su interior, que sí es suficiente para asegurar el despliegue perfecto de la biología de los animales sensibles y que es la que conocemos como conducta instintiva.

      El hombre, por ser un intelecto, se propone sus propios fines y busca mediante la realización de sus actos libres lo que lo perfecciona, sabiendo que no es solo el desplegar aquella potencialidad biológica inscrita en sus cromosomas. No tiene propiamente instintos, su conducta puede iniciarse por impulsos nacidos desde sus condicionantes biológicos pero se completa mediado por su racionalidad. Más aún, muchas veces su actuar se inicia desde esta racionalidad a pesar o en contra de un impulso generado por una necesidad corporal. Es lo propio de este ser espiritual corporalizado, poseedor de esa apetencia intelectual que conocemos como voluntad y que lo constituye como un ser libre. Es por ello que su inteligencia crea un sistema en donde el vivir, además de actualizar sus potencias vegetativas, es el lugar donde expresa y desarrolla el producto de su actividad espiritual, que es la actividad que más lo caracteriza. El hombre es por naturaleza cultural, se desenvuelve en el producto de su inteligencia que es lo que denominamos cultura y que reemplaza con más perfección lo que en los demás animales irracionales asegura el despliegue de su existir predeterminado. Lo que un animal “sabe” de modo instintivo, el hombre lo aprende de la manera que su ambiente cultural se lo enseña, existiendo formas tan diversas como culturas.

      Esta variedad de aprendizajes, que son


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