Ginecología General y Salud de la Mujer. Victor Miranda
todo ello envuelto en una membrana plasmática que lo une al cuello. Tiene una media de 4 o 5 μm de largo.
• El cuello, corto y estrecho, con su placa basal separa la cabeza de los centriolos modificados. De uno de ellos (el distal) se origina el flagelo.
• La pieza media (4 o 5 μm de longitud) posee una gran cantidad de mitocondrias concentradas en una vaina helicoidal que dan la energía al espermatozoide a través de la producción de ATP.
• La cola, que entrega movilidad al espermatozoide (zona flagélica recubierta solo de membrana).
Ovogénesis
La ovogénesis es el proceso de maduración de la célula germinal femenina desde su diferenciación en ovogonia hasta su maduración en el óvulo a través de distintas divisiones celulares, primero de tipo mitóticas y al final por meiosis. Si bien se inicia en la vida prenatal embrionaria, puede terminar en cualquiera de los años de vida reproductiva, desde la pubertad hasta el fin de la vida fértil en la menopausia.
El gameto femenino siempre muestra dos períodos largos de reposo. Para reanudar el primer período de reposo debe ocurrir la ovulación. Para reanudar el segundo período de reposo debe ocurrir la fertilización. Solo después de estos dos eventos la ovogénesis podrá proseguir. De no ser así, la célula germinal degenera en la fase que se encontraba (ovocito primario y ovocito secundario de manera respectiva). En la espermatogénesis, una vez iniciado el proceso este concluirá en 60 días aproximados.
La célula germinal primordial se origina en la pared del saco vitelino en la tercera semana de vida embrionaria. Luego migra hacia el pliegue o cresta gonadal, el cual penetra. Existen un promedio de 1.700 células germinales antes de iniciar la migración y se duplican al finalizar esta migración. En la cresta gonadal se diferencia en ovogonia, manteniendo sucesivas mitosis. Con posterioridad ocurre una fase prefolicular, que corresponde a una etapa indiferente del desarrollo gonadal, donde se observan los cordones sexuales constituidos por ovogonias y las células epiteliales delimitadas por una membrana basal. En el humano la foliculogénesis comienza entre la 11 y 12 semana de gestación con la fragmentación de estos cordones sexuales.
En el ovario inicial, estas células germinales ubicadas de forma periférica aumentarán de tamaño y entran en proceso de meiosis (ovocitos primarios). El tiempo de desarrollo folicular dependerá de si este ovocito logra la etapa de diploteno (dictioteno), subfase de la primera profase de la meiosis. El primer folículo en formarse es el primordial, el que contiene un ovocito primario de 25 a 35 μm, rodeado por células epiteliales poco diferenciadas y una membrana basal externa. Estos folículos se ubican en la corteza por debajo de la cápsula fibrosa del ovario. Al quinto mes de vida fetal se alcanzará un máximo de 7 millones de estos folículos, los cuales reducirán su cantidad a 2 millones de ellos al momento de nacer. Durante la infancia la mayor parte de ello sufrirá un proceso de apoptosis. En el comienzo de la pubertad habrán cerca de 400.000 a 500.000 ovocitos primarios y solo cerca de 400 llegan a ovular. En promedio menos del 1% finalizan la ovogénesis al ser fertilizados. Es importante señalar que los ovocitos muestran una función destacada en la diferenciación del tejido esteroidogénico de los ovarios. Por otro lado, las células foliculares inducen el crecimiento y la síntesis del ADN del ovocito, evento necesario antes de que inicie su división meiótica. El ovocito, por su parte, induce la proliferación, desarrollo y función de las células foliculares.
Aún se desconoce cómo los folículos primordiales salen de su reposo e inician su desarrollo, pero claramente esta etapa inicial es independiente de la acción de las gonadotropinas. Durante la pubertad un número de entre 5 y 15 folículos primordiales inician un crecimiento basal lento con cada ciclo ovárico estimulados por factores de crecimiento, citoquinas, esteroides y constituyentes de la matriz extracelular. En el transcurso de la maduración del folículo, el ovocito se capacita duplicando y distribuyendo sus organelos citoplasmáticos, incluidos los cambios en la zona pelúcida. Durante su crecimiento y madurez posterior las hormonas FSG y LH ejercen su efecto sobre este folículo y alcanzan un tamaño de 25 mm de diámetro, llamado folículo terciario, maduro o de Graff. Este folículo tiene una mayor cantidad de receptores de FSH y LH, logrando su madurez completa. En el folículo dominante, ubicado en la superficie del ovario, aumenta la concentración de LH. Esto reanuda la primera división meiótica y completa la ovulación. En la fase final de la división, la partición del citoplasma es desigual, resultando una célula afuncional o cuerpo polar de menor tamaño y una de mayor tamaño, el ovocito secundario, el cual entra en meiosis II. El cuerpo polar y el ovocito secundario son células haploides y con cromosomas duplicados.
Una vez ocurrida la ovulación se forma la placa metafásica y de nuevo se detiene el proceso de meiosis II, inducido por un complejo proteico llamado factor citostático. El ovocito secundario se mantiene junto al cuerpo polar rodeado de la zona pelúcida y un círculo irregular de células foliculares (corona radiada) unidas a él. Una vez fuera del ovario, el ovocito es campado por la trompa de Falopio, transportado a la región ampular y eventualmente fecundado por uno de los 200 a 300 espermatozoides presentes. Si no existe fecundación, el ovocito secundario degenera 12 a 24 horas después de su ovulación sin terminar la ovogénesis. Si la fertilización ocurre, se reanuda la segunda división meiótica. Otra vez la célula se divide en forma no proporcional, generando un nuevo corpúsculo polar afuncional y un óvulo (ovocito fertilizado) que recibe la mayor parte del citoplasma y con 23 cromosomas contenidos en el pronúcleo femenino que se unirán al pronúcleo masculino, también con 23 cromosomas (23 X o 23 Y), completando así la ovogénesis. La mezcla de cromosomas femeninos y masculinos, llamada anfimixis, termina la formación del cigoto y con ello el inicio de un nuevo ser, que desde que finaliza la primera mitosis ya tiene dos células. El cigoto humano no pasa por un período de una célula única diploide, lo que ocurre en otras especies, y se llama singamia. Los cuerpos polares remanentes desaparecerán en los días siguientes. Este es uno de los momentos más lábiles de la reproducción humana y es donde se produce las alteraciones genéticas debido al aumento de la edad materna.
Las enzimas encargadas de la formación de los microtúbulos y el uso mitótico para la segregación de las cromátides hermanas, que vienen del citoplasma ovocitario son de menor calidad con la edad, por lo que no se reparte de modo equitativo el contenido cromosómico en las células hijas, generando las aneuploidías como el síndrome de Down.
EL DIMORFISMO SEXUAL DEL HOMBRE Y LA MUJER
El sexo
El sexo es la expresión del contenido genético que se encuentra en los cromosomas sexuales de cada individuo XX o XY, es altamente conservado en todas la especies (se cree que lleva 300 millones de años desde que se originó desde genes autosómicos ancestrales) y está sujeta a la modulación de algunos genes autosómicos. La información genética de los cromosomas sexuales es a lo que nos referiremos como sexo genético y este último está condicionado por el efecto del ambiente.
El sexo genético para llegar a determinar los caracteres secundarios, el desarrollo de los genitales y al final una conducta sexuada, requiere que se completen con éxito todas las etapas del desarrollo embrionario, fetal y vida postnatal que comprende la infancia como lactante y niño, la pubertad y adolescencia hasta la vida reproductiva. A lo largo de todas esas etapas se pueden presentar distintos insultos cuyo efecto en el ámbito reproductivo depende del momento en el que ocurre y puede tener consecuencias para toda la vida.
El sexo fenotípico son los caracteres secundarios que atribuimos al hombre y la mujer como la barba, las mamas, los genitales, los gestos y maneras.
El sexo psicológico es la identificación o no del sujeto con su género, cómo se reconoce a sí mismo. Cuando esta se altera, puede darse la transexualidad, una disfunción sexual severa, que en nuestro país tiene cobertura por el Estado para su cirugía.
El sexo social se refiere a cómo las demás personas perciben el género de un individuo.
Expresión del sexo genético
La mayor parte de las zonas genética activas comprendidas en el cromosoma X están contenidas en el cromosoma