Pensar en escuelas de pensamiento. Libardo Enrique Pérez Díaz
cambiar ni tampoco ningún fin para la creatividad. Todo ver es ver en concordancia con un modo de ver, pero estos modos de ver son adquiridos, recibidos, de otros y, por tanto, vienen a ser compartidos con otros. No se trata entonces de reavivar la tradición muerta, sino de actualizar el diálogo en una tradición viva, que constituye “el requisito real del progreso científico: progreso que solo acontece en una comunidad de aprendizaje” (Llano, 1992, p. 14).
Una verdadera hermenéutica de las diversas tradiciones que atañen a la universidad como comunidad debería desarrollar la capacidad del uso de una racionalidad dialógica y comunicativa que abra espacios de encuentro con los agentes externos a esta y que forman parte de la sociedad para poder ofrecer mejores respuestas, es decir, una apertura de la democratización de los saberes.
En esta misma línea, Guillermo Hoyos realiza un reflexión en torno al valioso aporte de MacIntyre al papel de la universidad en la sociedad civil, propone que las universidades “sin dejarse presionar solo por las urgencias de la modernización, tendrían que reconstruir su tradición y, de acuerdo con ella, ser sitios en los que se discuten y elaboran concepciones y criterios de la justificación racional, de manera que la sociedad civil aprenda de la universidad cómo conducir razonable y dialogalmente sus propios debates prácticos o teóricos” (2003, p. v), y la universidad aprenda de las diversas comunidades y sectores de la sociedad civil a tener un polo a tierra en las realidades, a no perder de vista su función social, a identificar y aportar de manera continua e indefectible en la identificación problemas sociales y en la construcción colectiva de soluciones cada vez más acertadas.
Convocatoria a pensar la transición de lo disciplinar a la inter-transdiciplinariedad
La reflexión ya enunciada en torno a la vivencia del tránsito a lo inter-transdisciplinar se constituye en un pretexto para reflexionar sobre la responsabilidad de un sí-mismo/nosotros que no se desliga de la comunidad universitaria, sino que en el marco de la responsabilidad misma del pensar acoge con vehemencia la pregunta por lo que ha de ser más esencial en nosotros, que trasciende la episteme y la articula con la doxa, que no instrumentaliza la techné, sino que la ubica en el co-relato de la esencia del pensar.
A la racionalidad inter-transdisciplinar se asocia una reflexión sobre qué aspectos del pensar son convocados, es evidenciar el camino del preguntar en un claroscuro, en un abordaje gradual de lo pensado, nunca acabado, siempre expectante, que expresa la dependencia a un nosotros, aun siendo colectivo que en su esencia e identidad toma conciencia de que “el preguntar ya no volverá a ser el mero paso previo hacia la respuesta, el saber, sino que el preguntar se convertirá en la suprema figura del saber. El preguntar despliega entonces su más peculiar poder de abrir lo esencial de todas las cosas. El preguntar obliga entonces a la extrema simplificación de mirar a lo absolutamente ineludible” (Heidegger, 1996, p. 12).
Este carácter de necesidad puede, además, recogerse con mayor precisión en las palabras de Newman:
[...] solo es extensión de la mente la capacidad de ver muchas cosas a la vez como una totalidad, de referirlas a su lugar apropiado en el sistema universal del saber, de entender su respectivo valor, y de determinar su dependencia recíproca. [...] Impregnada de esta verdadera iluminación, la mente nunca completa un aspecto del saber sin tener en cuenta que es solo una parte, y sin las asociaciones que surgen del hecho. Hace que cada cosa lleve de algún modo a todas las demás y comunica la imagen de la totalidad a las porciones separadas, hasta que el todo deviene en la imaginación como un espíritu que invade y penetra las partes del conjunto y les confiere un sentido preciso. (2011, p. 153)
Corresponde a todo aquel que se encuentra vinculado a una comunidad universitaria el construir en su cotidianidad el carácter relacional ya expuesto que revitalice la función social de la universidad.
Referencias
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Diez tesis sobre las escuelas
de pensamiento
Sebastián Alejandro González Montero
Permítase presentar los interrogantes, los supuestos y la lógica del razonamiento que aquí se busca desarrollar, pero no sin antes mencionar que se trata de meras intuiciones iniciales, intuiciones que a lo largo de la investigación han de ser bien caracterizadas en la medida en que avanzamos cuidadosamente sobre la pregunta que sigue: ¿cuáles son las características esenciales de una gestión orientada hacia la creación de condiciones para generar escuelas de pensamiento desde una perspectiva interdisciplinar y transdisciplinar? Veamos.
De antemano, una pequeña enmienda a la pregunta anterior deja ver mejor la cuestión que nos ocupa. Digamos que la pregunta por cuáles serían las condiciones de gestión institucional para la emergencia de las escuelas de pensamiento