El juego y los alumnos con discapacidad. Mercedes Ríos Hernández
reducción del campo periférico con problemas de movilidad y desorientación, pero conservarán la percepción fina y de detalle.
El glaucoma y la retinososis pigmentaria son las afecciones más características y más frecuentes que presentan este tipo de visión.
Personas con visión borrosa. Por falta de transparencia de los medios por opacidades corneales o del cristalino, por defecto de refracción como la miopía y también por el nistagmus congénito, son personas que no tienen problemas de movilidad y que deben acercarse mucho para poder ver el detalle o acceder a la lecto-escritura.
PATOLOGÍAS MÁS FRECUENTES CAUSANTES DE BAJA VISIÓN
Patología corneal. QUERATITIS por infección bacteriana o vírica de la córnea, que deja cicatrices (leucoma) u opacidad que provoca distorsión en la entrada de los rayos luminosos, disminuyendo el contraste y dando borrosidad a la imagen. DISTROFIAS CORNEALES: son alteraciones en cualquiera de las capas de la córnea que provocan opacidades; el tratamiento es el transplante de córnea.
Cataratas. Pueden ser congénitas si aparecen ya en el nacimiento o adquiridas si se desarrollan en la edad adulta. Se trata de un cristalino opaco generalmente ocasionado por alteración de su metabolismo, lo que produce una pantalla que no permite el paso de rayos luminosos hacia la retina. El tratamiento es siempre quirúrgico debiéndose suplir las dioptrías que tiene el cristalino por una lente intraocular o lentes correctoras convencionales. En el caso de las cataratas congénitas el pronóstico funcional es algo peor, pues la retina se ve privada de estímulos luminosos durante los primeros meses o días de vida, momento en el que se desarrolla y canaliza la vía óptica; si no se detecta durante el periodo de los 2 primeros meses de vida es cuando se desarrolla el nistagmus sensorial.
Glaucoma. Es el aumento de la presión intraocular ya sea por exceso de producción del humor acuoso o por defecto en el drenaje. Puede presentarse de forma congénita o adquirida: el primero precisa intervención quirúrgica inmediata si no la córnea aumenta de tamaño y se opacifica produciéndose a la vez una atrofia del nervio óptico irreversible con gran pérdida funcional. El glaucoma adquirido no da ninguna sintomatología; durante su desarrollo se instaura una atrofia del nervio óptico, dando una serie de escotomas paracentrales primero y en casos más avanzados una reducción marcada de campo periférico.
Miopía degenerativa. Donominada también miopía magna, es producida por un aumento marcado del eje an-teroposterior del globo ocular, lo que produce un estiramiento de las capas posteriores provocando un adelgazamiento importante de la retina con atrofia de la coriocapilar. En ocasiones la retina de la zona foveal (mácula) se desgarra produciéndose una pequeña hemorragia (mancha de Fuchs) provocando un escotoma central con gran dificultad para la lecto-escritura; otras veces se producen grandes áreas de ausencia de retina.
Atrofia del nervio óptico. Puede ser congénita o adquirida. La congénita normalmente produce un déficit sensorial importante que puede ir acompañado de escotoma centrocecal y reducción de campo periférico lo que conllevará un nistagmus sensorial. Las atrofias adquiridas están sujetas a múltiples causas y sus implicaciones funcionales dependerán de la cantidad de fibras nerviosas afectadas y de la zona en que se ha producido su afectación.
Degeneraciones retinianas:
• degeneraciones retinianas periféricas:
– Retinosis pigmentaria.
– Atrofia girata.
– Coroideremia.
– Amaurosis congénita de Leber.
• degeneraciones retinianas centrales:
– Distrofia de conos.
– Distrofia de conos y bastones.
– Enfermedad de Stargard.
Retinopatias vasculares. Retinopatía diabética producida por el aumento de glucosa en sangre que provoca una serie de alteraciones a nivel vascular, que a su vez provocan hemorragias y trasudación de suero a través de los vasos. Dependiendo del área donde se produzca tendremos distintas implicaciones funcionales.
Retinopatía hipertensiva. El aumento de la presión arterial provoca fragilidad vascular y déficit de riego sanguíneo en todo el organismo observándose en la retina zonas de isquemia y hemorragias cuya implicación funcional dependerá de la zona afectada.
Oclusión de la vena central de la retina.
Oclusión de la arteria central de la retina.
Desprendimiento de retina. Aparece cuando se introduce líquido seroso entre alguna de las capas de la retina, o bien si aparece algún agujero que permite la entrada del líquido entre las capas de la retina, la implicación funcional dependerá de la zona donde se haya producido el desprendimiento.
Retinoblastoma. Tumor maligno que se desarrolla en la retina. Aparece en la infancia, puede tratarse con radiote-rapia, quimioterapia y dependiendo de la extensión debe enuclearse el globo ocular.
SÍNDROMES
• ALBINISMO, se trata de un defecto de pigmentación de la piel y del ojo o simplemente de éste. Se observa un iris transparente y una retina sin epitelio pigmentario, lo que provoca un exceso de entrada de luz (fotofobia) y una hipoplasia macular que se traduce en una disminución marcada de la agudeza visual que da lugar a un nistagmus sensorial.
• SÍNDROME DE MARFAN, se trata de una alteración del tejido colágeno, en la que se observa una hiperlaxitud ligamentosa. A la exploración ocular observamos una su-bluxación de cristalino bilateral debida a la debilidad del ligamento de la zónula, unas escleróticas azules y un astigmatismo marcado difícil de corregir.
•SÍNDROME DE MARCHESANI, se trata de pacientes con talla baja y obesos. A la exploración oftalmológica observamos una microesferofaquia (cristalinos pequeños) , que frecuentemente están subluxados. En ocasiones se acompaña de catarata y glaucoma secundario.
EL DÉFICIT AUDITIVO
POR JAUME MIRÓ
INTRODUCCIÓN
Al plantear el tema del déficit auditivo y el juego no pretendemos exponer un núcleo de adaptaciones específicas que, por ello mismo, se alejen de un criterio de normalización, concebida ésta como la utilización de recursos comunes al conjunto de la población. Por otra parte cabe considerar que estas adaptaciones resultarían prácticamente innecesarias.
Es nuestro objetivo que los educadores que dirijan el juego con personas con distintos tipos de discapacidades tomen suficientes elementos de análisis como para considerar las estrategias a seguir en el caso del déficit auditivo.
Se justifica el mencionado objetivo en que el déficit auditivo y todo lo que con él se relaciona presenta muchos más interrogantes que los que una simple aproximación, a la fuerza superficial, permitiría suponer.
Sus implicaciones pueden ir más allá de la pérdida de una capacidad sensorial, pueden repercutir directamente –en la mayoría de los casos– en el desarrollo lingüístico-comunicativo y, como consecuencia de ello, en el ámbito social y afectivo de quien lo padece.
Por otra parte, cualquier intento de aproximación a este campo, si pretende ser mínimamente riguroso, debe contemplar la diversidad, debe asumir las diferencias individuales de quienes padecen una sordera y respetarlas de la misma manera que se acepta este axioma para aquellos que oyen con normalidad.
Estos dos principios, el de la complejidad de las posibles implicaciones que pueden acompañar al déficit auditivo y el de la aceptación de que su presencia no debe ser un elemento de juicio apriorístico para toda la población que lo padece, presidirán la exposición que se presenta