El Tesoro de David: la revelación Escritural a la luz de los Salmos. Eliseo Vila
clamor de gratitud y proclamar todas tus maravillas. BLP] [Entonando un cántico de gratitud, y contando de todas tus maravillas. NTV]
Haciendo resonar mi voz de acción de gracias.149 David había ido tan lejos en su instrucción espiritual que no menciona para nada la típica ofrenda levítica, sino que discierne la ofrenda espiritual: no mugidos de becerros, sino cánticos de acción de gracias, que son la ofrenda del que adora a Dios en espíritu.150 Hacer que las alabanzas dignas del Dios de toda gracia151 resuenen por todos los confines de la tierra, ha de ser una prioridad cotidiana para todo pecador perdonado. Dejad que los hombres nos calumnien cuanto quieran, pero no defraudemos al Señor escatimándole sus alabanzas; dejad que los perros ladren, mientras nos deleitamos en la luna llena que brilla.152
Y para contar todas tus maravillas. El pueblo de Dios jamás debe tener la lengua trabada. Las maravillas de la gracia divina son suficientes como para desatar la lengua de un mudo y hacerle cantar. Y las obras de amor de Dios resultan particularmente maravillosas cuando consideramos la indignidad y falta de méritos de sus receptores, lo costoso del método, y lo glorioso de su resultado. Si los hombres encuentran especial deleite en disertar sobre cosas notables y sorprendentes, así también los santos deben regocijarse contando las grandes cosas que el Señor ha hecho por ellos.
C. H. SPURGEON
Vers. 8. Jehová, la habitación de tu casa he amado, y el lugar de la morada de tu gloria. [Jehová, la habitación de tu casa he amado, y el lugar de la morada de tu gloria. RVR] [Oh Señor, yo amo la habitación de tu casa, y el lugar donde habita tu gloria. LBLA] [Oh YHVH, yo amo la Casa donde habitas, y el lugar donde reside tu gloria. BTX] [Señor, yo amo la casa donde vives, el lugar donde reside tu gloria. NVI] [Señor, yo amo la casa en que habitas, el lugar que es morada de tu gloria. BLP] [Amo tu santuario, Señor, el lugar donde habita tu gloriosa presencia NTV]
Oh Señor, la habitación de tu casa he amado.153 Estaba resuelto a no pisar las moradas de pecado, pero la casa de Dios la había amado en gran manera, y la seguía amando.154 Seríamos hijos desnaturalizados si no amaramos la morada de nuestro Padre. A pesar de que no tengamos edificios de culto consagrados, la iglesia del Dios vivo es casa de Dios,155 y los verdaderos cristianos se deleitan en sus ordenanzas, servicios y actividades. ¡Ojalá todos los días fueran Sabbaths!156
Y el lugar de la morada de tu gloria. Es en su iglesia donde Dios recibe honor en todo momento, donde se revela a sí mismo en la gloria de su gracia, y es proclamado por su pueblo como el Señor de todos. No nos juntamos en las iglesias como pueblo del Señor para adular al predicador, sino para dar gloria a Dios; y hacerlo es la ocupación más agradable para los santos del Dios Altísimo. Toda reunión de creyentes en la que Dios no sea honrado, es una ofensa para sus ojos puros y santos, y una lamentable piedra de tropiezo para el pueblo de Dios. Escuchar con frecuencia sermones en los que el honor a Dios está tan lejos de ser el objetivo fundamental del predicador, que resulta fácil concluir que lo que en ellos se ensalza y adora es la dignidad del hombre más que la majestad Infinita del Creador, nos hace saltar lágrimas que nos escaldan las mejillas.
C. H. SPURGEON
Jehová, la habitación de tu casa he amado, y el lugar de la morada de tu gloria. «En mi congregación -dijo un venerable ministro del evangelio- tengo una señora anciana que durante muchos años ha sido sorda como una tapia, pero siempre ha sido de las primeras en sentarse a la hora del culto. Al preguntarle la razón de su constante asiduidad para escucharme, a pesar de que no pudiera oír una palabra del sermón, respondió: ‘Aunque no puedo oírle, acudo a la casa de Dios porque siento deseos de hacerlo, y quiero que el Señor me halle en sus caminos; leo el pasaje bíblico en el que esta basada la predicación, cuando alguien me lo indica, y Dios me da sobre el mismo pensamientos dulces. Otra razón por la que vengo es porque aquí estoy en la mejor compañía que puedo estar, en la presencia más inmediata de Dios, y entre sus santos, todos “los ilustres de la tierra”.157 No me quedo satisfecha adorando a Dios en privado; mi deber y privilegio es honrarle regularmente en público’» ¡Qué reprensión tan fuerte encierran estas palabras para tantos, con oídos sanos y perfectos, pero que en el mejor de los casos llegan tarde su lugar de adoración, y a menudo ni tan siquiera acuden!
KAZLITT ARVINE [1819-1851]
“Cyclopaedia of Moral and Religious Anécdotes”, 1848
Vers. 9. No arrebates con los pecadores mi alma, ni mi vida con hombres sanguinarios. [No juntes con los pecadores mi alma, ni mi vida con hombres sanguinarios. RVR] [No juntes mi alma con pecadores, ni mi vida con hombres sanguinarios. LBLA] [No arrebates mi alma con los pecadores, ni mi vida con hombres sanguinarios. BTX [En la muerte, no me incluyas entre pecadores y asesinos. NVI] [No me reúnas con pecadores, ni con gente sanguinaria. BLP] [No permitas que sufra el destino de los pecadores ni me condenes junto con los asesinos. NTV]
No juntes con los pecadores mi alma. Señor, cuando me toque ser recogido, cual fruta madura, no me no me pongas en el mismo cesto con lo mejor de los pecadores, y menos aún con lo peor de ellos. Para nosotros la compañía de los pecadores es tan desagradable, que no podemos soportar la idea de ser atados con ellos para toda la eternidad en el mismo haz. Nuestro consuelo es, que el Gran Labrador discierne la cizaña del trigo, y encontrará un lugar separado para cada cual.158 En los primeros versículos vemos como el salmista se esforzó en mantenerse alejado de los frívolos y los impíos, y esto ha de entenderse como una razón por la cual tampoco compartirá con ellos al final de sus días. Meditemos por unos instantes en la condenación y castigo final de los malos, y la oración expresada en este texto aumentará su fuerza en nuestros labios; y a su vez, contemplando la norma de juicio por la cual se les aplica la sentencia, nos convenceremos de que aquellos que hemos pasado de muerte a vida nada tenemos que temer.
Ni mi vida con hombres sanguinarios. Nuestra alma enferma con solo escucharles conversar; sus alegatos crueles, en los que hablan de disparar sobre seres humanos cuál si se tratara de un deporte novedoso, nos resultan horribles y se nos hacen insoportables. ¡Señor, no nos recluyas con ellos en la misma celda; pues al lado de los tales, aún el paraíso mismo sería un infierno, si continuarán siendo como son ahora!
C. H. SPURGEON
No juntes con los pecadores mi alma. Ahora es el tiempo aceptable159 cuando los hombres deberían prestar atención y preocuparse de que en el mundo venidero sus almas no se junten con las de los pecadores. En el estudio y análisis de esta doctrina debemos:
1 Considerar lo que la misma significa.
2 Definir quién son los pecadores, y demostrar que sentimos el mayor horror a que nuestras almas se reúnan con ellos en el mundo venidero.
3 Mostrar lo que implica para un alma ir a parar con los pecadores en la otra vida.
4 Meditar en esta preocupación, o mostrar lo que está implícito en esta petición sincera del salmista “No juntes con los pecadores mi alma “.
5 Aportar las razones por las que debemos estar preocupados y vigilantes de que esto no suceda.
6 Presentar nuestra petición.
La muerte es tiempo de cosecha para Dios, el momento en que el Señor recoge las almas que le pertenecen y el diablo recoge las suyas, y esto es lo que el salmista tiene en mente.. Por un tiempo han permanecido juntas, pero a la hora de la muerte toca separarlas; y los santos son llevados a la congregación de los justos,160 y los pecadores a la congregación de los impíos.161 Y lo que a nosotros nos conviene decir es: “No juntes con los pecadores mi alma “. Pues según sean nuestras relaciones aquí, ya sea que estemos con el pueblo de Dios o con el del diablo, la muerte nos enviará a juntarnos con unos u otros. Y será algo horrible verse junto con los pecadores en el otro mundo. El mero hecho de pensar que nuestras almas puedan juntarse con las suyas, basta para erizarle a uno los cabellos.
Muchos son los que aquí y ahora eligen de buena gana juntarse con los pecadores; es el deleite de sus corazones; su