El Tesoro de David: la revelación Escritural a la luz de los Salmos. Eliseo Vila
tomo asiento con los falsos ni me alío con los hipócritas. BLP] [No paso tiempo con mentirosos ni ando con hipócritas. NTV]49
Con los falsos no me he sentado, ni con los hipócritas iré.50 Lejos de ser él mismo un ofensor directo de las leyes de Dios y haberlas quebrantado, el salmista ni aún se había relacionado con los proclives al mal; se había mantenido completamente al margen de los hijos de Belial.51 «Dime con quién andas y te diré quién eres»,52 por tanto, si podemos afirmar que nos hemos mantenido al margen de los malvados, siempre será una evidencia a nuestro favor en caso de que nuestro carácter e integridad se vean cuestionados. El que puede demostrar que jamás ha pisado el granero es poco probable que sea quién robó el trigo. Y quién nunca se hizo a la mar no puede ser el responsable de que el navío se hundiera.
Con los falsos no me he sentado. Los ciudadanos honrados no tratan con traidores. David no tenía sillón asignado en el parlamento de los falsos y desleales; no eran sus animados compañeros de cenas y francachelas, no formaban parte de su Consejo privado, es más, ni tan siquiera entablaba con ellos conversación. Vivimos en un mundo frívolo y nos vemos en la necesidad de hablar y tratar con quienes lo habitan, pero en modo alguno debemos integrarnos en su sociedad, participar de ella y recrearnos en ella. No solo los falsos e hipócritas, sino incluso al hombre de palabra soez debemos evitar. Cuantos tengan como única prioridad las cosas materiales de esta vida, son personas frívolas, superficiales, vacías de contenido moral y espiritual, por tanto, indignas de la amistad de un cristiano. Siendo que la falsedad y la mentira van siempre de la mano, nos conviene evitar a cuantos la practican, no vaya a darse el caso de que viéndonos arrastrados a tolerarla vayamos de mal en peor y acabemos incluso admirando a los impíos.
Ni con los hipócritas iré.53 El salmista redacta esta cláusula en tiempo futuro para indicar que no sentía el menor deseo de trabar amistad con los personajes que había descrito y cuya relación había evitado hasta este momento. Consciente de que la piedad hipócrita es iniquidad por partida doble, decide interrumpir todo contacto con los farsantes y los impostores. Y si por alguna razón se ve en la necesidad de andar con ellos por la misma calle, evitará entrar por la misma puerta y pasar tiempo en su compañía. La congregación de los hipócritas no es grupo cuya comunión nos interese cultivar: su tertulia póstuma tendrá lugar en el pozo más profundo del infierno, así que, ¡apartémonos de ella cuanto antes mejor! Pues cuelgan sus logros nefastos cual perlas alrededor de sus cuellos y llevan el diablo en sus corazones. Debemos mantener nuestro camino apartado de ellos, y con más ahínco y circunspección en la medida en que vemos que el gran día de la redención se acerca.54 Los que hemos sido transfigurados con Jesús,55 no debemos desfigurarnos por la conformidad con el mundo.56 La resolución firme del salmista sugiere que en el tema de la hipocresía debemos distinguir incluso entre los mismos seguidores profesos de la verdad, pues no solo hay falsos y traidores fuera de la iglesia, los hipócritas abundan también dentro de ella, y de ambos debemos protegernos, evitándolos escrupulosamente y con decisión.
C. H. SPURGEON
Con los falsos no me he sentado. Mantener relaciones con el mundo por motivos comerciales, comprar y vender, es algo natural y necesario; de lo contrario, como dice el apóstol: “tendríais que salir del mundo”.57 A lo que nos amonesta es a no elegir deliberadamente la compañía de impíos: “os escribí que no anduvierais en compañía de ninguno que, llamándose hermano, es una persona inmoral, o avaro, o idólatra, o difamador, o borracho, o estafador”;58 a no trabar amistad con ellos. ¿Qué hacen las palomas de Cristo entre las aves de presa? ¿Qué tienen que ver las vírgenes con las rameras?59 La compañía de los malos contamina; es como pasearse entre los infectados por la peste. “Se mezclaron con los gentiles y aprendieron sus costumbres”.60 Si colocas una armadura limpia y reluciente tocando otra oxidada, la bruñida no hará brillante a la herrumbrosa, sino que la corroída echará a perder a la brillante. El Faraón enseñó a José a blasfemar,61 pero José no enseñó a orar al Faraón.
THOMAS WATSON [1620-1686]
“A Body of Practical Divinity in a Series of Sermons on the Shorter Catechism”, 1859
Ni entré con los que andan simuladamente. La versión caldea traduce: “No iré con aquellos que se ocultan para obrar el mal”. La maldad no es sincera y ama la ocultación, mientras que la verdad y la justicia están siempre abiertas y buscan escrutinio. Porque todo aquel que obra el mal, aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean redargüidas. Pero el que practica la verdad viene a la luz, para que sean manifiestas sus obras, que han sido hechas según Dios”.62 “Está aguardando la noche diciendo: No me verá nadie; y esconde su rostro con un velo. En las tinieblas minan las casas que de día para sí señalaron; no conocen la luz, porque la mañana es para todos ellos como sombra de muerte; ya que están acostumbrados a la oscuridad”.63 Nadie puede negar que la persona sincera tiene muchos menos problemas en su relación con los demás que la engañosa y tortuosa. El justo rehúye la compañía de los malos tanto por el pecado como por lo miserable de sus procedimientos y acciones.
WILLIAM SWAN PLUMER [1802-1880]
“Studies on the Book of Psalms”, 1867
Los que andan simuladamente. El hipócrita tiene mucho de ángel por fuera, pero más aún de diablo por dentro. Es ardiente en palabras, pero frío en obras; habla por los codos, pero hace el bien a migajas. Es un estercolero hediondo recubierto de nieve; un molino que gira sin parar pero no muele nada; una gallina que mucho cacarea, pero no pone huevos.
THOMAS ADAMS [1583-1653]
En un sermón titulado “The Soul’s Sickness: A Discourse, Divine, Moral, and Physical”, 1615
Vers. 4-5. De igual modo que las manzanas podridas corrompen a las sanas que están en contacto con ellas, así también las perversiones y malas costumbres de los impíos infectan a quienes frecuentan su compañía.
ROBERT CAWDRAY [1538-1604]
“Treasury of Storehouse of Smiles”, 1609
Vers. 4, 5. «Es muy difícil, prácticamente un milagro, el guardar los mandamientos de Dios y a la vez frecuentar malas compañías».64 ¡Con qué rapidez tan asombrosa pierde el alma la comunión, ese calor y fervor espiritual que mantenía en privado, y se enfría súbitamente tan pronto entra en contacto con el aire frío y corrupto del mundo! Cuando un cristiano que se ha embelesado privadamente con el amor de Dios y el gozo del cielo, entra a continuación en contacto con otras personas que ni quieren ni pueden hablar una sola palabra del tema, se frustra, y su fervor se apaga. En un ambiente así el Espíritu de Dios se asfixia en su interior y finalmente se extingue. ¿O acaso no es cierto lo que alguien afirmó tan acertadamente de que: «el pueblo de Dios se ve más negativamente afectado, y pierde, por lo general, mucho más por su relación con personas de conducta intachable ante los ojos del mundo, de conversación impecable desde un punto de vista profano, pero vacía de todo sentido espiritual; que de lo que suele verse afectado por su contacto con personas netamente impías y perversas»?
LEWIS STUCKLEY [1621-1687]
“’The Gospel Glass - Part v, Chapter xxxi”, 1667
Vers. 4-5, 9. Quien no quiera vivir rodeado de pecadores en el mundo venidero, debe tomar buena cura de no frecuentar su compañía en este. Pues a quienes la patrulla de guardia encuentre deambulando en compañía de vagabundos, es probable que sean enviados junto con ellos a un centro de corrección penitenciaria. «Señor, –exclamó una buena mujer en su lecho de muerte expresando sus dudas acerca de su salvación– no me mandes al infierno entre hombres malvados, pues tú sabes que a lo largo de toda mi vida jamás amé su compañía». David menosprecia su destino futuro sobre las mismas bases, y lo utiliza de argumento como muestra de su sinceridad: “Con los falsos no me he sentado, ni con los hipócritas iré. Aborrezco la reunión de los malhechores, y no me sentaré con los impíos… No juntes mi alma con pecadores, ni mi vida con hombres