Equilibrio y movilidad con personas mayores. Debra J. Rose

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interroga a los adultos mayores sobre qué grado de preocupación tienen sobre las caídas. Las respuestas oscilan entre «ninguno» y «extremadamente» en la escala de Likert de 7 puntos. Como aprenderás en el capítulo 3, es posible recabar más información incluso sobre la confianza de los adultos mayores al realizar tareas asociadas con el equilibrio haciendo que completen el test de la Escala de Eficacia del Equilibrio (EEE; Rose, 2003; Gunter y otros, 2003). A diferencia de la pregunta general del cuestionario sobre salud y actividades, la EEE ayuda a identificar las tareas específicas y los entornos que afectan negativamente el nivel de confianza de los adultos mayores.

      Una vez sepas qué participantes tienen miedo a las caídas o no tienen confianza en sus capacidades para realizar tareas que requieran equilibrio, podrás estructurar el entorno de las prácticas de manera que eleves su nivel de confianza. Deberás elegir cuidadosamente las progresiones de ejercicios para que los participantes gocen de una dosis elevada de éxito en las clases y sesiones de entrenamiento. La inclusión habitual de actividades que disminuyan la ansiedad, como ejercicios respiratorios, ejercicios de relajación y de visualización, también es un medio eficaz para tratar el miedo a las caídas. Las técnicas de intervenciones cognitivas-conductuales también han tenido éxito para reducir el miedo a las caídas y aumentar los niveles de actividad física de los adultos mayores con este síndrome. Estas técnicas constituyen la base de un programa bien conocido, A Matter of Balance (Una cuestión de equilibrio), que fue diseñado por investigadores del Roybal Center de la Universidad de Boston y que demostró ser un programa eficaz para aumentar la autoeficacia de los adultos mayores (Tennstedt y otros, 1998).

      Como se mencionó con anterioridad en este capítulo, el nivel de riesgo de caídas no es el mismo para todos los adultos mayores y se ha comprobado que cambia con el tiempo. A edades avanzadas y con el declive de las funciones físicas, no sólo cambia el nivel de riesgo, sino también los tipos de factores de riesgo que lo potencian. Los adultos mayores que se mantienen físicamente activos a medida que envejecen y, en consecuencia, conservan un nivel elevado de competencia ortostática, corren menos riesgo de caídas que sus iguales que limitan o recortan su nivel de actividad física a medida que cumplen años. Es muy probable que los adultos mayores más sedentarios experimenten un aumento de la dificultad para realizar actividades que exijan equilibrio y movilidad a medida que declina su nivel de forma física. Aunque su riesgo de caídas pueda disminuir a corto plazo como respuesta a su menor exposición, el riesgo a largo plazo aumenta significativamente a medida que declina su nivel funcional físico y su confianza en la capacidad para realizar ciertas actividades o aventurarse en entornos más exigentes (Tinetti, Mendes de Leon, Doucette y Baker, 1994).

      El nivel de riesgo de caídas no es el mismo para todos los adultos mayores y cambia con el tiempo.

      El entorno en que residen los adultos mayores también influye en el tipo de factores de riesgo asociados con el aumento de caídas. Por ejemplo, los adultos mayores débiles que residen en instituciones sanitarias pocas veces se caen por factores del entorno. Es mucho más probable que factores de riesgo intrínsecos (p. ej., debilidad general, alteración cognitiva, episodios indeseables con fármacos, enfermedades) sean las razones primarias del aumento de caídas en este grupo de adultos mayores (Lipsitz, Jonsson, Kelley y Koestner, 1991). En contraste, al menos de un tercio a la mitad de todas las caídas que sufren los adultos mayores que viven en su domicilio pueden atribuirse a factores de riesgo extrínsecos o del entorno (Rubenstein y Josephson, 1992; Tinetti, Speechley y Ginter, 1988).

      Los investigadores que han analizado los patrones de las caídas en domicilios particulares han identificado varios patrones. El choque con objetos a oscuras, la incapacidad para evitar peligros o situaciones temporales en el hogar, el contacto negativo con distintos tipos de superficies, el orientarse y moverse sin prestar atención son sólo algunos de los patrones identificados. También se ha comprobado que los adultos mayores que están experimentando un declive en su capacidad física, pero se mantienen activos en sus poblaciones, corren riesgos innecesarios cuando realizan actividades diarias o se exponen a peligros, corren un riesgo especialmente elevado de sufrir caídas (Studenski y otros, 1994).

      ¿Por qué es importante que los profesores del programa FallProof conozcan los tipos de factores de riesgo intrínsecos y extrínsecos que más probablemente contribuyan a elevar el riesgo de caídas? Los profesores que conozcan los factores de riesgo relacionados con el aumento de la incidencia de caídas en ancianos descubrirán claves vitales cuando repasen las distintas secciones de la historia completa sobre los antecedentes fisiológicos y actividad física de un cliente, que les ayudarán a valorar su nivel funcional inicial (p. ej., edad, sexo, número de diagnósticos, tipo y número de medicamentos, dolor articular valorado por el paciente). Este conocimiento también ayuda a elaborar un plan de ejercicios más individualizado para tratar mejor las alteraciones de cada cliente.

      Como a menudo las caídas se deben a factores muy distintos, los ejercicios que prescribas para tus clientes adultos mayores deben tratar directamente los factores de riesgo biológicos y de la conducta que sean más aptos para cambiar (p. ej., la fuerza muscular, el equilibrio y la marcha, el miedo a las caídas). las alteraciones intrínsecas que con más probabilidad contribuyan a elevar el riesgo de caídas. Por ejemplo, un adulto mayor que exhiba niveles bajos de fuerza muscular, sobre todo a nivel de los tobillos, rodillas y caderas, debería realizar actividades para el equilibrio, tanto en las clases como en casa, que fortalezcan específicamente estos grupos de músculos (véanse ejercicios apropiados en el cap. 8). De forma parecida, a un adulto mayor que muestre pocas destrezas en su movilidad o una alteración de la velocidad de la marcha deberían prescribírsele actividades progresivas que traten dichas alteraciones. Varias actividades de la sección del capítulo 7 dedicada a la variación y mejora del patrón de la marcha, junto con actividades descritas en las subsecciones sobre el desplazamiento y transferencias del peso del cuerpo en el capítulo sobre capacitación del centro de gravedad, deben mejorar estas alteraciones.

      Aunque el objetivo primario como profesor del programa FallProof sea tratar los factores de riesgo intrínsecos que contribuyen a aumentar la tasa de caídas de los adultos mayores, tal vez tengas varias oportunidades de ofrecer enseñanzas valiosas sobre factores de riesgo extrínsecos como los peligros del entorno y las conductas temerarias. Puede ofrecerse material adicional a los clientes sobre distintos temas, como la seguridad en el domicilio, el consumo y abuso de medicamentos, los programas de ejercicio en casa o las posibilidades que ofrece la comunidad, una vez hecho un repaso de los antecedentes personales fisiológicos de los clientes. También es una buena idea que éstos completen una lista sobre seguridad domiciliaria y la entreguen la primera semana de clase (véanse las fuentes de Internet relacionadas con la seguridad en casa y las modificaciones en el domicilio enumeradas en la página 51). Esta actividad no sólo aumenta la percepción que el cliente tiene sobre los aspectos importantes de seguridad en el hogar, sino que también te permite saber si hay peligros en el domicilio de los clientes que aumenten el riesgo general de sufrir caídas. Si la comunidad dispone de medios, tal vez puedas entrar en contacto con una agencia pública que realice inspecciones y reparaciones de seguridad a domicilio. Muchos hospitales y residencias de ancianos ofrecen este tipo de servicio. También se puede preguntar si las autoridades cuentan con una delegación local de Rebuilding Together, una organización nacional sin ánimo de lucro que ofrece inspecciones para la seguridad de los domicilios y también servicios de reparación.

      Haz que tus clientes completen una lista sobre seguridad domiciliaria la primera semana de clase. Esta actividad aumentará su percepción sobre los aspectos de seguridad del hogar y te permitirá saber si existen peligros en sus casas que probablemente incrementen el riesgo general de caídas de los clientes.

      Además de que los clientes elaboren una lista de aspectos sobre seguridad domiciliaria, plantéate incorporar actividades de rol en alguna clase para ayudar a que ellos tomen decisiones correctas sobre la ejecución


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