El puzle de la historia. José Escalante Jiménez

El puzle de la historia - José Escalante Jiménez


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en su mayoría presenta las siguientes secciones: 01. Gobierno; 02 Administración; 03 Servicios; 04 Fiscalización Municipal y Hacienda; 05 Patronatos y Empresas Municipales; 06. Anejos y Colonias; 07. Paro Obrero

      El fondo parroquial

      Dentro de los fondos depositados en el Archivo Histórico Municipal de Antequera, tal vez uno de los más interesantes por sus características sea el Fondo Parroquial, con el que cuenta el archivo desde el año 1972. En este año, concretamente el 7 de abril, el Ayuntamiento de Antequera firmó un convenio con el Obispado de Málaga con este objeto.

      Esta importante colección documental está constituida por ocho archivos, que se corresponden con otras tantas parroquias de la ciudad, y no cabe duda de que compone una parte importante del patrimonio archivístico antequerano y una fuente histórica de gran valor. Debemos tener presente que los registros parroquiales constituyen las únicas fuentes demográficas seguras desde el siglo XVI hasta casi el último cuarto del siglo XIX, en que fueron sustituidos por el Registro Civil, por lo que son fundamentales para conocer la población y vida social de una localidad, así como para los estudios genealógicos.

      El estado de conservación de la documentación de estas instituciones podemos calificarlo, en términos generales, de bueno.

      Prácticamente carece de lagunas –a excepción de las series de libros apuntadores de difuntos y testamentos de las parroquias de San Salvador y San Isidro, los cuales no han llegado a nuestros días–, contando todas las parroquias con series de libros índices perfectamente redactados y que se convierten en imprescindibles instrumentos a la hora de la consulta de los distintos registros.

      En cuanto a las instituciones productoras de la documentación, hay que decir que la primera iglesia que se funda en la ciudad fue la de San Salvador, el 10 de octubre de 1410, en la mezquita de la Medina, siendo bendecida por don Lope de Mendoza, arzobispo de Santiago, quien celebró además la primera misa. No tardará mucho tiempo en convertirse en parroquia, ya que el 16 de febrero de 1411, D. Alfonso de Pastrana, administrador perpetuo de la santa iglesia de Sevilla, con consentimiento del deán y cabildo de dicha iglesia ordenó erigir tres parroquias en Antequera: una en el castillo en la iglesia de San Salvador y dos en la villa, en las iglesias que se habrían de construir bajo las advocaciones de San Isidoro y Santa María de la Esperanza, que posteriormente albergarán también institucionalmente a la Real Colegiata, una vez fundada esta en los inicios del siglo XVI. Cronológicamente, la siguiente parroquia que se funda en la ciudad fue la de San Juan Bautista, la cual existía ya a principios del siglo XVI en el arrabal del mismo nombre, donde se desarrollará plenamente a partir del último cuarto del siglo XVI. En este barrio se asentará un elevado número de jornaleros y trabajadores vinculados con los batanes y la molienda de grano.

      En 1512 se tiene constancia ya de la existencia de la iglesia parroquial de San Sebastián, que se edificará aprovechando una vieja ermita en el arrabal del mismo nombre, coincidiendo con el importante crecimiento urbanístico y demográfico que experimentará Antequera en torno a estos años.

      Poco después, el 20 de octubre de 1518, Bartolomé de Baena bendice la nueva iglesia y parroquia de San Pedro, edificada a expensas de los caballeros D. Esteban de Villalón y su hijo D. Cristóbal de Villalón. La collación de San Pedro se convertirá en la más poblada de la ciudad, acogiendo en torno al coso de San Francisco y sus aledaños, entre los siglos XVI y XVII, a un importante número de artesanos de lo suntuario, es decir, pintores, doradores, escultores y estuquistas. Vecinos de este barrio fueron Antonio Mohedano, Juan Bautista del Castillo, Fernando Farfán, Fernando de Morales, Andrés de Iriarte o José Hernández. Además, también se establecerá en él un clase media configurada por pequeños y medianos labradores y ganaderos, aprovechando la proximidad a la vega y la gran expansión que experimenta el barrio a mediados del siglo XVI propiciada por el emperador Carlos I.

      En el año 1667 el obispo fray Alonso de Santo Tomás suprime las primitivas parroquias de San Salvador y San Isidoro. Esto fue debido al despoblamiento que sufrió la zona de su jurisdicción, sobre todo a raíz de la terrible epidemia de peste negra que asoló la ciudad en 1647 y que fue especialmente virulenta en estas dos ancestrales collaciones antequeranas. Independientemente de que su documentación y derechos pasasen a las parroquias de Santa María y de San Juan Bautista, sus respectivas cofradías sacramentales se ubicarán en las ermitas de San Miguel Arcángel y Santiago. Estos dos templos, dependientes el primero de la parroquia de San Sebastián y el segundo de la de San Pedro, vienen con el tiempo a realizar funciones de ayuda de parroquia, al estar ubicadas las ermitas en la zona de desarrollo o crecimiento natural de ambos barrios. Finalmente se convertirán en parroquias, concretamente en 1822, configurando la estructura que ha llegado hasta nuestros días.

      En definitiva, el Fondo Parroquial del Archivo Histórico Municipal de Antequera está constituido en la actualidad por los siguientes archivos:

      1 Archivo de la Parroquia de San Salvador.

      2 Archivo de la Parroquia de San Isidro.

      3 Archivo de la Parroquia de Santa María.

      4 Archivo de la Parroquia de San Juan Bautista.

      5 Archivo de la Parroquia de San Pedro.

      6 Archivo de la Parroquia de San Sebastián.

      7 Archivo de la Parroquia de Santiago.

      8 Archivo de la Parroquia de San Miguel.

      La colección la conforman 904 libros y tres legajos que abarcan el periodo temporal comprendido entre 1529 y 1901.

      La documentación que se ha conservado en Antequera prácticamente se reduce a los registros de libros sacramentales, habiendo desaparecido todos los expedientes, correspondencia y libros de fábrica y fabriquilla; si bien se han llegado a preservar algunos de los de hacienda.

      No obstante, el material disponible es de primer orden, ya que las series documentales de libros de registro sacramentales se mantienen íntegras, sin apenas lagunas. Tan solo se echan de menos un par de libros, lo que realmente supone un caso excepcional, sobre todo en la provincia de Málaga, donde este tipo de fuentes ha corrido en general peor suerte.

      Las series, básicamente, están constituidas por libros registro de bautismos, registros de matrimonios y registros de entierros y testamentos; completándose con otra documentación aneja como son confirmaciones, padrones, capellanías, impresos, y, vinculados con la parroquia de San Sebastián, los registros sacramentales castrenses, desde inicios del siglo XIX. Como vemos, es una importante e imprescindible parte dentro del conjunto del patrimonio documental de Antequera.

      La hemeroteca del

      De los doce fondos en que, como ya sabemos, se divide el Archivo Histórico de Antequera según su reglamento de régimen interior, posiblemente uno de los más desconocidos sea la hemeroteca, es decir, la colección de prensa y de publicaciones periódicas de que dispone el archivo. En ello ha podido influir, por un lado, el hecho de que se trata de un fondo que aún se está configurando y, por otro, que no se le ha dado la difusión adecuada.

      Debe tenerse en cuenta que la prensa y otras publicaciones de similares características se suelen imprimir en un papel de baja calidad, que con el tiempo se vuelve muy frágil y quebradizo, por lo que es preciso extremar las precauciones durante su manipulación para poder conservarlo de una manera eficaz. Por ello, la consulta de estos fondos debería poder realizarse siempre a través de equipos informáticos, una vez digitalizados o microfilmados,


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